Peligrosa Obsesión
ta
r ¡¿Cómo le digo a este diablo que no tengo nada?¡ El suje
a noche ¡Traeme todo lo qu
piel, me acerco a una dist
o en realidad, no ten
as veo como el rostro del diablo, se contra
estás jugando?!
ntro de su camisa un arma de calib
dilló a sus pies l
n es usted ni su prometida. Hoy es la primera vez que lo veo en mi vi
me hace levantarme para posicionar
hacias está noche, justo en m
er contestar, entonce
epende de tu respuesta.. que no traspa
qué ella tiene un amigo. Puedo darle su número y que usted mismo la l
ándome con desconfianza y desprecio, solo en unos instantes par
ónde vivis y no podes escapar de mi. Pero si descub
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pensando y recreando todos los sucesos fatídicos ¡Por qué acepte ir a ese lugar de perdición! Ese ser despiadado, no va a dejarme en paz. Presiento que no le basto con sa
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ián Sc
puedo.. ¡vivir un día de mi vida sin sexo! Mi mente se nubla con la imagen de esa pequeña zorra. Con solo ver una porción de sus seductoras piernas y ese escote tan sugerente.. Mi ritmo cardíaco aumento.. Mi mente voló... Imaginando com
osa.. dominado por mis más bajos instintos.. pero su llanto ¡su maldito llanto! Odio a las mujeres débiles y lloronas. A la única que se lo tolero y hasta un cierto límite, es a mi prometida, por qué la venero... Ella es como una rosa frágil, hermosa y delicada. Es por eso que
soñaría. Menos yo, no es mi sueño, no me interesan los críos y el único sentimiento de apego que tengo, es el que siento por Sofía, se metió en mi entorno a la fuerza aunque me negué rotundamente, ella se ganó mi respeto y admiración. Conoce la clase de hijo de
ra, luego doy un portazo con excesiva brusquedad y exhaló un largo suspiro de frustraci
nde vamos?–C
hoy solo quiero l
emociones que cruzaron por su rostro.. curiosidad, sorpresa y por último... su gesto de genuina vergüenza al hacer mención
nforme de todo! hasta el más mín