Elina
do más rápido pensé, todos sabemos a lo que venimos y no fue exactamente a escuchar aquello, mientras terminaba la ceremonia observaba la escena, todos tomándose fotos o abrazándose jurando volver a e
o era lo que deseaba realmente, no me miraba en un futuro suturando heridas e inyectando pero sería una salida mientras encontraba mi vocación. Salí de mi casa con el tiempo suficiente para llegar temprano a clase, la universidad quedaba en otra ciudad así que tenía que viajar en autobús, estaba exactamente a una hora, así que era una hora más para dormir. Siempre que viajo llevo mis audífonos, la música hace el viaje mejor, el paisaje era un hermoso, había una parte en especial que parecía una pradera y una pequeña montaña con un árbol en la cima, aquello era tan hermoso que fantaseaba con bajarme del autobús y correr hacia aquel lugar. - un día vendré - pensé mientras escuchaba a Leo Rizzi. Amapolas. Aquella canción quedaba tan bien con el lugar. El viaje continuo con normalidad hasta que - oh sorpresa - se ponchó un neumático. - esto no puede ser posible, no quiero llegar tarde el primer día. - tranquila niña -dijo una voz masculina- esto se arregla rápido no te preocupes. Si claro pensé, eso es justo lo que dicen cuando se van a tardar, me estaba alterando, no quería llegar tarde pero no tenía otra opción que esperar. Al llegar a la universidad perdí otros minutos buscando mi clase, cuando la encontré me cuestione si entrar o no, ya era muy tarde y no quería dar una mala impresión, pero sería mucho peor si no me presentará el primer día, avergonzada pedí permiso para entrar, la profesora era pelirroja y ya algo mayor, muy amable me dijo que pasara y me presento con todos, ellos hicieron lo mismo. Aquello era algo a lo que no estaba acostumbrada, normalmente cuando llegaba tarde se me humillaba, como si así lograrán que cambiará. Era un grupo de 30 personas, pocos a mi parecer, la mayoría la eran de carreras distinta