Por favor, solo ámame
te hagas sentir poca cosa y mucho menos, le des el derecho de humillac
ente en mi día a día, es como si cada vez que algo bueno esta por pasar, esas palab
de aliento que me dio lo atesoro con mucho amor. La vida en aquel entonces no era fácil, era tan duro tener que vivir como la niña go
te opine de mi trasero enorme, mis pronunciados pechos, mis caderas anchas y mis mejillas regordetas p
ntón de chicas de cuerpos hermosos y con una increíble vestiment
ncha de mi brazo y me encamina h
este lugar. –La chica que transformaba a estos patitos feos no pudo venir, se accidento y está a una hora de aquí, mi jefe me va a matar si la sesión no empiez
are co
nos tiemblan,
salir, ¿Vale? –ella mira por encima de mi hombro
todas se ponen rígidas y no miento, parecen un jodido campo cubierto de nieve de lo pálidas que están. Volteo un poc
y es de un color azabache, sus cejas densas, ojos solo un poco rasgados y en cuanto la luz le da con todo en el rostro sus ojos grises claros me dejan completamente atonta
¡Hey! ¡Aquí! –su voz gruesa un tanto ronca y con destello de a
¿Yo?
s mi prima, Frida Kayenston –las chicas que hace un momento estaban calladas ahora chillan al escuchar mi nombre, ahora la rígid
n este lugar. – ¿Qué ha pasado con Winny? ¿Y qué
a a verme de inmediato, palidece. –No sex
tiro a un lado e incluso a él mismo. –Es mi j
cuchan al impactar con el suelo, podría decir que soy más alta que él, pero no es cierto, el condenado es alto incluso si utilizo unos 10 centíme
te y egocéntrico CEO de est
sarela, fiestas y según las malas o perver
Lo de los eventos de pasarela y fiestas, lo de ser
ar en tu cama, soy más de follarme a una mujer de cintura fina, pechos muy bien operados y un
an de él y puedo sentir como comienza a intimidarse, estoy muy segura que Mark esta que colapsa. –Idiota, arrogante, molesto, un jodido grano en el culo y mira que lo tengo muy grande –me detengo muy cerquita de él, podría clara
tenido mi empresa –son
idiota –le guiño y este me mira con un he
estila más veneno que los colmillos de una cobra. Tomo el camino por el largo pasillo que me llevo hasta ese estudio, que gran diferencia ambi
y quiero dejarle a Bajhor Hunther un hermoso recuerdo de que a mi es imposible hacerme sentir mal con palabras tan vacías, hacerle
es tan notorio al verla. – ¡Por Dios! No me creía que estabas acá en
e sonriente. – ¿Qué hac
su boca de par en par, me señala. – ¡¿Por eso estas aquí?! ¿Verdad? –escucho que alguien
te. – ¿Solucionaron todo? –el moreno me m
asero, Bajhor no la dejo –B
ionado en su mente. –Es porque eres, así –me señala de pie a cabeza. –Bajhor es un idiota, piensa que la mujer perfecta debe tener diminuta cintura y una tabla en los pechos y
ta me toma del antebrazo y me lleva por el ca
inaras a todas las chicas y le meterás esos
moreno exclam
u semblante cambio de un momento a otro, ahora no es Bera la entusias
ra ella. –Pero tú no pienses en a
or –dice con una sonris