No se atrevan a juzgarme
adre. Una vez que terminaron de preparar todo, sacaron el ataúd de la carroza fúnebre y lo colocaron junto a ella. Lo abrieron por un instante para que Bárbara se de
to se sentía como una pesadilla de la que despertaría en cualquier momento, pero ahora era cierto. Su madre estaba muerta de verdad y el mundo se le vino encima. Si
encima en la que, aún con la pintura fresca, se
mo siempre nos decías, vinimos al mundo sin nada y nos vamos sin nada. Vete tran
ciudad y salir de allí no era fácil sin automóvil. El hombre la llevó y miraba en silencio a esa extraña jovencita que completamente sola acababa d
al. Cuando hubo preguntado en todos los lugares que había cerca, decidió a irse a su barrio. Allí, alguien le podría decir donde conseguir trabajo. Caminó hasta el barrio, aunque
y se volvió a ve
Conocía a Daniela y a sus hijos desde hacía muchos años y sentía por ellos un afecto
Juvencio, es us
acer sola con toda
é trabajo y seguiré criá
pagarte mucho, pero es algo. Podrías trabajar como ayudan
isa, aunque no había nada en ese momento que la hiciera feliz, pero pensar en tener un empleo, era sin duda un muy buen comienz
a. Organízate y
cómo agr
a en el barrio, te ayuda
has g
el entierro?
a ente
.- el señor no sup
o que pude lograr en el hospi
a no nos deja dónde escoger,
ante. Debo irme, de n
nciano mirándola con
comenzó a golpear la vida! Ojalá
a costumbre entre las dos familias. Allí estaban sus he
an portado bien co
¿Cuándo la vas a traer?-
star unos días en el hos
queña Roselyn con sus preciosos ojos verde
abía dicho a sus hermanos. Roselyn no entendía mucho de lo que le
odas formas. Ahora me toca ocuparme de la bebé. Pero creo que ya es muy tarde para regresar al hospital, me llevaré los niños a cas
ija, no te pre
la, y me iré al hospital, luego los reco
o los busco. Vete tranquila,
Niños, nos vamos a casa, te
quehacer. Hoy trata de descansar, para
, chicos, a casa. - tomó a Roselyn de l
o se lo criticaban, Daniela siempre decía riendo que no se molestaba por
acía los oficios. Daniela tuvo una vida triste, pero jamás nadie la vio sin una sonrisa en
minar. Ahora seré la madre de cuatro niños, con toda la responsab
or suerte, desde pequeña había cuidado de sus hermanos, de modo que no era nada nuevo. Siempre fue una ayuda enorme para su madre, por eso podía trabajar tantas horas al día, pero ella no t