Enamorada de mi Gigolo
lo 1 La
la señora Rosales era de pánico, pero esa imag
do saldrá bien-Le ofrezco una sonrisa hipócrita, todos los días la misma situación, en este es
haga efecto las medicinas. – s
orio en donde yo trabajaba, hacía las mismas preguntas, pero no era la única, mis pacientes parece que manejaban el mismo perfil, los veía continuamente, siempre tenían lo mismo, y siempre hablaban de lo mismo... de su temor a morir, como si
de vivir plenamente, y no justamente por mi temor a
rita Lulú, mi esposo desde que le salió el cargo como gerente de la sucursal de la empresa de
no está para nada cuidado, y estoy ganando peso, por los malos hábitos de alimentación y mi sedentarismo, ser médica y tener dine
me extrañaste? - Mi esposo me p
rañe, te extraño todos los d
manas más, yo diría que unas dos o tres, ¿espero no te moleste?- mi esposo siempre estaba de viaje, mi matrimonio no tenía sentido, nos veíamos dos veces al mes, yo lo
frente a la cámara, mis ojos están a punto de explotar, tenía un gran nudo en la garganta,
te hare feliz, programa tus vacaciones para esa fecha, pasaremos una buena temporada juntos, bueno linda
lado del
rciar Gerónimo? Estoy c
orciar de ella, es posible que se quede con todo, ¿y sabes? Tú y yo no tendríamos
amos dos años juntos y aunque sé que trabajas aquí y vives
mante, la tenía convencida con lujosos detalles, ella era una joven de 22 años, con la que se había conocido en uno de sus viajes y se enamoraron perdidamente, Brenda lejos de imag
nda
n viaje para una playa, tenía todo listo, de verdad lo extrañaba demasiado y quería estar en sus brazos, hace mucho que no sabía que era sentir el calor humano
as pocas videollamadas cortas que me hacia mi esposo, todo era
digo a mi esposo mientras hacemos nuestro encuentro rutinario por teléfono, Gerónimo
or ahora, lo siento cariño, creo que viajaré hasta dentro de dos semanas. -Cuando mi esposo me dice eso, siento como mi rostro se palidece, la pr
que llegabas mañana, ¿Por qué no me habías dicho nada? ¿estás l
no le importo ni un solo segundo lo que yo estuviera pensando o sintiendo, le llamó nuevamente, pero ya no tiene conexión, pego un grito de dolor, fundo mi cara contra la almohada y me tiendo a llorar como una niña p