UNIDOS POR MÍA!
mala cara cuando sintió que su blusa, en la parte del estóm
que la bebé no dejara de llorar, seguro no era nada
en la oficina" y caminó hasta su lugar de trabajo para poder cambiar a la
cargaba, por eso solía tener dos o tres cambios en un locker, por si alguien le mandaba de pronto u
mila y la alimentó, viéndola dormir, porque la pobre niña estaba demasiado cansada de llorar; solo entonces usó el baño
raban, dejando la puerta de su oficina abierta para poder vigilar a la niña que dormía
donde el sol entraba a media tarde y que, al colarse por las rendijas de
ntro de su oficina, y caminando hacia ella de vez en cuando, para re
considerado que tal vez no sería prudente que todos los que accedían a ese lugar estuvieran tocando
la sala de reunión, caminando hasta la recepción donde la mujer que se suponía debe
sa mujer para enfrentarla, pero, al escuchar un llanto iniciando muy cerca del lugar, y al
cama iluminado por el sol, y la alzó en brazos, meciéndo
aba a esa mujer, porque la niña era de su sangre, y él estaba completamente seg
y, tras golpear suavemente la puerta en un par de ocasiones, recibió el pase de la joven Marisa, q
tenía que regresar a la oficina, y el rubio no lo haría aún; Marisa salió a de
s empleados querían dejarlas listas antes de irse a comer; además, también reservó la sala para una hor
etición de ese hombre y, desde la recepción, vio al hombre con qui
e de ese lugar era tan bueno, y él estaba tan cansado, que no le fue difícil hacerlo-. He pasado una mala noche
ueña ciudad, así que las calles de ese lugar estaban a tope, los hoteles no debían ser
luego de dormir a Mía de nuevo, preguntó por la habit
ndolo tan agotado, la castaña decidió volv
ue coma aquí en lo que la hora de la reunión llega -ofreció la joven y el hombre le volvió a mirar contraria
rar atrás y ver a Mía plácidamente dormida en lo que le parecía un pedazo de cie
daba a la recepción, igual que la de la puerta, asegurándole que desde la calle no era visible para adentro gr
a la mitad de esa pequeña oficina, que en serio se sentía bien si no tenía en cuenta el barullo de la gente o el soni