icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Game Over.

Capítulo 5 Cuadrado reglamentario

Palabras:2687    |    Actualizado en: 17/02/2023

ly

Le

sajes en el buzón de

cuando puedas, o tal vez podrías invitarme en

éntame cómo estás cu

los me

os primeros se elevan. Hay una diferencia de presiones; una mayor en el exterior, p

umen,

ía ayudarme sea una

e haces, Timberg?»! -Ríe el ab

ai finta, Timberg?» -traduce Ber

No sé por qué lo hecho en casa resulta más sabroso. Tal vez s

l aperitivo de

e abra la heladera descalzo y que maniobre una sartén caliente sin guantes de

r terminado de almorzar hace una hora y

bre la mesa ratona. Charlan animadamente mientras pasa

n amigo? Detesta sociabilizar. Detesta todo lo

la cocina y deja la sartén allí para limpiar sus manos en el

mejor que te expliques en eso de «aco

los brazos, sus bíceps hacen un movimiento que me obliga a mirarlos con fijeza po

tes de que acote

anto su vuelo aterrizó -

s se fue a la ot

ra sé que me hizo su compañero de departamento para ahorrar antes de irse. Acumuló semanas de vacaciones en su trabajo y se las tomó. Si encuentra algo mejo

lquiler, ¿verdad? Es difícil encontrar dó

a de este lugar. Es eso o echar a su propio hermano. Dejará a alguien sin hogar temporalmen

susurro-. Ast

l se encoge de hombro

es tu hermana, pero ¿no estás

abios apretados, tampoco un músculo que salte en su mandíbula.

na mierda o... -me tomo un segundo-, te han decepcio

lumina su rostro por la forma en que lo

as o la vida? -pregunto cuando se voltea para sacar d

a quien culpar, con quien enojarte; pero si es la vida la que te rompe el corazón, hay un problema. ¿A quién le gritas cuando muere alguien que qu

cado nive

No voy a mentir, verlo sin camiseta, con delantal mientras maniobra utensilios de cocina eleva la temperatura como diez grados-.

oy por decir que sí, pe

fecto de alguna forma. Nunca me faltó nada, mis padres... Ni siquiera puedo describirlos. Mis amigos y el re

istancia en

qué lo

su aliento en mi mejilla. Se inclina y mi primer in

subió otros die

ersión al retroceder con el salero

su efecto en las

qué hi

demás, elegiste Kordell. Podrías haber ido a donde quisieras. Washington, Nueva York o Seattle. Podrías haberte

vamos o

ija de Malcom. La sombra que emite su nombre me tapa

os y su personalidad. Lo gracioso es que todo el mundo te dice que no hay que hacer comparaciones, pero ellos mismos las hacen cada día. Sin embar

Soy la hija de tal o la sobrina de tal y, si tuviera un he

Billy en su lugar? ¿Por

ra ver quién se acercaba a mí por papá. Aprendí a callarme cuando decían que no tenía derecho a quejarme de nada porque tenía la vida servida en bandeja. -Recojo cuatro tenedores y lo cierro con la cadera-. Era como si estar triste, enojada o con ganas de manda

su silencio me hace pensar que ha

. Ya tengo práctica en responder a com

ta el salero sobre los

dificultad. A veces los problemas que parecen más pe

mi nombre. Mira mi boca u

canse de su nuevo mejor amigo y lo amenace con envi

l salero y los

cuando quieras, amor. Di

los

o a puerco en meno

a

-Deja su plato vacío sobre la mesa ratona-

arda más de lo

ago. Cocino como los dioses y estoy seguro de que es uno de los motivos p

s límites. No solo la línea amarilla, sino también al inspector de tránsito con chaleco flu

do a dar una buena

os. -Levanta su lata de

ismo se le da. De otra forma el transgresor de pautas correrá hasta Carolina del Sur. Segunda regla: siempre advertir al prójimo cuando uno hizo del dos en el baño. No queremo

tes

rdo t

ece querer hacerlo a p

ar dos prendas de ropa como mínimo, ¿mejor

agino en un lindo conjunto de ropa interior. Me gusta el rosa. Y el cel

congelador si lo expres

s manos co

-. Además de darle utilidad a mi casi finalizado traductorado y enseña

scuche ni el crujido de la cama. -Nos apunta con recelo-. Incluso podríamos hacer una pijamada tú y yo -le dice a Bernardo-. Todo

os un hotel. -Billy Anne esconde el r

a en su hombro-. Una pijamada al mes. Pr

tudian por varios segundos. Ell

tonces. -Bernardo aplaude con entusiasmo-. Y tamb

oblema, ¿verdad, amor? Bernardo, al r

er que me dirijo a

rquea una ceja. Me río y ambos pasan a lanzarme una m

una conversación ah

ie y me arrastra del b

siquiera puede levantar su propio pe

cuerda en una ad

cuando entramos a mi nueva habitación semivacía. Es por la frase en la puerta que Ibeth cambió de lugar mis cosas antes de irs

que trabajar veintitrés horas al día

me agradan, pero no los conoces. Además, ¿escuchaste las reglas? Tú no sabes lo que es e

amento porque tapas las cloacas, Jaden Parker Ridsle

esto, mejor a

nesto? ¿Les dijiste

los al mudarse aquí? -Frunzo e

azos hacia la puerta como si estuvi

ol americano, su yerno es el de las posaderas bonitas, por lo

por la que tuve que de

No quiero enfadarme con él, pero sabe que hablar de lo que pasó toca

mprano lo s

os me recuerde todos los días el cómo terminé así y me haga lamentar mi

me

amigable agujero negro listo para tragarse

discusiones. Yo soy del tipo al que se le ocurren cos

tes de tirar de él bajo mi brazo, rodear su cuello y comenzar a frotar mis nudill

o meterse con su cabellera, pero

ciano desde el comedor-. ¡Los haré correr hasta Transilvania si no dej

a el pico! -rep

to el peso de nuestra conversa

Obtenga su bonus en la App

Abrir
1 Capítulo 1 Batir un comienzo2 Capítulo 2 Crisis de identidad3 Capítulo 3 Candados al sur4 Capítulo 4 Tu redondez5 Capítulo 5 Cuadrado reglamentario6 Capítulo 6 Confiscación navideña7 Capítulo 7 Eleuteromanía8 Capítulo 8 Déjà vu9 Capítulo 9 En cloro10 Capítulo 10 Un chocolate premeditado11 Capítulo 11 Platónicos de oficina12 Capítulo 12 Gallo de ciudad13 Capítulo 13 Vial14 Capítulo 14 Camaradas15 Capítulo 15 Mariposa16 Capítulo 16 Pescador conceptual17 Capítulo 17 Inhibidos18 Capítulo 18 Bailar un chachachá19 Capítulo 19 Listado personal20 Capítulo 20 Danés21 Capítulo 21 Obra sin aplausos22 Capítulo 22 Potasio23 Capítulo 23 Amapolas y calamares24 Capítulo 24 A mi modo25 Capítulo 25 Un acuario secreto26 Capítulo 26 Alud de flores27 Capítulo 27 Depilación amistosa28 Capítulo 28 Ranas29 Capítulo 29 Inkclase30 Capítulo 30 Dos orillas y un bote31 Capítulo 31 Sócrates32 Capítulo 32 Semáforos33 Capítulo 33 Tipos de guerra y guerreros34 Capítulo 34 Deterioro35 Capítulo 35 Caligrafía familiar36 Capítulo 36 Historia erótica37 Capítulo 37 El puesto38 Capítulo 38 Si no encajas39 Capítulo 39 Hujambo40 Capítulo 40 Emboscada41 Capítulo 41 La Gran Manzana42 Capítulo 42 Cámara de opinólogos43 Capítulo 43 Los chicos Sley44 Capítulo 44 Un amigo para siempre45 Capítulo 45 La lista invisible46 Capítulo 46 Juego terminado47 Capítulo 47 Tanatopraxia48 Capítulo 48 El funeral más divertido del mundo49 Capítulo 49 Epílogo 150 Capítulo 50 Epílogo 2