Engaños mortales
traba en sus negocios, en sus chicas y en que le pagaran por su mercancí
? -le pregunta a la rub
ine -Normani hace una mueca-
-levanta una c
la intentó ayudarla, entonces Josephine se metió en medio. La amenazó con q
se h
ella desde que llegó, parece que está interesada en la pe
én es
ca que entró ha
e los ojos en blanco- ¿Sabes su nombre? ¿Po
s guardias, dijo que se
a sorprendida-. Mi
lo que se escucha, parece que
-la mujer le tiende unos billetes
está en
ña. ¿Dónde es
ealmente es quién creía, se iba a meter el graves problemas. El apellido Lauder no era común y
chicas, las que siempre la acompañaban a todas partes, Carmela, Paty y Alacrán, nombres que quizás parecie
n para todas partes, ser la jefa también traía a sus enemigas
cerca -les dice Scarlett mientras c
rque Scarlett no solía estar en los sitios comunes y era extraño que la esté buscando específicamen
n problemas por una novata?
o a Isabella. ¿Porqué no les dices
e que te habías metido en proble
ón bien sabrías que estoy perfect
r ti -Scarlet levanta una ceja-. Y supe que estás detrás de l
eño fruncido-. Scar, sabes que te quiero, pero no vas a detener
sabes perfectamente quién es ella, así que te vas olvidando de lo que tu
ién es es la razón por la que in
s que no te puedes ni siquiera acercar. Olvídate de ella y lo digo en serio, no hagas que tenga qu
qué está
Simplemente te vas olvidando de ell
en que por el de la nueva. Las reglas eran simples, no debías meterte con personas que no estén en tu calibre, porque
ector se enteró de los hechos acontecidos tras ser informado por un guardia. El hombre sabía que de
todo, mantenía informado a quién debía, sabiendo que luego tenía una jugosa comisión de su parte. El
sin saber de usted -dice
ke, estoy en un asunto
fue atacada en las duchas hoy. Pensé que querías saberlo, sabes que me has dicho siempre que
fue? ¿Jo
sas. No fue algo puntual,
nes de que la protegieras. ¿P
anaría enemigas tan rápido, no me culpes po
a mujer tiene que estar fuera de los p
te intere
as y mantengas la boca cerrada. Dile a los inútiles de tus hombres
ro le da tantas buenas ganancias que a veces prefiere tragarse su orgullo, después de todo no tenía qu
aquel hombre para comenzar a recibir un poco más de ganancias. Era demasiado lo que estaba haciendo allí, mantenerse al margen del co
r, esperando poder calmar su mal humor ante las palabras de Scarlett. Estaba cansada de que intenta
ar vibra contra el bolsillo de su pantalón, maldiciendo p
uieres? -respon
leducada -le responde el nombre de manera seca-. No te llamo
us ratas para irte con los cue
estabas muy interesada en ella -el hombre aclara su garganta-. No quiero que ni siquiera tenga
a y tus negocios de mierda. Déjam
haces, porque te estoy