Annelise.
mbre de 194
as dolorosas en su corazón. La puerta de la habitación de sus hermanos no se había abierto desde la muerte de estos, sin embargo, esa mañana fue una excepción pues Annelise necesitaba un abrigo para ir a la escuela y Britta estaba segura de que en
o la prenda por los brazos de Annelise, no antes de
cias, pensé que
se dispusieron a salir de su hogar y las miradas no tardaron en posarse sobre ellas, la gente ya no sabía ni de que hablar y lo poco que pudo entender Britta entre ta
s que en algún momento llegaron a ser de un vivo color amarillo, la bandera de Noruega ondeaba en el asta del techo y había una basta cantidad de niños de distintas edades rondando por los alrededores de la
bes ir a la escuela -. Ha
eren? ¿Y si me dejan afuera? -
probar una cucharada de jarabe agridulce, n
lgunos niños que ya habían notado la presencia de Annelise, miraban con curiosidad a su dire
mí a la salida? -. Pre
muy cerca de casa y tú ya eres una n
olvieran solos de la escuela a pesar de sus cortas ed
. Respondió
pie observando la espalda de Annelise alejarse hasta que su pequeño cuerpo se perdió entre el resto de niños, luego, se dio la
que tenía la gente del pueblo, comenzó su trabajo limpiando el lugar que cada día parecía estar más sucio que el anterior. El sonido que hacía el trapeador al pasar por el suelo era desagradable y el agua se veía de color gris, además, no había dinero para comprar productos de limpieza as
el hombre. - Hay panecillos que
ió secando sus manos
para Annelise quien no podía ir a estudiar con el estómago vacío, por
-. Preguntó el señor Larsen.
la quisieron y en el orfanato no la reciben; además, el director Aas fue ayer personalmente a mi casa y cas
sabilidades que ahora tenía, era desesperante estar a
más rompió uno de sus vestidos y ni siquiera tengo algo para darle de cenar hoy -. Suj
uerra también tenía una familia por la cual preocuparse, pero luego de esta se
ro todos los ingresos se me van en harina y levadura -. Se
adecida con usted por darme est
ir a la fábrica de textiles, oí a unos j
afueras del pueblo? ¿
er la ropa y el calzado una necesidad básica aque
licitar trabajo, después de todo tú eres joven -.
la casa a ver cómo llego Anne
el mostrador, yo entiendo lo necesario que es
cuando acabó salió de la panadería con el permiso que le había dado su jefe momentos antes; y así se dirigió a la esta
donde el humo salía y se dispersaba en la altitud, también el sonido que causaban la maquinaria dentro
os los hombres dentro de la fábrica, la miraban sin sab
los trabajadores, un hombre cubierto de suciedad y tintes que usaban para teñir l
en su oficina al fi
mbre de frente, tenía tantas canas que era imposible descifrar de que color fue su
Preguntó mirando a B
mbre el Britta y estoy
ado de esta fábric
radas estaban sobre ella, todos habían dejado sus labores para
está buscando a su esposo, adelan
- Lo que pasa es que me preguntaba si podría encontrar a
s trabajadores pero el encargado solo se giró h
¿Verdad? Esto en
ritta haciendo un gran esfuer
nton
pocos lugares del pueblo donde se da una pag
aron a la rubia, el hombre abría tanto la boca al reír que varias gotas del s
en se
a a lavar la ropa o hacer el almuerzo ¿No te es sufi
es q
¿Por eso estás molestando e
n antes recibir comentarios innecesarios de parte de los empleados. Cuando se encontró de espaldas a la puerta principal de la fábrica dejó sus lágrimas de indignación rodar por sus mejillas, las cuales ya estaban rojas por la ira comprimida que
uscar otro trabajo dentro del pueblo, uno que fuera considerado "de mujeres" los cuales eran pocos, pero existían; no ob
r Larsen cuando vio a su única trabaja
ratando hombres -. Respondió ella poco an
izar el día su jefe, que era un hombre que había aprendido el valor de la humanidad y la em
i que darle a la pequeña que cuidas así
pescado, se sintió afortunada y sus ojos se llenaron de lágrimas mientras no encontraba la manera de agradec