Annelise.
mbre de 194
anes parecen ser creación del mismísimo Satanás, hicimos sufici
pero al parecer ni los siervos del señor tenían misericordia ante la pequeña niña inocente de todas las atrocidades alemanas. La mujer estaba contra la espada y la pared pues era incapaz de dejar a la niña por su cuenta; pero tampoco estaba en condiciones económic
la puerta, como alma que lleva el diablo se lev
verla con la rodilla lastima
he
notó el contundente sonido que provocó el cuerpo de Annelise al chocar contra el suelo. La pequeña se veía asusta
inguna astilla -. Habló Britta antes de tomar
a solución que encontró Britta fue la de mojar un trozo de tela y pasarlo por su herida, con tantas carencias, era lo mejor que po
ó Britta ante los chillidos de
acto sobre la carne viva de sus heridas, pero luego de unos dolorosos segundos Bido -. Murmuró la pequeña s
enía pocos vestidos para la pequeña y a
de ropa, más tarde
tación en la que dormía Annelise, Britta abrió un baúl que contenía algunos de los vestidos que ella usó de niña y sacó uno de color menta
ra luego salir de la habitación, d
os escalones rechinantes hasta posarse enfrente de la puerta y abrirla, allí de pie en la entrada de su hogar estaba el señor Aas, el director de la institución educativa del pu
era desconfiada de saludo, no entendía
ión, interrumpiendo a la rubia - Me he estado preguntando por los
conscientes de que Annelise aún viv
odavía no le he podido conseguir
ó algo en una pequeña libreta para disponerse a marchar del lugar, no obstan
er? -. Preguntó pis
rarla con esa estoica ex
no enviar a la niña a la escuela es
, si él la llegase acusar ella n
mbre para detener su paso. - Por favor no me reporte,
e mala gana mientras arrancaba su abrigo del agarre de Britta. -
r por el sistema de la rubia, debí
a sanción -. Pidió casi en un ruego. - ¿No dice la biblia que se debe
un par de segundos donde ella no pudo e
tás cuidando no va a la escuela, si no
ra hora a la escuela, lo juro por Dios,
ía que si Britta tuviese que pagar una sanción significaría sacrificar varias comidas; pensó que quitarle el p
dudaré en reportarla -. Dijo Aas antes de tomar la hoja donde
nviar a la pequeña a la escuela pero no tenía libros, ni cuadernos y mucho menos una mochila, también se preocupó por los desayunos pues a partir
ncontró con la pequeña niña de cabellos de oro m
las conversaciones de los a
sie
el polvo y los olores de las páginas viejas y amarillas por el tiempo la hicieron estornudar pero eso no la detuvo; por otro
escuela? -
rqué le había preguntado eso, después de todo y sin importar su
a otros niños, pero me
consiguió un viejo cuaderno con tan solo un pa
? Eres una niña maravillosa,
era mis padres
dole sentir a esta última un pinchazo de dolor emocional, era tr
, por eso me vas a enviar
un sonoro suspiro. - Es que el mundo de los adultos suele ser complica
o podía comprender cómo funcionaba el mundo y la vida de los adultos, para ella todo era más sencillo. El deseo de Annelise por quedarse bajo el cuidado de Britta su
inero me puedo quedar cont
nto le gustaría que las cos
er el dinero que ganarías no serviría para mucho -. Explic
er tampoco quería que la niña se fuera, esa pequeña llenaba un vacío emocional gigante en ella, ya que le recordaba a sus herman
ico de los niños le traía recuerdos que en algún momento fueron felices pero luego se volvieron dolorosos, cuando s
imulando sus sentimientos dolorosos. - Aún tengo que buscar algunas
ió la pequeña dando m
ocupaba que Annelise se llegase a sentirse menos por tener cosas viejas y desgastadas, aunque juzgando por la situación del país era posible que el resto de niños también
te para que Annelise estudiara un par de días, la rubia se levantó del piso sintiendo sus piernas frías y subió las escaleras en busca de la pequeña niña que cuidaba, al lle
ran día -. Suspiró Britta an
iscriminación en la escuela por ser alemana,