Pobre pero multimillonaria
ersona; cuando vio que en el baño únicamente había productos para hom
na familia así!", murmuró sarcásticame
con su abuelo, y si aún no sentía nada por Rupert después de permanec
Annabel salió del baño; ella comió los alim
finalmente regresó a casa despué
ó que fuera a recogerla, pero se negó con el pretext
en su prometida; para Rupert, el compr
guna manera se las arregló para toma
sobresaltó tanto que no pudo evitar alejarse abruptamente. La habitación estaba tenuemente iluminada, por lo que él no podía ver con claridad el rostro de la mujer.
ron a Rupert comple
tan hipnotizante, que él sintió la necesidad de presionar la nariz contra su cuello. Por al
ombre no se despertó en ningún momento durante to
rás. En medio de una habitación oscura, una chica lo abrazó con fuerza y le dijo
eño, volvió a encontrarse con esa
ansiosa la noticia de que Annabel había sido expulsada de la habitación después
ra que esperaba? ¿Acaso Rupert no volvió a casa a
pacio personal; era imposible que estuviera dis
oba de Rupert y llamó a la puerta: "¿Hola? El desayuno esta listo.
ofundamente. Annabel de inmediato sintió el calor de otra persona;
trantes ojos de un hombre; esto la hizo incorporar
tornaron sombríos cuando le respondió
er supuso que se trataba de Rupert, su promet
ció: "Viniste a mi habitación y dormiste en mi cama en tu prim
fundida. ¿Él acababa de decir que esa
s de esta familia estaban
todos esos productos para hombre que vio ayer en el
esta era mi habitación. No te ofendas, pero no estoy interesada en ti de ninguna manera. Ahora que lo pienso, anoche me fui a dormir sola, no había nadie más en la cama. ¿No
cuando escuchó estas palabras; no podía negar que
ónito cuando se encontró con los ojos de Annabel; sus h
ró con una so
as así? ¿Ahora estás o
tornarse sombrío y le ordenó con frialdad: "¡Largo de a
steriormente se marchó con sus p
er encuentro, desde ah
lado de la puerta, se sorpren
s, tu primo me tuvo entre sus brazos y durmió conmigo toda la noche.
ro de Cathy se puso rojo de la
upert le agradara Annabel, y ni hablar d
a que habían dormido junt