Mi único crimen es amarte
ítu
r omnis
tra un hombre siendo golpeado por unos pandilleros. No pudo evitar ayudarlo siempre ha sido justa en su forma de actuar y vivir, y lo primero que se le ocur
lo revisa, al ver que no son tan graves los golpes se relaja un p
levanta pasando su brazo por su hombro para poder ayudarlo y llev
del tiempo acostada por la edad y enfermedad. Sus padres casi ni la ven por el trabajo y la dedicaci
de su edad siempre está al pendiente de si come o no su niña. Lo cura con lo que tiene en casa y lo que sabe, el hombre
lo ayudo y con quien está en deuda. Ella mientras lo cura de sus heridas se da cuenta de que el
mbre muy atractivo y conocido en la ciudad, le
llena de gente que está en busca de su jefe. Al principio se asusta por
do que Isabella se sonroje por la intensa mirada que el hombre puso en ella. No pue
ora es la salud de su jefe. Sorprendidos se encuentran al ver a la chica tan buena y débil que salvó a su jefe, nun
aunque a la única que han visto en ese lugar es a Isabella, de la que come
fe a su hogar, además, de llevar al médico de siem
ogar. Un pensamiento que no abandonaba su mente es lo guapo que era el hombre, del que todavía no recuerda el nombre, porque nunc
ior, como siempre toma camino a su escuela donde despeja la mente del ho
este jefe de la mafia de la ciudad se sentían en deuda con Isabella por salvar a su jefe, por lo que co
lla, las chicas sentían envidia por la suerte de la chica y comenzaron a rumorear sobre el motivo, se dijeron muchas cosas, co
, por miedo. Miraban con molestia a Isabella culpándola por es
o hizo su vida cambió dando un giro de 180 grados. No quería tener esa atención en su vida, le gustaba ser la típ
la a su casa y viceversa a Isabella en un auto de lujo todos los días, lo que alter
de los subordinados sobre quien era el responsable de que la cuiden, el hombre respondió
or otro lado desde la universidad para poder tener un día como siempre ha vivido, en transporte púb
mino a casa volvió a ser lo de siempre, ella suspira contenta por tener un día normal, hasta que el autobús se detie
ida al ver un auto cruzado en el camino del autobús. Le da igual el tránsito, el que
responsable. Sin embargo, al ver quien es la persona que se baja del automóvil, guarda silencio asustado. El enojo y las maldici
los de su pantalón de tela y al llegar a la puerta, baja sus lentes de sol para mirar p
de Isabella se apriete y sienta mariposas revolotear por dentro de los nervios. Cabe desta
ariencia y se siente inferior a él. Molesta por la vestimenta que t
sonreír, aunque trata de no demostrarlo. Finalmente se levanta del asiento par
que decir. No esperaba que la fuera a buscar al notar qu
lo que ella escucha puede darse cuenta que dejo algo de lado por
porque su corazón no deja de latir rápido por la cerc