SINOPSIS Balthazar Lennox es un importante CEO de las empresas multinacionales más importantes de Escocia su vida es siempre lo mismo, trabajo y mujeres cuando su trabajo se lo permite. Aunque últimamente solo es trabajo. Es un hombre que se exige más y más empresarialmente, prácticamente come y respira en su oficina y fuera de ella no tiene mucha vida social, salvo las conquistas de una noche que consigue en los bares un sábado por la noche con sus amigos. Su vida dará un giro de 180º cuando su padre le pide que vaya a la hacienda de su madre porque su capataz murió, la vida en el campo no es para un ilustre empresario como él, pero acepta por su padre, no le queda de otra. Cassidy Sallow, la mayor parte de su vida ha respirado los puros aires del campo, la hacienda Las Colinas ha sido su hogar desde más de una década, con sólo veinte años está liderando a los trabajadores, ocupándose de los animales y el papeleo que conlleva llevar una hacienda de este porte, luego de la inesperada muerte de su padre. Su padre Cameron Sallow era el capataz de la hacienda y todo lo que sabÃa era por él, hacÃa un buen trabajo con los vaqueros y los animales, hasta que la llamada del señor Lennox avisándole que su hijo va para echar un vistazo y tomarse unas vacaciones es como una patada en el estómago. ¿Qué tiene que hacer un niño rico y mimado en el campo? ¿Creen que no hago un buen trabajo? Es ridÃculo tener que mostrar mi valÃa a un imbécil que no sabe ni ordeñar una vaca, pero si debo demostrarle a ambos que puedo encargarme de la hacienda, lo haré.
BALTHAZAR
LONDRES
Estaba en Londres con Jazziel en una reunión de emergencia con unos inversionistas, mi reunión se habÃa alargado más de lo esperado asà que acordamos con vernos en el bar del hotel donde nos quedábamos.
Estoy saliendo de la empresa cuando me llega un mensaje de mi supuesto amigo.
Jazziel: Cambio de planes, conecte con una bella pelirroja.
Y asà sin más me dejo botado por una mujer.
¡Genial!
Pedà un trago al llegar a la barra y vi a mi alrededor, ya que estaba desocupado iba a solucionar eso.
Sólo media hora después estaba caminando hacia el ascensor de la mano de una linda morena.
-Vamos -la morena que me tiene agarrado de la mano me lleva arrastras hasta el elevador- házmelo aquÃ- exige mientras se voltea y sube un poco su vestido.
Me deja apreciar su intimidad y levantó las cejas.
-Mujer traviesa, no llevas bragas -exclamó pasando un dedo por su humedad.
Su cuerpo se estremece por mi tacto y es por eso que me gusta el sexo, es una transacción limpia, puedes ser tan pecador como tu quieras, cualquier posición y lugar te sirven para llegar a fin el acuerdo mutuo entre dos o más personas. Yo amo a todas las mujeres, amo sus cuerpos y como reaccionan a mi toque.
No puedo decir más porque el ascensor llega al piso de la mujer, la conocà en el bar del hotel creo que se llama Jin, Jenn y empezamos hablar de las cosas que tenemos afines, es de curvas modestas, tiene un lindo vestido negro estilo corsé, su rizado cabello color chocolate compite con el exquisito color de su piel tostada, llegamos a trompicones a su habitación y luego abrimos y entramos.
En cuanto lo hicimos cerró firmemente la puerta y comenzó a quitarse la falda de lo que pensé era un vestido, se quito solo eso dejando desnudo de sus caderas hacia abajo, se bajo los tirantes de este dejando sus suculentos pechos expuestos, cuando el aire beso sus pezones estos se volvieron una pequeña protuberancia erguida que pedÃan atención, se puso las manos en las caderas y puso esa pose que se supone deberÃa verse sexy en las mujeres, pero se ve un poco forzada en ella, queriendo aparentar ser una leona cuando se nota que es una gatita que quiere ser mansa.
Ya es hermosa como es no tiene que destacar nada, pero no se lo digo porque el punto aquà es que ambos nos sintamos muy bien. Me quite la corbata porque en cuanto salà de mi oficina me vine al bar a charlar con un amigo, pero este se consiguió un ligue cinco minutos antes de que yo llegara, asà es Jassiel.
-Acuéstate en la cama -dije quitándome los gemelos y desabrochando los puños de mi camisa -ábrete de piernas y déjame ver ese coñito hambriento por una polla.
a mujer acata cada orden sin chistar, querÃa parecer que tenÃa la batuta, pero se volvió tan mansa como todas.
-Tócate - continue con mis demandas.
Me quedé solo con el pantalón puesto me acerque hasta donde estaba en la cama y bajo mi cara a su centro, no la he tocado, ella apenas y lo hace un minuto y está mojada esperando por mi verga.
Soplo aire y la veo retorcerse por el cambio de temperatura.
-Por favor - súplica.
-Por favor ¿qué? -le rebatà divertido mientras pasé mi dedo Ãndice por su raja en una caricia efÃmera.
-Te necesito -ruega y jadea.
Sudor corre por su frente, veo su vagina palpitar y sus muslos temblar y sin más rodeo acerco mi boca a su pequeño clÃtoris y lo succiono con fuerza. Su espalda se catapulta despegándose del colchón y suelta un grito que está entre angustioso por la espera, extasiada por las sensaciones e incrédula por lo que siente.
Palmeo mi polla para darle un aviso que ya viene su turno, pero, primero las damas.
Jugué con su pecaminoso centro y añadà mis dedos a la ecuación regalándome una sinfonÃa exquisita y algo exagerada de su primer orgasmo. Mientras ella baja de la nube orgásmica en donde la monte, me puse un preservativo y abrà más sus piernas, mientras acariciaba su hinchado y ahora sensible perlita fui metiendo mi glande sin ms juego previo.
-Oh Dios, es demasiado -se queja al sentir solo la punta de mi grueso falo.
-La vas a tomar toda- bofeteo su coño sensible y ella grita de placer y aprovecho para empujar el resto de mi tronco dentro de ella en un solo empujón robándole el aire de sus pulmones - mierda. SÃ, se siente bien.
La dejé unos segundos para que se ajustará un poco a mi tamaño, pero me urgÃa moverme de nuevo, quisiera metérsela toda pero no me quejo.
-Junta esas tetas para mà -lo hizo cuando mis palabras penetraron la neblina de placer.
Cuando sus pezones estaban unidos le di varios golpeteos húmedos con mi lengua mientras empecé a meter y sacar mi verga de su interior, su cuerpo se retorcÃa debajo de mà y no sabÃa si querÃa quitarme o atraerme a ella. Nadie podÃa aguantar mi tamaño y a veces se quejaban y se hacÃa demasiado cuando intentaba darles más de lo que podÃan soportar, a veces no me importaba, pero dÃas como hoy que quiero liberar el estrés y la frustración por no firmar un tratado que ya estaba listo, pues no me agrada, a nadie le agrada que te frenen tu propio éxtasis.
Le saco la verga sin previo aviso y se queja, hace una mueca de dolor, pero cuando la giro y la pongo a cuatro patas no se queja, sino que pone más su culo en pompas, acarició un poco su espalda para que no tense el cuerpo y vuelvo a acariciar sus deliciosos melones bien tersos y exquisitos. Paseo una mano en su vientre y juego con el pequeño piercing de su ombligo y luego sigo mi camino hasta su monte de venus, separo más sus labios y los recorro con mis dedos, cada vagina es diferente como la mujer que la porta y me gusta conocerla, degustarla, tocarla y reconocerla. Ya le dije que amo a las mujeres, cada coño es hermoso a su manera.
La mano que tenÃa jugando con sus senos la llevó su espalda y la paso arriba y abajo en un hipnótico masaje, meto mi falo grueso y duro como una piedra en su coñito hambriento y este intenta tragarse lo más que puede.
-Duele- me avisa y dejo de penetrarla tan hondo, encuentro un ángulo que me sea factible a mà y que para ella no sea tan doloroso y roto mis caderas encontrando su punto g en el proceso.
Busco el orificio de su ano y paseo mi pulgar por su abertura rugosa, lo rodeo, lo presionó un poco y me apartó todo sin dejar de prestar atención a sus necesidades, su orgasmo está cerca, curva los dedos de los pies, saca más su cadera y humedad es mucha. Su cuerpo se tensa esperando a recibir placer y desacelero mis acometidas, la veo quejarse hasta que suelto una nalgada y la penetro nuevamente, le frotó el coño con una mano mientras la otra se sigue aventurando en su pequeño agujero fruncido, cuando logró pasar su primer anillo de músculos apretado hasta el primer nudillo ella pierde todo y se corre con un grito.
-Ahora me toca a mà -declaré poniéndola de pie.
La pegué a la ventana que da al exterior y las calles de Londres estaban atestada de gente este viaje de negocios estaba siendo fructÃfero, cualquiera que volteara a ver hacia arriba la verÃa desnuda y recibiendo el placer que yo le daba, el verse exhibida hizo que su vagina sensible se apretara alrededor de mi verga nuevamente.
-Te gusta que vean cómo te taladro el coñito moreno -espeté mientras mis caderas arremetÃan contra su culo.
Ella no respondió, pero su vulva volvió a ondularse alrededor de mi pene dándome una respuesta que me hizo gemir. Enganché su pierna derecha a mi antebrazo y la pegué más al vidrio, su capullo expuesto, asà como todo su cuerpo recibió el frÃo cristal de la ventana y ella gimió y jadeo fuerte. Embestà en su interior una y otra vez soportando la mayor parte de su peso.
-Frota ese bonito e hinchado botón -sus manos sostenÃan su equilibro del cristal, pero enseguida coló una mano entre su cuerpo en este y comenzó hacer cÃrculos.
Su vagina obtuvo lo que querÃa un tercer y último demoledor orgasmo que la dejó temblando, su humedad recorrió mis bolas y se escuchaba el golpeteo de nuestras conexión y nuestras pieles sudada en toda la habitación, todo eso sumado a su coño ordeñando mi verga me permità dejarme ir, en cuatro estocadas profundas me corrà profundo en su útero dentro del condón.
Luego de recuperar la compostura la llevé a su cama, la dejé desmadejaba en el mullido colchón y con una sonrisa satisfecha mientras me fui al baño, me encargué del condón y me lavé rápidamente para irme, salà y me puse mi arrugado traje mientras ella volvÃa un poco en sÃ.
-¿Ya te vas? -pregunta entre soñolienta y herida.
-SÃ, mañana tengo un almuerzo de negocios -le respondà con serenidad.
-Puedes quedarte e irte en la mañana -me ofrece, agitando sus falasas pestañas.
-Yo nunca me quedo a dormir -le dije mientras arreglaba mis gemelos. Ignoré mi traje arrugado mientras le eché un vistazo rápido -fue un placer conocerte.
-Ni siquiera recuerdas mi nombre ¿cierto?
-Cierto -conteste, no me gustaba mentir, no veÃa la necesidad.
-Eres un desgraciado hijo de puta -sus palabras salieron enfurecidas.
-¡Ey! Que mi madre no te ha hecho nada -le señalé, giré mis talones furioso y me largué de ese lugar.
Respiré hondo y solté mi rabia, no iba a dejar que una tonta niña malcriada me quitara el buen orgasmo que acababa de tener con ella.
***
Cada lunes llego a mi trabajo a las seis de la mañana como ya es costumbre, nuestras oficinas abren a las ocho d ela mañana, por lo que no hay ni un alma alrededor y eso me gustaba.
Pongo una clave especial que se cambia cada tres dÃas en mi despacho y me siento detrás de mi escritorio, enciendo mi computadora, busco mi pluma de oro en el cajón de mi escritorio, reviso una pila de documentos que tienen que ser firmados, y, en lo que mi computadora se enciende reviso la bolsa de valores, todos los dÃas sigo mi rutina de manera rigorosa. No importa que, mi rutina no se interrumpe.
Mi rutina es una de las cosas más importante para mÃ, estoy encargado de una multinacional; desde hace diez años que mi padre me dejó a cargo de ella y la he hecho crecer el doble, mi trabajo principal es comprar empresas pequeñas, desmantelarlas, armarla y venderlas al mejor postor, soy como un sabueso en cuanto a ofertas se habla. No por algo me llaman Silver Wolf, secretamente también tengo un pasatiempo y es comprar y remodelar viejos edificios y casas.
Somos la multinacional más grande del mundo, somos innovadores en tecnologÃa, armas, medicina y mi especialidad edificios y empresas antiguas listas para restaurar y vender.
cuento con el mejor grupo de CEO's que también eran mis mejores amigos, Elliot McNeil se encarga del área de medicina, Camilo Baxter es el encargado en el área de armas, Jazziel Dunn es el experto en el área de tecnologÃa de la nueva era y casi todos somos mejores amigos desde la universidad, cuando mi padre me hizo un llamado de querer jubilarse le dije que cambiarÃa la manera de ver la empresa, la llevarÃa al futuro y él acepto.
-Señor Lennox, tiene una llamada urgente de su padre -la voz de mi asistente interrumpe mi trabajo por el intercomunicador.
«Hablando del diablo» pienso.
-Dile que estoy en una junta, JazmÃn -respondo apretando el botón para responder.
-Ya intenté eso señor, dice que y cito: si no contesta el maldito teléfono estaré montado en un avión para hablar personalmente con él -la asistente se oye apenada.
-Pasa la llamada, Rita y muchas gracias -bufé, tomando la llamada- padre, no es necesario hacer estas cosas.
-Lo son si juegas a ignorar al hombre que te engendró, Balthazar -replica mi padre enojado.
-¿Qué es lo que quieres padre? -pregunté querÃa ir directo al grano.
Mi padre está en su segunda luna de miel con Rosa, su esposa; que me amenace con que va a interrumpir su luna de miel por mÃ, es un golpe bajo. Rosa no me lo perdonarÃa.
-La hacienda Las Colinas, está teniendo problemas y te necesito allá -él también fue al grano.
-Contrata a alguien padre, sabes que estoy saturado de trabajo.
-El capataz murió, Balthazar solo queda su hija Cass. No sé si la recuerdas, y sabes que siento un cariño especial por esas tierras- la voz de mi padre se quiebra un poco al pensar en mamá -solo quiero que estés dos semanas como máximo y que veas como está la hacienda, si todo marcha bien dejo a su hija en el puesto de su padre.
-Es una mujer, padre deberÃas buscar a alguien más capacitado.
-No subestimes el poder de una mujer, Balthazar esa chica creció entre los caballos de esa hacienda y según lo que su padre me decÃa, tenÃa más bolas que cualquier hombre del lugar -dijo con una risa entre dientes.
Resoplé divertido aun asà accedÃ, por la memoria mi madre. Solo por eso, no por que la tal Cass me provoqué curiosidad.
-Bien, en una semana me acerco y solo pasare una semana en el lugar -le dejo claro.
-Gracias, Balthy- dice el nombre que mi madre me decÃa de niño- me quedo más tranquilo si tú vas.
Me despido de él y quedamos en que nos veremos a su regreso, lo cual no será sino dentro de dos meses.
Me quedo pensando en la hacienda, hace mucho tiempo que no voy al rancho, la última vez que fui mi madre habÃa enfermado y ni mi padre ni yo querÃamos nada que nos la recordará.
CapÃtulo 1 Londres
27/12/2023
CapÃtulo 2 Juntas
27/12/2023
CapÃtulo 3 En las Highlands
27/12/2023
CapÃtulo 4 Presentaciones
27/12/2023
CapÃtulo 5 Pepita la yegua
27/12/2023
CapÃtulo 6 Conocer
27/12/2023
CapÃtulo 7 Búsqueda
27/12/2023
CapÃtulo 8 Encontrados
27/12/2023
CapÃtulo 9 Rescate
27/12/2023
CapÃtulo 10 Cuentos y leyendas
27/12/2023
CapÃtulo 11 Apuesta
27/12/2023
CapÃtulo 12 Macho, machito
28/12/2023
CapÃtulo 13 Salgamos de aquÃ
28/12/2023
CapÃtulo 14 Los haggis
28/12/2023
CapÃtulo 15 Maleantes
28/12/2023
CapÃtulo 16 Manejando despacio
28/12/2023
CapÃtulo 17 Delirio
28/12/2023
CapÃtulo 18 Como cada mañana
28/12/2023
CapÃtulo 19 Su mal humor
28/12/2023
CapÃtulo 20 Un lado oculto
28/12/2023
CapÃtulo 21 De manera casual
28/12/2023
CapÃtulo 22 Insomnio
28/12/2023
CapÃtulo 23 El semental
28/12/2023
CapÃtulo 24 ¡Ayuda!
28/12/2023
CapÃtulo 25 Todo profesional
28/12/2023
CapÃtulo 26 Su hermosa Flor
28/12/2023
CapÃtulo 27 Quién iba a pensar
28/12/2023
CapÃtulo 28 Yo no fui
29/12/2023
CapÃtulo 29 Hospital
29/12/2023
CapÃtulo 30 Celos, malditos celos
29/12/2023
CapÃtulo 31 Bar de Boomer
29/12/2023
CapÃtulo 32 Agarrado
29/12/2023
CapÃtulo 33 Pánico
29/12/2023
CapÃtulo 34 ¿Qué hicieron
29/12/2023
CapÃtulo 35 Titanes
29/12/2023
CapÃtulo 36 Despacho
29/12/2023
CapÃtulo 37 Travesura
29/12/2023
CapÃtulo 38 Habitación
29/12/2023
CapÃtulo 39 El Duque
29/12/2023
CapÃtulo 40 El castillo
29/12/2023
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