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La cicatriz del sol

La cicatriz del sol

Eva Correa

4.8
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92
Capítulo

La princesa Sol era la tercera hija del rey Cameleo, gobernante de Wilor, un pequeño reino humano alejado del bosque maldito. Un bosque que ocultaba miles de secretos. Pero Sol sufre día a día el rechazo de su padre y el temor a ser vista. ¿Por qué? Por la cruel condena que ella posee al tener en su rostro una cicatriz que la hace ocultarse en la oscuridad llena de miedo y dolor. Entonces todo cambia cuando entre la multitud su llanto resuene en los cielos despertando el enojo de una bestia, que escondido observaba a la bella Sol embriagándose con su aroma. Aquella bestia no es un desconocido. Aquella bestia es el príncipe de los lobos, un hombre respetado en cada reino. Él solo sostuvo la mano de Sol acallando todos los murmullos y con suavidad beso sus labios dando comienzo a una historia de amor.

Capítulo 1 Escondida en la oscuridad

Deseaba la libertad y muchas veces me cuestionaba: ¿Qué era ser libre?

Las mañanas eran tristezas, las tardes deprimentes y las noches tormentosas. Quería refugiarme en algunos cálidos brazos y llorar en silencio, tal vez escuchar una voz pidiendo calma, unas manos acariciando mis enmarañados cabellos y sentir un delicado beso ser depositado en mi frente.

Pero debía borrar aquellos anhelos porque yo seguía soñando.

Era una tarde fresca, el sol se posaba en lo más de los cielos, podía escuchar el cántico de las aves mientras mi padre me observaba con ternura, sus labios pronunciarían mi nombre sin odio y podía recorrer los pasillos de mi hogar sin miedo, pero todo era solo un sueño.

Porque cada vez que mi rostro era visto por mi padre el repudio se impregnaba en su mirada, prefería ocultarme en la oscuridad y llorar en silencio.

Nunca supe el motivo de aquella cicatriz que se marcaba en la parte derecha de mi rostro, pero el silencio de mi padre provocaba que aquella pregunta nunca surcara mis labios.

Cuando tan solo era una niña miraba con tristeza a mis hermanas correr por los jardines del palacio, mi padre me lo prohibió. Decía que yo traía vergüenza en su vida.

-Eso eres Sol, vergüenza

Sus palabras perforaban mi corazón cada vez que lo recordaba.

Ahora ya tenía 19 años y la costumbre de permanecer en la oscuridad cubrieron por completo mis anhelos.

Sé que nunca podre sonreír, pero estaba feliz sin mostrar aquella emoción en mi rostro, mis hermanas habían conseguido comprometerse con hombres de alta cuna y los murmullos felices corrían por los pasillos del castillo.

Ellas merecían ser feliz.

Solté un suspiro cuando la puerta fue abierta por donde ingresaron mi nana junto a mi doncella. Ambas reverenciaron con pequeñas sonrisas formadas en sus labios.

-¿Por qué no te sientas en tu cama Sol?, -me pregunto suavemente mi nana, yo guarde silencio mientras dejaba de observarla- ¿qué ocurre?

Se acercó lentamente a mí intentando descifrar que era aquello que ahora me atormentaba, aunque yo intentara negarlo ella podía sentir mi tristeza o solo mi intento de valentía.

Observe a través de las cortinas blancas con el temor a ser observada por los guardias que custodiaban el jardín principal y tras soltar un suspiro agache la cabeza.

-¿Estas así por tus hermanas? -cuestiono mi nana

Yo asentí.

-Estoy feliz al saber que se casaran. -forme en mis labios una pequeña sonrisa- Mi padre yacía contento ¿no?

Pose mis ojos en la figura de la mujer que cuido de mí en esta oscura y solitaria alcoba. Sus cabellos negros poseían algunas muestras de vejez, su piel blanquecina brillaba siendo cubierta por un vestido lila y sus manos yacían entrelazadas sobre su vientre.

Ella intento sonreír, pero solo pudo agachar la cabeza y negar lentamente.

-Solo dilo nana, prometo no llorar -intente mostrar calma en mis palabras

-Ese hombre ambicioso y cruel solo piensa en el dinero -hablo con molestia

-Nana tranquila -ella negó ante mis palabras

-Sol -sus labios pronunciaron mi nombre con tristeza- odio ver que estas escondida aquí como si fueras una prisionera, mereces salir a la luz y sonreír

Me mantuve en silencio mientras dejaba de observarla.

-Esa cicatriz no te hace diferente

-Si lo hace -mi corazón palpito llenándose de tristeza y un nudo se fue formando en mi garganta, apreté mis labios dispuesta a no dejar que mis sollozos hagan presencia

Nuevamente quería llorar.

Ella no dijo nada más porque mi respuesta sería el silencio. Un cruel silencio que me mantiene a salvo y alejada de la curiosidad.

Era mejor no sentirla.

Las horas fueron pasando, la tarde había llegado y el atardecer se podía reflejar detrás de las cortinas blancas, era un borroso atardecer, pero al menos al cerrar mis ojos podía verlo con claridad. Mi nana arreglaba mis cabellos mientras mi doncella limpiaba con delicadeza las pinturas que me dedique a crear en estos años de mi vida.

Cada uno reflejaba en sus misteriosas pinceladas algún sentimiento que embargaba mi corazón. La confusión fue pintada entre colores negros y blancos, una rosa se posaba en el medio, roja como la sangre, mientras el negro y blanco se combinaban a su alrededor.

La rosa era yo y las preguntas fueron representadas por el blanco mientras que el negro tomaba lugar representando a la oscuridad. Aquellas preguntas seguirían siendo preguntas, no tendrían respuestas.

Luego, cuando tan solo poseía 15 años, pinte un ave dorada y una figura grisácea observando con anhelo a la bella ave. Aquella ave era la libertad y yo la figura grisácea, cubierta de tristeza y melancolía.

Nadie, ni siquiera Macarena y mi nana fueron capaces de entender aquellos trazos, pero halagaban mis pinturas con la sinceridad en sus palabras.

Ambas son las únicas que al mirarme no muestran desprecio en sus ojos.

Ninguna se atrevió a pronunciar palabra alguna dejando que el ambiente sea consumado por el nerviosismo y la pena mientras mis pensamientos estaban siendo atacados por la imagen de mi padre sonriente y la felicidad plasmada en sus ojos.

Lo imagine en el jardín sonriendo ante las palabras de mis hermanas, ellas deslumbrando belleza, delicadeza y educación en sus palabras hasta que giro su rostro desechando aquel brillo que se posaba en su mirada. Me observo con repugnancia y odio.

Grito palabras frías y crueles, convirtió cada una en filosas agujas que se clavaron en mi corazón.

Llevaba tantos años en la oscuridad que es normal soñar con salir a la luz, sentir la brisa rozar mi piel y que mi libertad ya no sea lejana.

La oscuridad a veces puede ser tu mejor compañía.

-En unos días los futuros esposos de las princesas llegaran al reino, alteza. -comento mi doncella intentando calmar aquel incómodo silencio. Solo asentí- Habrá un festival en honor a los misteriosos hombres de alta cuna, ojalá que aquellas bestias no arruinen los jardines reales -pose mis ojos en mi doncella cuando de sus labios salió aquella palabra: Bestias

En tierras lejanas existen reinos llenos de fertilidad, riquezas y plenitud. Reinos gobernados por bestias de aspectos deslumbrantes y terroríficos.

Uno de ellos es el reino de los lobos, gobernado actualmente por Fermio, se decía que cuando aquel rey tomaba su forma natural mirar sus penetrantes ojos estaba prohibido. Él invadía tu mente provocando que crueles pesadillas se queden plasmadas en tus recuerdos y hasta la locura invada tu vida.

Era uno de los reyes más poderosos.

El segundo rey se llamaba Bréeme, gobernante del reino felino. Su raza era conocida por su majestuosidad y frialdad. En sus tierras se presenciaron guerras antiguas, sangre quedo impregnada en aquel lugar y se decía que el viento aún conservaba lamentos de aquellos guerreros.

Sin duda existen lugares mágicos a mi alrededor, lugares que son parte de mis anhelos.

Pero hay un reino en particular que esconde misterios, es el reino del mar. Gobernado por una mujer de belleza única y especial. Suele salir de las profundidades cuando la luna azul tiñe las aguas cristalinas y el viento se torna cálido. Nadie sabe cómo describir su rostro ni el color que poseen sus ojos.

Su historia es un misterio.

-Macarena no los llames así -pronuncio mi nana con reproche, Macarena giro sobre sus talones y formo en sus labios una mueca de tristeza

-Lo lamento. -hablo arrepentida, hasta que su voz cantarina nuevamente retorno- Señora Cristal ¿sabe que rango poseen aquellos hombres? -cuestiono mi doncella captando mi completa atención

-Su majestad no ha mencionado aquello, pero cuando lleguen al reino sabremos cuáles son sus rangos -mi doncella asintió con emoción ante las palabras de mi nana

Yo escuchaba en silencio.

-Listo Sol -pronuncio mi nana soltando mis cabellos de sus temblorosas manos

-Gracias -pronuncie en voz baja, agache la cabeza y me acomode entre las colchas

Mi doncella reverencio provocando que sus cabellos negros cayeran sobre su rostro como cascada, sus ojos color chocolate me observaron mientras formaba una sonrisa.

-Descansa Macarena

-Descanse alteza -pronunciaron ambas en coro

Segundos después abandonaron la alcoba y el silencio se hizo presente.

Así mientras la noche se teñía de azul en un inmenso silencio mis lágrimas surcaron lentamente las pálidas mejillas que adornaban mi rostro.

Solloce con un dolor indescriptible en mi corazón.

Un dolor que anhelo desaparecer, pero el tiempo, mi padre y el mundo me lo impiden.

Cerré mis ojos dejando que mis tormentosos sueños invadan mi mente. Algo que ya es costumbre en mi vida, a veces es difícil describirlos, son diferentes escenarios, borrosos rostros y luego simplemente van desapareciendo de mi mente.

Pero había algo que es aún difícil descubrir, sentía entre las noches una caricia ser depositada en mi mejilla, una voz lejana y unos ojos observarme desde la oscuridad.

Tal vez era mi mente creando aquello.

Antes de abrir mis ojos dándole la bienvenida a un nuevo día mis sueños aparecieron, yacía en un lugar oscuro, de aroma putrefacto, escuchaba suaves sollozos, luego una voz susurrando algo misterioso y entonces llego aquel cántico.

Tan suave.

Tan pleno.

Tan deslumbrante.

Tan cálido.

Tan conocido.

"Era ella mi delirio.

Era ella mi destino.

Dime amor mío ¿cuánto tiempo debo esperar?

La luna llego.

El viento soplo.

Y tú sigues sin llegar.

Era ella mi delirio.

Era ella mi destino.

Dime amor mío ¿cuándo llegaras?

Dímelo amor mío, dímelo mi hermoso Sol"

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Romance

4.9

Se suponía que mi matrimonio con Mathias me haría la mujer más feliz del mundo. Aunque sabía que él no me amaba, pensé que se enamoraría de mí una vez que lo colmara de amor. Ya pasaron cinco años y Mathias me trataba como a una cualquiera. Para colmo, conoció a su verdadero amor y cortó todos los lazos conmigo por culpa de ella. Él la presentó a todo el mundo; algo que nunca hizo por mí. Su infidelidad me llevó a la depresión. Me sentía totalmente destrozada. Tristemente, incluso en mi lecho de muerte, mi supuesto marido nunca apareció. Cuando volví a abrir los ojos, sabía que el destino me había dado una segunda oportunidad. Yo todavía era la esposa de Mathias y pasamos dos meses antes de que conociera a su verdadero amor. En esta vida, me negué a que él volviera a lastimarme. Consciente del gran error de mi antigua yo, le pedí el divorcio. Mathias rompió los papeles del divorcio una y otra vez y al mismo tiempo me encerró. "¡Rylie, deja de hacer estupideces! ¡Hacerte la difícil no me funciona!". Para demostrarle que hablaba muy en serio, seguí adelante y solicité a la justicia. Finalmente entró en pánico. Abandonó a la "mujer de sus sueños" y se arrastró a mi lado. "Por favor, dame una segunda oportunidad, Rylie. Te prometo amarte con todo mi corazón. Serás la única mujer en mi corazón de ahora en adelante. No me dejes, ¿de acuerdo?". Una guerra estalló en mi mente. Por un lado, no quería que me hicieran daño otra vez. Pero, por otro lado, no quería dejar ir al hombre que amaba tanto. ¡¿Qué debo hacer?!

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La cicatriz del sol
1

Capítulo 1 Escondida en la oscuridad

10/03/2021

2

Capítulo 2 Mi débil corazón

10/03/2021

3

Capítulo 3 Un llanto resonando en los cielos

10/03/2021

4

Capítulo 4 Besando los labios de la bestia

10/03/2021

5

Capítulo 5 Caleb Muftí

10/03/2021

6

Capítulo 6 Un perdón silencioso

11/03/2021

7

Capítulo 7 Bajo el incandescente sol

11/03/2021

8

Capítulo 8 Con la luna de compañía

11/03/2021

9

Capítulo 9 El camino hacia el reino de los lobos

11/03/2021

10

Capítulo 10 El bullicio del reino de los lobos

11/03/2021

11

Capítulo 11 El espacioso lugar

12/03/2021

12

Capítulo 12 La princesa escondida

12/03/2021

13

Capítulo 13 Ella también es una prisionera

12/03/2021

14

Capítulo 14 Gélida mirada

12/03/2021

15

Capítulo 15 Días temerosos y una confesión

12/03/2021

16

Capítulo 16 La celebración

14/03/2021

17

Capítulo 17 Conversación después de la media noche

14/03/2021

18

Capítulo 18 El misterioso ser

14/03/2021

19

Capítulo 19 El segundo beso

14/03/2021

20

Capítulo 20 Lo que podríamos llamar valentía

14/03/2021

21

Capítulo 21 El silencio y la aceptación

14/03/2021

22

Capítulo 22 Estaré junto a usted

14/03/2021

23

Capítulo 23 Al atardecer

14/03/2021

24

Capítulo 24 Primera cena en el gran salón

14/03/2021

25

Capítulo 25 Dudas

14/03/2021

26

Capítulo 26 Bella ante mis ojos

15/03/2021

27

Capítulo 27 Curiosos amigos

15/03/2021

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Capítulo 28 Entre flores y una jovial presencia

15/03/2021

29

Capítulo 29 Noche inquietante

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Capítulo 30 Entre telas y miradas frías

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Capítulo 31 Visita al pueblo

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Capítulo 32 Una carta con aroma a flores

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Capítulo 33 Charla con un inocente ser

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Capítulo 34 Una historia intrigante

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