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Obligada a pasar dos semanas con un monstruo, la vida de Daiana, inocente y decidida, cambia para peor. 14 dÃas. Una mansión. Una cama. Una mujer inocente. Un hombre para nada inocente. ¿Qué podrÃa salir mal? ----------- Este libro es un romance erótico +18... espero que lo disfrutes n.n
Daiana POV
-Gracias -le digo al hombre que me ayuda a poner mi maleta en el maletero del taxi que me va a llevar a la finca de mi padre.
Caminando hacia el lado del taxi, abro la puerta antes de entrar sin problemas. Poniéndome cómoda, me pongo el cinturón de seguridad, me quito las gafas y las meto en mi bolso. El conductor cierra la puerta de un portazo antes de ponerse el cinturón de seguridad y arrancar el auto.
-Hermosa mañana, ¿no? -El conductor, un hombre con barriga prominente y una barba que parecÃa necesitar una rasurada, pregunta mientras el taxi ruge a la vida, causando una pequeña conmoción al auto antes de que avance.
-En efecto, asà es -respondo antes de acomodarme y relajarme en el asiento.
Él me lanza una sonrisa amistosa a través del espejo retrovisor antes de alejarse del aeropuerto.
Respiro profundamente, pensando en cuando tenÃa cinco años, Orlando ha cambiado bastante desde entonces.
He regresado para la boda de mi hermana, y una vez que termine, tengo que volar de vuelta a Nueva York para encargarme de mi restaurante, ya que no quiero que mi madre se vea abrumada por todo.
-¿Usted no parece que sea de por aqu� -El taxista pregunta, mirándome por el espejo retrovisor.
Le doy una pequeña sonrisa, -De hecho, lo soy, pero me mudé hace unos años.
-Oh, ¿por qué? Orlando es un lugar hermoso -me sonrÃe.
-Puedo ver eso. -Le devuelvo la sonrisa educadamente. Ignorando su pregunta sobre el porqué.
Miro por la ventana y, de hecho, Orlando es un lugar muy hermoso, pero también muy concurrido. Mi mente regresa al débil recuerdo que tengo de la herencia de mi padre. La pequeña cabaña a pocos metros de la casa principal, el hermoso jardÃn que se alza justo al lado, y la fuente abandonada, rodeada de un hermoso césped... Me pregunto si algo ha cambiado. ¿Cómo reaccionará mi papá al verme?
La preocupación se apodera de mi pecho. Mi papá y yo no éramos exactamente los mejores amigos.
Hace dieciséis años, mis padres pasaron por un desgarrador divorcio y mi papá me rogó que me quedara con él y mi hermana, pero no podÃa dejar a mi mamá en un momento asÃ, por lo que decidà quedarme con ella.
Mamá estuvo triste durante algún tiempo, pero pronto lo superó. Lo único malo es que nunca salió con nadie. Ella y yo manejamos el negocio de los restaurantes, traté de convencerla de que viniera conmigo, pero ella dijo, y cito: "Alguien tiene que manejar el negocio. Ve, dale a April mis mejores deseos." SabÃa que mi mamá tenÃa miedo de que April no la quisiera allÃ, pero sabÃa que mi hermana se alegrarÃa de tener a toda la familia en la boda.
El taxi comienza a sonar extraño, sacándome del trance, -¿Está todo bien? -le pregunto al taxista.
-Ehh... en realidad no, el coche está a punto de estropearse. -El hombre da una risa nerviosa.
Esquivando varios coches que tocan bocina, el conductor se dirige frenéticamente hacia el carril exterior antes de aparcar delante de una tienda muy concurrida, la calle sigue ocupada, con gente caminando aquà y allá, y gente haciendo cola delante de un camión de comida, justo al lado de una floristerÃa.
-¿Es grave? -le pregunto.
-En realidad no, lo revisaré y nos iremos de aquà enseguida. -El hombre me asegura, abriendo la puerta lentamente, casi golpeando a varias personas que pasan por allÃ.
Doy un pequeño suspiro, luego me relajo en mi asiento y miro a través de la ventana, escudriñando el entorno. Las brillantes coletas de caballo rubias de una hermosa niña jugando con flores me llaman la atención. Miro el cartel de la tienda, Flores del corazón, el viento sopla esparciendo pequeños pétalos, azotando el cabello de la niña alrededor de su cara, una pequeña sonrisa juega en mis labios.
La vista es hermosa, puedo ver a su madre sonriéndole, pero pronto se distrae por un cliente que viene por unas flores.
Continúo observando a la pequeña niña que me recuerda claramente a mÃ. Me encantan las flores; hace dieciséis años, mi padre hizo un jardÃn para April y para mÃ. En aquel entonces, April tenÃa siete años, pero me cuidaba cada vez que mamá decidÃa salir de la casa. Estábamos muy unidas... Cuando April se puso en contacto conmigo hace unas semanas, me alegré mucho de que me invitara, ya que apenas hemos hablado por nuestras agendas ocupadas. También me pidió que convenciera a mamá para que estuviera disponible. Bueno, todos sabemos cómo resultó eso...
Un grupo de hombres de traje gris entra en mi campo de visión, bloqueando a la niña. Mientras pasan por la floristerÃa, atrapo al de traje negro empujando a la niña. Continúo mirando, furiosa porque el hombre ni siquiera ha mirado hacia abajo. La niña está llorando, su madre llega y revisa su rodilla sangrante.
¡Qué tipo tan grosero!
Me doy cuenta de cómo la gente se aparta para que él pase.
Antes de darme cuenta, estoy bajándome del taxi. Si nadie se molesta en poner a ese hombre grosero en su lugar, ¡entonces yo lo haré!
-¡Oye! -grito, y mis tacones golpean el suelo cada vez más rápido mientras intento alcanzarle a él y a sus secuaces-. ¡¡Oye!! -La gente jadea cuando se dan cuenta de que voy a por el hombre maleducado.
Gimo molesta, aumentando mi ritmo, y finalmente lo alcanzo y lo empujo desde su amplia espalda, tirándolo hacia adelante, y haciendo que sus hombres se vuelvan hacia mà con miradas furiosas como si quisieran atacarme. Tengo que admitir que me asustan, pero me mantengo firme.
Me doy cuenta de cómo la gente sacude sus cabezas en señal de lástima por mÃ. ¿Pero por qué?
-Déjenla -dice el llamado hombre rudo y sordo mientras se da vuelta lentamente, mientras se quita las gafas de sol y se los entrega a uno de sus secuaces. Levanto mis cejas hacia él, y estoy a punto de arremeter contra él cuando veo su cara completa, aprieto los dientes con fuerza para evitar que se me caiga la mandÃbula. Sus ojos, oscuros, severos y afilados, me hacen querer acurrucarme en una esquina, sus pómulos bien definidos parecen darle a su rostro ese brillo que solo se encuentra cuando se mira a modelos, sus pobladas cejas están arrugadas en lo que yo puedo interpretar fácilmente como una irritación y sus labios, sus gruesos labios están presionados en una lÃnea delgada, pero logran atraerme a este intenso trance en el que nunca pensé que yo, Daiana Lewis, podrÃa caer.
Espera un segundo.
¿Acabo de empujar a un adonis?
Pestañeo y mis sentidos vuelven a mi cerebro. ¿Qué estás haciendo, Daiana? Mantente firme, dale a este niño bonito lo que se merece.
-¿Quién te crees que eres? No puedes derribar a esa pobre niña sin decir que lo sientes. ¡Exijo que digas lo siento ahora! -le digo.
Con los ojos entrecerrados por el sol, y la mandÃbula apretada con fuerza, mira a su alrededor durante lo que parecen cinco segundos, antes de que sus ojos vuelvan a los mÃos.
-¿Y por qué harÃa yo eso? -pregunta, su voz y su expresión están vacÃas de cualquier tipo de emoción, ni siquiera hay una ligera mirada de ira en sus inmaculados rasgos.
Empiezo a sentirme intimidada.
-¡Porque está mal! Tienes que disculparte con la niña y su madre -le digo.
Se burla y mira de nuevo a su alrededor, donde una pequeña multitud comienza a formarse. ¿Por qué no me apoyan en esto? ¿No vieron lo que pasó?
Algunas personas me dan el tonto mensaje con la mirada para dejar el tema, ¡pero no! ¡Hay que hacer justicia!
-No hice nada, asà que por qué no te das la vuelta y regresas de donde sea que hayas venido, y yo seguiré mi camino. -Su voz sigue siendo tranquila y su cara sigue sin mostrar ninguna emoción.
Alguien de la multitud hace un gesto frenético con su mano para que me vaya. Pero yo lo ignoro.
-Sabes, solÃa pensar que la gente como tú solo existÃa en las pelÃculas, ahora... ¡Estoy bastante segura de que los imbéciles como tú existen de verdad!"
Con una mirada inexpresiva, me pregunta:
-¿Ya terminaste?
Jadeo, sintiéndome insultada.
-¡No, no he terminado! Realmente estás tan lleno de ti mismo, ¿no? Tienes que darte cuenta de tus errores, y también tienes que disculparte con la niña, ¿no ves que está herida? Sus ojos se mueven para mirar detrás de mÃ.
-Ella parece estar bien -dice-. ¿Ahora has terminado?
Me quedo atónita por esto, echo un vistazo rápido a la niña para ver que sigue sollozando y su madre le dice que se calle.
-No puedo creerlo, eres un bastardo arrogante. ¡No tienes cortesÃa! Ni siquiera un poco, solo porque eres rico no significa que pisotees a los pobres.
Ladea una ceja.
-¿Necesitas dinero? -me pregunta.
Me hace enojar con lo que dice.
-¿Qué se supone que significa eso?
Simplemente se encoge de hombros, con la cara en blanco.
-¡Eres un imbécil! Eres un bastardo grosero y desconsiderado...
-Supongo que has terminado. -Toma sus gafas y se las pone de nuevo. Se da la vuelta y comienza a alejarse.
-¡Oye! ¡No seas un maldito cobarde y discúlpate con la niña! -Me atrevo a gritar.
Se detiene abruptamente, dando la vuelta. Esta vez, cuando se quita las gafas, sus ojos están llenos de ira.
-Cuidado con lo que me dices. -Su voz es profunda y oscura de ira.
Me acerco, y me planto frente al Sr. Niño Bonito.
-¿O qué? ¿Qué puedes hacerme tú?
Oh... ¿Qué estás haciendo Daiana?
Inmediatamente, mis pies se levantan del suelo, me doy cuenta de que uno de los guardias me ha levantado con sus ásperas manos, y sobre su hombro.
-¡¿Qué estás haciendo?! ¡Bájame, ahora! -grito, golpeando su espalda en vano, pues veo como nos alejamos de la niña-. ¡Bájame, troglodita! ¡Bájame ahora mismo!
De repente, veo dos limusinas deteniéndose frente a nosotros, nosotros también nos detenemos y luego otro hombre abre la puerta de la limusina, y me arrojan sobre un asiento de cuero negro.
La puerta se cierra de golpe.
-¿Qué? ¡No! ¿Qué es lo que les pasa?
Intento abrir la puerta, pero no se mueve ¡Santo Dios! ¿Qué es lo que está pasando?
-¡Déjenme salir! -golpeo la ventana tintada-. ¡Déjenme salir, locos! -Veo al niño bonito deslizarse en la otra limusina.
Suavemente, como si fuera algo normal que pasara todos los dÃas, empezamos a movernos.
-¡Ayuda! ¡Alguien ayúdeme por favor! ¡Alguien que me ayude! -grito, mirando por la ventana mientras todos se ocupan de sus propios asuntos. ¿Qué demonios está pasando con esta gente? ¿Por qué nadie dijo nada?
El miedo comienza a acumularse en mi pecho, causando estragos en el ritmo normal de mis latidos.
¿En qué diablos me he metido?
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Voten y comenten qué les pareció el comienzo de esta historia llena de pasión 😊
Se vienen muchas cosas, asà que preparadas 😉
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-Nuestra conversación ha terminado -digo con severidad, pero por supuesto ella ignora mis palabras. -¡No es asÃ! No me has pagado -grita mientras sus pies la llevan más cerca de mÃ. Sin pensarlo dos veces la acerco hacia mà y capturo su molesta boca con la mÃa. La beso con fuerza y fervor; pensando que tal vez entrará en razón con un beso. Pero para mi sorpresa, ella no se aparta ni trata de resistirse. En cambio, recibe mi beso con el mismo calor. Empieza a quedarse flácida entre mis brazos y ese suave gemido que sale de su boca para resonar en la mÃa hace que mi virilidad comience a cobrar vida. Al separarme, miro sus labios hinchados y sus ojos cerrados. Le doy un suave beso en la frente y le susurro: -Quédate con el cambio, muñeca. Camille sale de sus pensamientos lujuriosos y se recupera diciendo: -No puedes besarme sin mi permiso. Una sonrisa controladora cruza mis labios. -No necesito tu permiso, muñeca. La dejo allà de pie lamiéndose sus labios mientras cavilo que tengo que alejarme de ella, urgentemente.
Una vez más, me acomodo a tus pies, sin ropa que me adorne, según tus deseos. (Relatos eróticos de BDSM)
Primer Libro: "HOLT" (completo aquà en ManoBook) Segundo Libro: "ANDREW REED" âšœestás aquÃâšœ Cassie Marshall es una mujer de éxito a sus veintiséis años; abogada de renombre y cada vez más exitosa, lidera un próspero bufete de abogados y avanza paso a paso por todos los niveles del éxito. Sin embargo, un pesado secreto pesa sobre sus hombros. Cuando sus demonios resurgen y amenazan con quitarle la vida, solo tiene una opción: recurrir a Holt, el compañero de vida de su mejor amiga y antiguo mercenario. Aunque espera una ayuda más que necesaria, ella no esperaba que apareciera un excéntrico ex soldado de carácter temperamental. Una cosa es cierta, Andrew Reed es su única esperanza, pero también su peor pesadilla. ⚜⚜⚜⚜⚜⚜ Esta historia es un romance oscuro militar de tono SUPER maduro. Espero que la disfrutes n.n
-Daemon... -gimo su nombre, no puedo reconocer mi propia voz, la voz que escucho es la de una chica que nada en un intenso placer. -Joder, no sabes lo sexy que suenas. -Daemon dice, con su voz reflejando la mÃa. Su dedo se mueve ahora a un ritmo más rápido... Todo mi cuerpo está en sobremarcha mientras me complace con sus dedos. -Oh, joder -dice mi voz.
Alexa Carson, heredera del imperio creado por su padre, se encuentra frente a una muralla cuando su marido desaparece misteriosamente, dejándola a cargo del negocio familiar. Pero, cuando sus dudas la llevan a sospechar de una desaparición voluntaria, Alexa decide contratar a la única persona capaz de ayudarla: Sebastian Holt; un mercenario de las Fuerzas Especiales Británicas. ⚜⚜⚜⚜⚜⚜ Mi mente está luchando, pero yo ya me he rendido fÃsicamente en sus brazos; me he doblegado bajo el agresivo e incesante asalto de Sebastian Holt, gimiendo en su boca. Sus grandes manos rodean mi cuello y mi cintura, quitándome cualquier escape mientras me doblo a su gusto. Mis curvas están apretadas contra los ángulos duros de sus firmes músculos... ⚜⚜⚜⚜⚜⚜
El dÃa de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
Lucia Meller es mi vida, me enseño amar, me enseñó a adorarla, me mostró el mundo de forma diferente, le di todo lo que la vida me ofrecÃa, y se ha ido; se llevó mi vida, mi amor, dejándome el corazón y el alma hecha pedazos. Ahora me duele respirar, me duele amar, me duele la vida. La quiero, jamás podré volver amar a alguien como la ame a ella; la quiero de vuelta, la quiero conmigo, a mi lado donde pertenece; pero por más que la busco no la encuentro, es como si la vida me la hubiera arrebatado y eso me duele, ella me enseñó que se puede matar a un hombre, aunque se conserve la vida, sin embargo, me canse, no puedo llorar por alguien que no me quiere amar y aunque duele, hoy después de casi dos años le digo adiós a mi sirena; después de todo soy Gabriel Ziegermman. Un año desde que me aparte de Gabriel y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, amar a ese hombre es lo mejor que me ha pasado en la vida, a él le debo el hecho que hoy esté viva y tener a mi lado a mi mayor tesoro, él me enseñó que lo que se desea con el alma se obtiene, pero también me enseñó que amar duele, que su amor duele, a él le debo el dolor más grande, porque dejo de amarme, no fui suficiente para él, me enseñó que su madre, su exnovia y su destino no están conmigo, y aun asà lo quiero de vuelta, sé que sus prioridades cambiaron; yo solo pedÃa una verdad sin embargo él prefirió engañarme y dejarme.Lo quiero olvidar y lo quiero conmigo, aunque no se lo merezca, pero como hago si amar ese hombre es mi arte. Ahora estoy de vuelta y lo único que quiero es tenerlo a kilómetros de distancia, porque me enseñó que yo también tengo derecho a cambiar mis prioridades. Novela registrada N ISBN 978-958-49-7259-0 Está prohibida su adaptación o distribución sin autorización de su autor. Todos los derechos reservados all rights reserved
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