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Era una mañana tranquila cuando un agente de banco tocó la puerta de la casa de los Wade para avisar que debían 20 millones de dólares al banco.
La fecha límite era dentro de una semana, en caso de que no pagarán ellos tendrían que hipotecar la casa, pero eso para los Wade sería una humillación.
Después de que se fue el agente de banco, la pareja Wade pensó en una solución había rumores de que el hijo de los Shen había regresado él era el mejor candidato para su hija y gracias a ello ellos no tendrían de qué preocuparse.Ya que nadie se metía nunca con ellos, su fortuna era incalculable. Así que no pensaron más y el señor Wade fue a verlo a la mansión de los Shen.
Al llegar se sorprendió aunque por fuera parecía muy simple por dentro había varías mansiones, el estacionamiento tenía varios autos deportivos, así como otros que valían millones, el jardín tenía una fuente de agua y la casa tenía 3 pisos, cada piso era de 10 metros de alto “Por favor ,pase, señor Wade” dijo el hombre que lo guiaba deteniéndose en la puerta de la villa en el centro de todas las que la rodeaban, en ese momento otro sirviente lo guío hasta el despacho donde estaba Alejando, el sirviente entró y dijo—“Señor Alex, el señor Wade desea verlo”.
Alex levantó la cabeza y dijo —“Déjalo entrar”–Alejandro les echó un vistazo a los documentos sobre su escritorio antes de cerrarlos.
— “Joven Shen, es un gusto conocerlo en persona, he oído hablar de usted hace mucho pero no he tenido la oportunidad de verlo hasta ahora”.
—“¿Qué se le ofrece o en qué lo puedo ayudar?”–dijo Alex.
—“Mi familia está en quiebra y me gustaría que me prestará dinero”–dijo el señor Wade.
—“¿Y qué ganaría prestando dinero a usted?”–respondió Alex.
—“Por el momento nada, pero una vez que se restablezca le pagaré todo el dinero prestado, pero, por ahora solo puedo darle a mi hija .Ella lo ama y estoy seguro que usted quedará sorprendido cuando la vea”.
—“¿Cree que estoy urgido para comprar a una mujer?, ¿Sabe cuántas mujeres se mueren por casarse conmigo?”–dijo Alex enojado. Era una ofensa que alguien le dijera que tenía que comprar esposa.
—“Pero mi hija es diferente créame”–Insistió el señor Wade.
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