/0/16584/coverorgin.jpg?v=f3a5b0c9f665bab3685250010629ec48&imageMogr2/format/webp)
Mi esposo, Jared Cooper, era profesor universitario.
Era reservado pero honesto, de carácter amable.
Mientras iba a recogerlo del trabajo, tuve sed y le pedí que me comprara un café.
Al recibirlo, era un café descafeinado con hielo.
No probé ni un sorbo y lo tiré al basurero de su oficina. "Jared, quiero el divorcio".
Él se quedó congelado, con el rostro lleno de confusión. "¿Qué?".
Su nueva estudiante de doctorado, Diana Riley, intervino para calmar la situación. "Es solo un café. Si no te gusta, no lo tomes. No hace falta hacer tanto drama, señora Cooper".
Jared frunció el ceño. "Kathy, si no te gusta, simplemente compra otro. ¿Por qué armar un escándalo?".
Di media vuelta y me fui. "Mañana te traeré los papeles del divorcio".
...
Miré hacia atrás, pero Jared no me siguió.
Diana le tocó el brazo con cautela. "Profesor Cooper, ella está molesta. ¿No vas a consolarla?".
Jared soltó un resoplido frío, con voz irritada. "Solo es un café. ¿Quién sabe qué sabor le gusta? Siempre es así. No es la primera vez que menciona el divorcio. Ya se le pasará".
Diana esbozó una leve sonrisa mientras se acercaba más a Jared.
Sus ropas ondeaban en la brisa, rozándose entre sí.
Un mechón de cabello se salió de lugar, y Jared, de forma instintiva, se lo acomodó detrás de la oreja.
Ambos enrojecieron.
Permanecían cerca, como amantes, sin separarse.
Saqué mi teléfono y llamé a mi amiga abogada, Claire Winston. "Hace unos días, una empresa en Crestwood me invitó a liderar un equipo. Me voy pasado mañana".
Ella guardó silencio unos segundos, sorprendida. "¿Lo hablaste con Jared? ¿Estás bien con una relación a distancia?".
Me encogí de hombros, con una sonrisa amarga. "No es a distancia. Pedí el divorcio. ¿Puedes ayudarme a redactar los documentos?".
Ella vaciló, luego suspiró profundamente. "¿Hasta una pareja perfecta como ustedes no aguanta los años?".
Jared y yo fuimos en su tiempo el modelo de amor universitario.
Nos enamoramos en el primer año, nos casamos justo después de graduarnos, y llevábamos siete años juntos.
Lo conocía bien.
Nunca bebía café, y cuando salíamos a comer, siempre se conformaba con las opciones del menú por defecto.
/0/19485/coverorgin.jpg?v=1a68f0a3a361f14527dec9ad63b3a0f9&imageMogr2/format/webp)
/0/4096/coverorgin.jpg?v=26b183c64633a814dc491a3e166b7b1b&imageMogr2/format/webp)
/0/11023/coverorgin.jpg?v=664f45445e04e963080c6adea65e6087&imageMogr2/format/webp)
/0/14427/coverorgin.jpg?v=bd8dac5c8fcb5d1d58cddffbbbd38b0c&imageMogr2/format/webp)
/0/6289/coverorgin.jpg?v=d87d81b02d89f2c4ba8c5124dfb15bc3&imageMogr2/format/webp)
/0/12898/coverorgin.jpg?v=6c6f81b8dcb8c3fede24d58a10e9d517&imageMogr2/format/webp)
/0/5238/coverorgin.jpg?v=b6c07beb52e27aaa355db6cfe4a19138&imageMogr2/format/webp)
/0/298/coverorgin.jpg?v=1f3ee21ea25857d4a574f41a3ce0cb58&imageMogr2/format/webp)
/0/14418/coverorgin.jpg?v=58341f23427a8a41d257515e63148f02&imageMogr2/format/webp)
/0/11261/coverorgin.jpg?v=b6e766037e1fc67e9d11ec79c7843312&imageMogr2/format/webp)
/0/9338/coverorgin.jpg?v=6780f0f21534cb9046f385e2f6594859&imageMogr2/format/webp)
/0/20125/coverorgin.jpg?v=68903cb5477e542114b8b509d72f8310&imageMogr2/format/webp)
/0/18733/coverorgin.jpg?v=65834fa2e824a3663fab0206b0e2e5ed&imageMogr2/format/webp)
/0/21090/coverorgin.jpg?v=37748e027ea7cdc160fa8ec0ee86b5fb&imageMogr2/format/webp)
/0/12663/coverorgin.jpg?v=0350db1289d4011686cdf86df8245ed9&imageMogr2/format/webp)
/0/330/coverorgin.jpg?v=cba5cc55cdbeabb47e2990eb06e93685&imageMogr2/format/webp)
/0/14495/coverorgin.jpg?v=4eb84010dfa15517926961e55dac89da&imageMogr2/format/webp)
/0/8415/coverorgin.jpg?v=a189af0766dc4949b8fd3919817227ea&imageMogr2/format/webp)
/0/8749/coverorgin.jpg?v=782c44d64a851db08bec258d00b616a7&imageMogr2/format/webp)
/0/9572/coverorgin.jpg?v=dfaf3e38d582700d2983d14857f6c7fb&imageMogr2/format/webp)