Esposa divorciada para el millonario
os ojos perdidos, sin amor, cargados de esa decepción amarga. Mientras tanto, el tiempo segu
ba. Esa rabia de saber que alguien en qu
ba mantener las apariencias para que no lo juzgaran, porque su reputación siempre era impecable. Clara, con su vestido de bordados violetas y azules, parecía una princesa encadena
seguidores preocupados por su seguridad. Retum
ía negando, con la voz ardiente. La otra joven, que cargaba él bebe en brazos, llevaba el bote de
ía su fiel esposo, con el que había vivido más de diez años. Un caballero cortés, amable y apuesto, pero de cor
ras su amante lo maldecía con su bebe a cuestas. Se llamaba Cielo, un
que odiaba al mismo tiempo. Conocía a Clara, la esposa oficial de su amante, sabía que ese día era la apertura de su galería de arte. La esposa era una mujer talentosa, de buena posición y estaba e
mente de ella. Lucio no quiso hacerse cargo de su primogénito y ahora, debían pagar ambos las consecuencias
sa que su marido le había preparado. Sobre las mantas vio depositada una caja envuelta en papel
artista
caminando por la habitación con la caja entre las manos, descubriendo su regalo. Entre el papel de seda descansaba un broche de oro en forma de p
detalle en la escultura, cada color para pintarla. Era una mujer echa en su totalidad de yeso trabajado, hermosa y con ojos sumamente expresivos. Se trataba en específico, de la figura de una mujer de agua, con sus cabellos largos
. No obstante, Lucio la había consentido desde la primera hora del día y eso hacía que se sintiera gratamente acompañada. Antes de partir a su encuentro con la fama, cerró los ojos y agradeció el poder vivir aquella vida de ensu
forma elegante. Llevaba su tapado favorito, que cerró con el broche que su esposo le obsequió por la mañana y unos z
de sus mejores amigas, junto con el jardinero de la familia al que consideraba un gran amigo. Est
plicación de su escultura principal. Se aproximó al frente, con
d. Siento que, al crearla, he dejado allí parte de mí misma, de mi juventud y mi presente, del amor que poseo en cada día que camino. Eso
sin ellos no sería quien soy ahora, por ese amor que me dan. Por, sobre todo, agrade
jas para entregarle cuando finalizara, lo que hizo que su corazón nuevamente se regocijara. Su hermana y su madre aplaudían sin parar, sintien
izo una reverencia en agradecimiento a
pecho. No había llorado hasta entonces, pero ahora los dos lagrimeaban. Con el bote de cuatro litros e
casando y volcándolo todo en Clara y su escultura. Luego, por la furia que le ocasionó la mirada desdeñosa y despreciativa de su amante y de todos a
atravesadas. -¡Me has usado y luego has querido matarme!
do que su amante palideciera y comenzara a negarlo todo. El público no comprendía lo que
añada en sangre, con los ojos incrédulos y esa tormenta de verdades que no podía asimilar. Veía a su marido con la mentira en su rostro y en su
a, cayó en la cuenta del mundo de fantasía donde había sido engañada y de rodillas, se desplomó en el suelo para ver su escu
, a ser la más famosa de todas. Nadie olvidaría el rostro de la despechad
ría a Cielo, ni a Lucio, ni a to