Embarazada del perverso CEO
i
cía. El placer era tanto que mis dedos se entumecieron sobre su c
a mi pelvis una y otra vez. Respiré en su cuello, ella se estreme
dio de gemidos suaves que destrozaron mi autoco
ncia dulce tocar mi nariz como el más dulce jaz
dido en ese olor que se impregnó en todos lados de la habita
mareo que me tomó hasta que
e distorsionó hasta que me sostuve de l
abía p
Después de tener un altercado por la misma situación con Lexi, fui a un bar,
ía ido a ca
a mi mente, pero no recordaba su rostro. Tan solo se trataba de una mata de cabello enredado en mis ma
iguiera torturando mi cabeza. Cuando lo saqué algo venía enredado con
ató de un sueño.
e lo proponía, por lo cual no iba a quedarme a verla sacar sus propias co
lguien nuevo, que quizá no sería como mi asi
era similar a estar entre tiburones. Era estar a la defensiva todo e
dicho que sería toda la vid
inguno si sabía que era culpable. La ética se crea a ba
a mi oficina. Al meno
me hizo conocida. Mi cabeza retumbó y solo pude masajear mi f
. No recordé como dijo
ó con postura recta. Medio asentí viendo u
rmó con su cabeza. Me llamaba la atenci
documento frente a mí. Eso era lo que tenía que hacer, no pensar en algo que
ban en eso. Trabajo todo el tiempo. La diversión quedó de lado
ablaba y en las semanas que llevaba en el puesto no había
no le gustaba agruparse por mucho que la buscaran. Al igual que conmigo. Entraba, coloca
endí el fólder oscuro buscando el segundo. - Averigüe el avance de este en los juzgados. P
er en sus manos, apresurada por salir. No era miedo
- Tráigame otro café. Esta vez sin azúcar y v
dad, si no como si odiara el olor
entra bien?
porque al poco tiempo ya tenía todo lo pedido listo. No descuidó un so
undirla con Camila. No tenía parecido algunos, so
ión por ser despedida. - Defiende su sueldo a la perfección, así que p
a enterada. - su rostro se c
presa no se puede despedir. Además que es la hija de uno de los socios del bufete. - explico mientra
s. - masticó sin esp
gerencia. - limpié mi boca con
jar en este lugar. No es tan malo como creí. - conte
golpe al v
o. - se disculpó. - Tomaré el tr
Como si fuese un alivio para
or saber lo que estuvo a punto de decir y tuve que morderme la lengua para no hacerlo. Deb
simplemente ignorar mi actitud de un mome
elo no pretendía hacerme conocido por el apellido. Tanto mi hermana como yo nos veíamos más allá que solo dos personas
al mismo tiempo para ir con ella. Cristina, una mujer muy intimidante si se lo
año apareció por la puerta, sus brazos
casa. - reclamó enérgicamente
r mucho que sintiera que no estaba en edad para eso, si me negaba no sería carne viv
las investigaciones de mis clientes y las mías propias para que el fiscal no me tomara por sorpresa. Era simple
olvió a preocuparse. - Te ves dem
con humor. - Que me quieras ver pes
por no verte todo el tiempo. Amor, deberías venir es
o creí que lo hiciera luego de mara
ere volver a pasar una temporada con la familia. - tomo mi
vine por otro asunto. - repuso. - No quiero presionart
o que sea
de lo ocurrido te alejaste
á. - a
ue en realidad pasaba. Ella lo sabía, sin embargo; nunca tuvimos una conversación sobre lo que pasó por
gustaba. Pero eso no impli
ado y volvía ese gusto en que
ser pusilánime. Lo que odi
que hizo, pero es mejor que lo
a hacer.
as cicatrices que mi alma había cerrado
ismo ritmo de trabajo. No podía perder el tiempo
e miró y por algún motivo sentí eso como un i
nte, el hombre de casi cincu
s? - preguntó c
o primordial me refería a todo. -
l no le importaría que fuera inocente o no, su trabajo es que se hag
u versión. Me encargaría de buscar testigos o pruebas que lo respaldaran lu
sa. Abrí el maletín encontrando el cintillo en una de las esquinas, record
nos - suspiré cansado mirando la
agó. Escaneó lo que tenía en las mano
con co
problema?
ontró? - insisti
ero no lo hizo. Sus m
- bajó la guardia. Sus pie
d? - cuestio
iné - afirmé. Su r
hecho antes. - trató de bromear. Al no funcionarle optó por f
jándome solo el perfume que usab
sultaba que si había sido ella. Era dulce. Brisa delicios