Una CEO Despiadada
omenzaba a anochecer, alg
ró fijamente intentando leer la expr
.- le dijo con
die, dile a quien quier
cesita hablar contigo y que
, que se mache-su madre se giró y cuando se disponÃa a sal
, te
arias veces y caminó hacia el ventanal de la habitación que
dijo Megan
antes denotaba cariño y un profundo amor sincero a
ra, sé que estás dolida,
uerte bofetada, luego chasqueó la lengua-las amigas no se acuestan
jo con ojos vidriosos- te extraño demasiad
perdone?, ¿Qué me hayan visto la cara de idiota, que hayas dormido co
o casi i
eres, Megan!- l
nto muy
piernas, no tiene nombre lo que me hiciste, nu
ud y lo sé, pero...en el
mes revolcándote con él y todavÃa tienes l
rismática, sencilla y sobre todo per
cabeza, logrando que se pusiera furi
me han hecho y de todo el daño que me han producido, y como no puedo mandarlos al infierno, yo trasladaré el infierno a sus vidas, seré cruel y despiadada como jamás pudieron imaginarlo, haré que se arrastren f
la miró con
que ella saliera de su habitación. Megan, miró su espalada y sintió miedo, ella los odiaba, jamás los perdonarÃa,
iento- hizo su
ahora... saluda a Sally de mi
ustia era casi tangible- a mi
suerte será tu responsabi
e daño!-la escuchó
eres para decirme lo
a en ella no en mÃ-le daba una eno
as que Paul se metiera entre tus piernas, p
niña, sabes que no tenemos a nadie más... al menos mÃram
e lo que
a era tan distinta a la mujer que ella habÃa co
no sabes cuánto placer me
sario, ella sólo me tiene a mà y yo sólo a ella, por favor no la
pensar que engañarme, que traicionar mi confianza tendrÃa un precio, pero ¡claro!, pensaron
lo amo, Alondra, no pude evi
como tu cuñado, te consideré mi h
que siento por él
as que mi vida se centraba en él, a ti te confié todo, a ti que eras mi amiga, pero tú no soportaste la tentación de irte a la cama con él, no te importó cómo me sentirÃa, y de Paul hubiese quizás esperado una traición, pero, ¿De ti?, De ti j
dolor, sé que no merezco que me mires,
dente, jamás estarán juntos...esta humillación me la pagaran, me pagaran cada lágrima, cada dÃa de estos cuatro meses, juro que
r... por favor
irse entre gemidos y sollozos, su corazón estaba herido, Alondra sintió que acababan con la poca alma que