Encadenada a mí
tomo aire, siento que mis pulmones me arden, mi mente está hecha un caos y por más que trato de aclararme, no puedo, e
a mi paso para tratar de obstaculizarle el paso y espero que esto me dé tiempo para poder escapar. De forma breve,
ue van al segundo piso, en ese momento, recuerdo que tengo mi celular en mi cuarto ya que se me olvidó llevarlo cua
ntes de la planta de abajo, cuando creía que la situación no podía ponerse peor él grita como si fuera una bestia ardiendo en cólera, ráp
as puedo desbloquear mi celular, las cosas se ponen peor cuando escucho que él llega al último escalón, lentamente me dirijo hacia mi armario y me meto con cuidado, escondiéndome en una de la esquina. Seco mis
n otras personas, mi vida es la escuela, el trabajo y mi casa, nada más, incluso mi lista de amigos es bastante limitada y casi no salgo de mi casa. Tomo grandes bocanadas de aire y poco a poco em
stá jugando a favor del intruso y eso me aterra, observo por las rejillas de mi armario y veo que todo está quieto, los pasos de él se escuchan a la distancia, cuando escucho que sus pasos se detienen frente a la puerta de mi cuarto mi respiración se vuelve más ag
cariño, no hagas
distingo ninguna de sus facciones. Me hago más para atrás con suavidad procurando no hacer ruido, del miedo que siento, cierro los ojos y los aprieto con fuerza del terror que tengo, he bajado la bocina del teléfono, pero luego alcanzo a escuchar una voz al otro lado diciendo "Número de emergencia ¿
dice "Alexis Di Marco" para después colgar y tirar mi celular a algún lugar de mi habitación, luego acaricia con brusqueda
que alcanzo a gritar mi
manos sobre sus hombros y trato de apartarlo con todas mis fuerzas, gritándole que se detenga, que no me haga dañ
liegues, uno de sus dedos juega por mi entrada. -Te quiero Quinn... incluso podría decirse que estoy obsesionado contigo- Besa me cuello para d
ía trato de sacármelo de encima, pero supera con creces mi fuerza, debo buscar una forma ingeniosa de quitármelo de encim