Encadenada a mí
dar las nalg
con fuerza y me dijo que sentía envidia de la suerte que tengo, lo cierto es que yo le tengo envi
i un golpe en la frente, luego escucho que mi amiga me dice que soy una chica bastante afortunada y recalca con más ahínco la envidia que me tie
do el número en mi celular, luego arrugo un poco el papel, no quiero darle el numero al chico porque no quiero que piens
ex
go a revisar de quien se trata. Me sorprendo al ver que me ha llegado un mensaje de Quinn y sé que es ella po
ra de repetir que se siente avergonzada por haber hecho eso, pero que no tenía opción ya que la dejaría trabajando hasta tarde
e pitando con desesperación. Irritado, miro por el espejo retrovisor y veo que uno de esos pendejos que les gusta joder a otros, todavía co
ién sale de su auto y si bien es cierto que es más alto que yo, le enseño el arma escondida en mi cintura y sin dud
por esta ocasión porque estoy de un excelente humor, pero te juro por tu puta madre, que, si vuelves a joderm
ardar mi arma y regresé a mi auto, ahora la luz está en rojo, pero me vale una mierda y conduzco, dando un ruidoso de arrancón
ndado un par de mensajes mientras conducía. Veo que me ha escrito que no importó que le diera mi número a su jefa, que
de Quinn y esto se confirma cuando se hace pasar por ella, diciéndome que su jefa le ha pedido mi número y ella al negarse se lo ha robado para luego advertirme que segu
scala demasiado rápido, la puta quiere una buena follada, de eso no hay duda alguna. Me ha mandado varias fotos de sus senos, muchas de ellas
rme más y que si quiero, podemos salir a tomar algo, honestamente no confío en ella y tampoco necesito hacerlo ya que solo quier
bre mi polla y la aprieto con algo de fuerza, la tengo bien dura y me siento incómodo. Al f