Te prometí que volvería
iendo perder el control al besar esos
entras se levantaba y se acomo
ntrol. Se lo agradeció en lo más profundo de su corazón, porque se había dado cuenta,
firme determinación en su mente, continuó- Vámonos de aquí, nos
una nueva fuerza y al ayudarla a levantarse del piso la abrazó con fuerza. Se
onto, mi amor -le dij
ue la pregun
il- Pero debo recoger el dinero de mi paga el viernes en la tarde,
le dijo uniendo su
or la cuesta desde donde se ve la iglesia, nos iremos por el cam
sonrió ante el acue
idido que no se iban a encontrar hasta el día de la partida porque no q
u hermano mayor se encargaría de cuidarlos. Reuben era
rdo con tan desatinada decisión. Pero al final lo perdonaría, él siempre le había dicho a su padre que no se quedaría en
iado su familia por generaciones. Había salido muy inteligente, en la escuel
te lejos, pero su padre no estaba de acuerdo porque lo necesitaba en casa, para atender las
a comer ni salir para nada, y ni siquiera las lágrimas de su madre lograban hacerlo entrar en razón y
ió, y ella lo convenció para que se tranqui
juntos por un tiemp
rmalidad, pero su decisión de sal
aban en la cercanía de un arroyuelo solitario tomados
jar en algo que no fuera una horrible mina o como pastor de ovejas. Conseguiría un empleo decente mientras estudiaba par
ntados en la sala, sólo para decirle que esa misma noche los vi
se quedó callada sin protestar, pero ellos pensaron que ya estaba madurando para dejar d
a sus veintisiete años ya dirigía una de las empresas familiares. Era alguien a quien solo le gustaba divertirse y a quien es
presas en que participaban en común, como la mina de cobre Copperfiel
asa. Luego de las formalidades, en la que Reginald besó la mano de su, ahora, promet
a de la chimenea que ahora estaba apagada, pero que lucía u
e a ella le desagradó, en especial porque se dedicó a mirarle con cíni
recio en la voz. Y era que hasta ella, que era una jovencita, había
s de una vez de alguna ingenua jovencita, incluso forz
Al menos disfrutaré haciéndote mía... imagino que eres virgen todavía -Charlotte no l
jamás le pondría
que tenía alguna duda, se hi