Amantes secretos
amó Ian de
rne que estaba mascando, preoc
es ir a mi apartamento
nder- después de clases, pero en unas dos semanas
joven-. Puedes ir unas horas al día, yo prácticam
ely, no le beneficiaba en lo a
to, el justo -aclaró Ian al verla
an, tampoco, -soltó una risa d
lo necesi
í.
dos meses... bueno... No soy la persona más organizada, realmente soy un desastre en mi apartamento. ¿Mañana puedes llegar y ayudarme a arreglar todo? T
se iluminaron y so
tu apartamento como
tá bastante desorgan
na, -sonrió con una enorme sonrisa- no te vas a
una sonrisa
r mañana preparada y no tengas ninguna excusa para faltarme -sac
ular su alegría, pero se le hizo complicado: se
"la mitad", entonces, ¿le iba a pagar cien mil pesos por un día de limpieza?
de su casa, ya había anochecido y la ma
as en la sala. La señora estaba encerrada en su cuarto, acostada en su cama. Una ve
ly con emoción-, ¡
de tanto llorar. Emely se sentó a su lado, sacó de uno
la joven-. Mira, me dier
o?, ¿en qué?, ¿quién te dio traba
do, sabes que es lo único que puedo hacer. Tengo un ami
on quién vive?,
viva mal. Él al verme llorar, quiso ayudarme, recién se acaba de mudar a un apartamento y... necesita que alguien lo ayude a arreglar todo, porque él dijo que, como no tiene m
er-, ¿por qué haces esto?
bró-, tú no puedes con todo, necesitas ayuda. Yo también quiero ayudar. Por favor, déjame hac
no te l
tú sabes que ya nos está ayu
el llanto-. ¿Qué hicimos pa
salió esta oportunidad, al menos ya mañana vamos a comer y si
primer día de trabajo de Emely, el dí
con casas modernas alrededor, espaciosas, con hermosos jardines y que mostraba que allí no podría vivir
al haber olvidado el número del apartamento. Por suerte, ella antes de llegar había llamado a
al ascensor, I
idado la direcció
ó ella con ri
dó Ian-. Es raro, porque te aprendis
s blancas, espacioso, con bastante luz, puertas de madera anchas y modernas.
es, ropa encima de los muebles y cajas de pizza, vasos, botellas. Era
on un poco d
o te dije -explicó-. Tampoco me gu
y-. ¿Por qué no buscaste
a contratarla. Tampoco lo hacía bien, no sé, no me gustaba mucho el resultado, además, no soy de
as el que ella hic
ponerlas en otra parte, movía mis documentos o rompía cosas. Eso me molesta
lo -pidió Emely-. Quiero hacer todo a tu gusto
todo el apartamento, Emely comenzó a organizar. Con ayuda de Ian
una buena comunicación con Emely, era una chica bastante madura para su edad, algo seria y callada, pero le gustaba que
a pedir algo a domicilio, pero
? -preguntó alg
o -respondió ella-. ¿Qu
o paso mucho tiempo aquí. Per
s comer? -aceptó
en la cocina, él recostó su cuerpo a
abes prepararlo? -
ó salir u
más fácil del mundo
acía, pidió algo adicional, pensando en que trataría de darle un servicio más per
mely llevaba puesta una de sus típicas minifaldas que dejaban a la vista sus largas y delgadas piernas. Era una joven muy hermosa, e
a de la minifalda. Aunque sus ojos viajaban por sus largas piernas, dándose cuenta que ahora se veían mucho mejor que
emoción. Aquello lo sacó de su ensoñación por completo, haciéndole pensar cómo podría soportar el estar a solas con ella en aq
esto -dij
o observó por un mome
-ace
rsonalidad le atraía en gran manera, pero estaba pro
ntró a la habitación principal, había ropa sucia regada por todo el lugar. Comenzó a recoge
las bolsas, comenzó a llamar a Emely, pero
vergüenza al ver que e
te ruborizado-, acordamos que la ropa
sumamente desorganizado. Estoy segura que comprarás más ropa cuando
limpiar, no l
Emely había separado la ropa y en el lavadero estaba
mente no tienes que hacer eso, deja de hacerlo
razo, pero la joven
quieta si veo que hay tanta ropa sucia acumuladachica me esté lavando
hacía la ant
años, y me pedía que le pa
a los pantalones en la lavadora- mejor pa
o la manera de manipularlo. Si mencionaba las palabras "ayuda"
de desinfectante bastante agradable. Además, Emely le dejó casi listo lo que él podría comer
dormir. Su espalda estaba adolorida y sus piernas ya no podían más. Se
-preguntó la mujer s
Todo estaba en cajas, había un desorden gigante. Pasé toda la tarde limpi
ostro triste y acari
rías estar trabajando
dió la joven-. Mejor, saca de mi bolso
prepare algo para
ueno es que Ian es muy amable. M
ero cuando hablas de él,
, él no es malo, además, sabe
abajaste co
mami, con ese dinero, yo hago la compra y tú con tu sueldo pagas las deudas y los servicios, yo te pago la deuda con el banco. Así no debemos fiarle al señ
ar-. ¿Tú cómo vas a trabajar? Debes
do, puedo irme para mi casa. Él no está en todo el día, así que sólo es limpiar un poco y y
, ese trabajo me
Por favor, espera un tiempo, si ves que con los días no
a saliendo de clases c
nate, Iván me preguntó por ti, yo le conté que cumpliste añ
Emely se a
a mí? -preguntó to
í que v
ó salir u
edo, t
tú no haces nad
guí un trabajo -
runció
para qué quieres tr
a? -respondió Emely con tono un poco malhumorado-, además, ya la otra s
é estás t
dos veces antes
pelería -r
ueno, no sé cómo harás, pero Iván quiere ve
n y lo encontró terminando de ab
jé una copia de las llaves encima de la mesa
un poco temprano ho
as, no necesitas quedarte aquí toda la tarde.
muchas
dad, ¿a dónde irás?
a casa d
estró para que le
r ella esta vez
ingó las
Iv
Emely no pudo retener una son
cumpliste años. Al final nunca me dij
dado trabajo es más que suf
entras llevaba una mano hasta
que esto -dijo-, es admirable que quieras a
joven detrás de su oreja mientras la
tarde -informó Ian mientra
egó casi al anochecer; encontró a Iván, un joven de dieciocho años, sen
ando escuchó que Diana comenzó a saludar a Em
ntras se abalanzaba a ella y le d
-esbozó
n y ella se acurrucó en su fornido pecho. Para ser un joven de dieciocho años, e
brazos de Iván. El joven tomó una bolsa de
a bolsa una cajita rosa, la abrió y enc
sbozó, miró a Iván-
ollar: no se lo quitaría nunca. Era el primer r
jugo junto con unas picadas. La señora le tenía mucho aprecio a Emely, en repetidas o
plía años, pero no le dio nada -dij
no me conoce
e quedaste hablando con Ian antes de que se mud
de Ian? -pr
lo somos
ona -dijo Iván-. Es mejor
ea de matemáticas -contó Diana-. Justo después que te
o contaras eso
y quedó con la
iene el labio partido? Ese fue Ian, le sacó sangre -la joven soltó una carcajada-. El muy de
-gruñ
elearon? -i
imos en la casa. Le pregunto que por qué se va y dice que porque sí. Sigo preguntándole y comienza a h
evó su mirada hasta Emely, como
esó que nosotros fuéramos pobres, me parecía un tipo humilde, agradable, jugábamos fútbol juntos. Pero después lo conocí mejor, es cierto todo lo que mi mamá dice de él, es un desagradecido, después que le abrimos las puertas de nu
había tomado rencor al hombre que admiraba por una mentira, s
o tener problemas, lo mejor era mantener una relación alejada de Ian, ser
mpiar a las nueve de la mañana, ya que estaba en vacaciones de fin de año. Sólo lo veía un rato los sábados, cuando le lavaba la ropa. Él d
dejaba los sábados el dinero, ella limpiaba y se preocupaba por lo que comía en las mañanas y las
n Ian los sábados, cuando ella se adelantaba un poco de la hora p
ta de la ciudad. Lo bueno de su trabajo era que prácticamente no veía a su jefe, le tomaba un poco menos de dos horas limpiar lo poco que Ian desorganizaba cuando estaba allí y el resto del tiempo era
salir, lo veía abrir la nevera y sacar la comida semipreparada que ella el día anterior le había hecho. La
gos cítricos. Ian cuidaba mucho su cuerpo, tenía bastante ropa deportiva y muchísimos zapatos deporti
ntó Ian mientras comía sentado frent
os los sábados. Y la mis
la con una ligera s
ientras tomaba con su mano derecha el v
a la mesa y se s
ven-, que trabajaba para ti. Cree que tengo veinte años, parece que
gó una cor
o tenerte aquí, no debo preocuparme por el qué
por aquella respuesta. Sí, todo estaba marchando muy
otra ruta para evitar al señor Francisco al llegar del trabajo, era una mucho más larga, pero nadie la molestaba. Al hombre se le pagó todo lo que se le debí
comida y podían darse pequeños placeres como comprarse una que otras cosillas para ellas. De hecho, en aquel año les había ido tan bien que la madre de Emely encontró un mejor trabajo como
e una mañana-. Dentro de poco te vas a gr