Lá aluna del CEO
-, ¿sabías que la hija de Isaura está de novio? - Papá negó con la cabeza y se fue como siempre hacía cuando mi madre empezaba a ponerme al día sobre los chismes del barrio. - ¿Es cie
tificar algo mal. Red asintió y ni siquiera miró a la vaca correctamente, yendo a buscar un balde. Clara se acercó a Formosa y le puso la mano en la cabeza, acariciándola. - Oye niña, ¿cómo te llamas? - Hermosa - respondí, mientras ella analizaba a mi vaca. Se inclinó con cuidado y examinó sus senos, notando la hinchazón. - Esto no es bueno. - Suspiró angustiada, y yo me alegré de que tuviera tacto con los animales. - Tiene algún tipo de inflamación, probablemente mastitis. Para estar seguro de cómo tratarlo, tendría que hacerme un examen en el laboratorio de cultivo microbiano, y luego un examen de antibiograma, para poder identificar qué antibióticos son efectivos contra el microorganismo que está causando esta enfermedad. La miré sorprendida, ya que había acertado con el diagnóstico que Jonh ya había concluido en su última visita. Red regresó con el balde antes de que pudiera felicitar a la niña y ya se estaba agachando para sacar la leche. - ¡Oye, muchacho! Salida. ¿No te diste cuenta de que está enferma? - Vi que está hinchado, pero ¿cómo puedo saber si no es normal? No estoy acostumbrado a tratar con vacas y estoy en el primer período de especialización del curso, solo tuve la introducción a las materias de medicina -se defendió, un poco avergonzado. - Tu colega sabía exactamente lo que tiene mi vaca, con sólo una mirada. Clara se sonrojó y pensé que se veía adorable. - Clara no cuenta - dijo Red. - Esta niña creció entre animales en Brasil, probablemente tenía como mascota un jaguar o una anaconda. Lo miré indignado. - ¡Falda! Ve a recoger los huevos de las gallinas con los demás - le indiqué en tono duro al chico que quería tomar uno con la cara de la niña bonita. - Hay pocas chicas en mi clase y menos estudiantes de intercambio - me dijo un poco incómoda. - Entonces no suelen ser muy amables conmigo. Sacudí la cabeza, insatisfecho. - Lo que veo hoy aquí no es falta de bondad. Es envidia porque eres mucho más inteligente que ellos. Escucha lo que te voy a decir, probablemente ninguno de ellos llegue al final del curso. Pronto cambiarán la medicina veterinaria por el derecho, la administración o incluso las ciencias políticas. Estoy bastante seguro de que son hijos de agricultores ricos de la región, que fueron a la universidad a instancias de sus padres, pero no tienen aptitudes para convertirse en veterinarios