El Despertar de los Caídos
bril de
itación. Sus voces se pierden a través de las paredes, pero puedo identificar con claridad que algo terrib
Me apremia con una expresión
a?- Pregunto con ex
caciones, debo ponerte a
as yo me incorporo frotándome los ojos con sueño. En unos pocos segu
ún no logro entender qué está
argarse de la situación, sabes que es así cuando hay alguna emer
casi a rastras por los pasillos del palacio, bajando las escaleras con urgencia. Por el
en la pared, una por la que nunca había pasado. Me doy cuenta de que es la puerta que mi h
s. La estancia es estrecha y nos lleva a una escalera en forma de caracol que se dirige a las profundidade
amos con un pasadizo estrecho con poca ilum
vor. ¿A dónde v
que se encuentran tus hermanos, cariño
de?- No puedo más con la
s de lo que ya estoy. Seguimos avanzando en completo silencio hasta encontrarnos con una puerta de hierro. Amelia llama cinco veces e
pido- Brama Amelia, con una mez
autela, pero esta desaparece cuando veo a mis hermanos mayores sentados al f
para abrazarlos, mientras los guardias
siempre me cuidarán. Si estoy con ellos nada puede pasarme. Es lo que me repito siempre desde que tengo
d. Calculamos que empezaron a entrar hace unas cuatro horas. Papá y mamá están encargándose de e
. -Ellos vencerán y lo arreglarán, como
e muy inteligente. Sabía que la gran mayoría de nuestro ejército estaría defendiendo l
ar cuando nuestras tropas y las suyas luchan por un objetivo
n demasía. Solo quiero que papá y mamá
iosa, sintiendo cómo los latidos de mi corazón
pero ninguno s
amente. Mientras, Ry me abraza para reconfortarme, pero esta vez eso no basta. No
de Matt después de un ra
Ry. -Tú no puedes hacer nada, no
e Velstand y debo ayudar a
está completamente desesperado, i
o no pasará- Asegura Matt,
spirando fuerte mient
e quieres hacer... iré cont
? Ni
rio. Si no es tan peligroso como dices..
ayudar a nuestros padres. Además, ¿Quien cuidará de
ro, pero sabes que desde siempre nos han educado para que
cuando me doy cuenta de que todo está decidido. Me aterra lo que pueda sucederles fuera de estas c
as, Ry- Confieso comp
ue seas valiente. ¿Recuerdas
las primeras lágrimas
ero también de deberes. No mereces ser rey si no está
este es uno de esos momen
erás, Ry. Que volve
mano porque así sea. Tú... Sólo no salgas
os. Me niego a soltarle, pues algo en mi pecho me dice que nada va a estar bien. Matt me da
n vacío dentro de mí, que, por más que quiera, no desaparece. Trato de convencer
pero eso no me importa en estos momentos. Observo el techo con poco interés, mientras los gu
tampoco de mis hermanos. Todo está en calma, demasiada calma. En un momento dado
pasar, y el guardia no vuelve. Me dan algo de comer, pero siento que tengo el estómago cerrado y no logro probar bocado. No i
eza- Aconseja uno de los homb
caron la voz. Sin embargo, me tumbo y finjo
guardia de inmediato y el que me habló antes se dirige a abrir la rejilla. Mantiene una co
ello castaño, estatura mediana, ojos claros y aparenta unos treinta a
ll. Soy alguien de confianza de su padre- Hace una pausa larga, observándome con c
i familia- Afirm
a no es posible. Por
o interrumpo con
sé que la respuesta es un no. Siempre lo fue, era
Larssen. Están vivos los cuatro, pero... Él será quien decida su destino. La ciudad fue tomada por
a palabra. Una y otra vez. Capturados. Capturados por el rey enemigo.
ciudad. Él no puede tener a la familia real al compl
urados, ellos están bien! ¡Papá es el mejor rey, él nunca permitiría que algo así pa
quilizarme, pero le doy una patada en
s!¡Vete, vete
e tenemos es demasiado valioso como para perderlo. En cualquier momento es
ápido. Todos los guardias nos siguen de cerca mientras la bestia que me sujeta comienza a c
te decora el cielo de Cráteris ahora es casi inexistente, intercambiado por una s
a oír, erizándome los vellos de la piel. Cierro los ojos para evitar al menos ver
ado en una de las banquetas, mientras que él se sienta en la otra. Aprieto los labios, mientras evito mirar lo que estamos a punto de
cio. Es en ese momento cuando todo lo sucedido me golpea de forma más clara. El ejército enemigo invadió
n suavidad. -Sé que este momento es extremadamente difícil, pero ahora no p
s aguas tranquilas del río. Qué contraste más extrañ
ntinúa ante mi silencio. -Pero no ganará
la vista para obse
ada, señor Russell. Ya me d
ona que te la hace es sincera, créeme que luchó para lograrlo y que le dolió en el alma no poder cumplirl
io de nuevo, proce
r?- Pregunto más p
cuanto tiempo, pero lo harás. Te lo
piernas con los brazos para combatir el
amos hasta un pequeño puerto y Will me ayuda a subir al muelle. Avanzamos por las calles del pueblo hasta encon
una posada. A primera hora de la mañana del día siguiente volvemos a cabalgar. Esta rutina se prolonga
sta a lo que estoy acostumbrada. Subimos al porche y, antes de que logremos abrir la puerta, una mujer
a, dirigiéndose
- La interrumpe. -Ahor
ntos. Subimos las escaleras hasta el segundo piso y llegamos hasta un dormitorio. Hay una cama de tamaño me
cuarto por el momento. ¿Te
- Murmuro
el pelo. -Hay algo que debes entender, alg
iento en la cama palpando
. Desde el día de hoy tu nombre ya no es Haley Antilles, sino Haley Russell. -Si el plan no fun
guntarle de qué plan habla, p
ía amigo de un profesor de univ
común- Responde enigmático. -Ahora des
los he pasado pensando en mis padres y mis hermanos. En cómo deben estar ellos y en lo mucho que los necesito. Pero ahora un nuevo pensa
traño y siento que no me pertenece, pero aún así lo repito