Retos Prohibidos
a Vo
re, ¡lleg
do con mi señora madre), me acerco arrastr
ámame Tessa. Por
ora te me p
a la fuerza ¡porque te recuerdo que yo no qu
ido de quedar tu padre hija mÃa. Porque te recuerdo, ¡j
s ojos e
padres como yo, divorciados, es que se pueden ech
aerme a este mundo?
Es la mejor diseñadora de moda, en Madrid y.... del paÃs. Asà que menudo dos se han juntado. Los Torres y los Cano. A cuál, más estrictos y más ambiciosos. Si soy sincera, los Canut
ó exprimido, en lo que al amor respecta. Lo dejó tan marcado, que, en un principio de la separación, también se desentendió de mà y, de las obligaciones como ser un papá atento. Por supuesto, es más sencillo decir eso, a reconocer que
asión por la vida" Lo que me obliga a mÃ, a volver con mi madre y su marido y, en general, con su fami
aquÃ, ¡est
o me visitaba en Mallorca. Admito que, aun estando lejos, ella siempre estuvo pendiente de mÃ. Me llamaba todos los dÃas y, casi a todas horas. Ya que, fue decisión propia el mudarme a vivir co
a pasa al chófer. Levan
mplo -me toma un segundo en inventar la broma, imitando el gesto cur
todo ahÃ? -voltea hacia la maleta, pero en seguida quita i
ara que viviera a vivir con ella. C
is cosas. Además, ya lo hablamos. Me quedaré en tu casa hasta qu
la cabeza. Lo cierto es que na
uedo con
voy ha
una mueca de asombr
sà que has
que me con
ue veas
y largo. SonrÃo. Me inspira una paz tan, tan reconfortante que me olvido de lo que verdaderamente me espera en la Villa Cano Torres. A mi cort
La entrada la adornaba un hermoso jardÃn rodeando el estanque. Recuerdo que, jugaba y alimentaba a las tortugas y a los peces de colorines que ha
orp
biera contratado para la exclusiva "la niña consentida regresa con su mami". Los fotógrafos capturan el reencuentro del m
a de nuevo. Estás
e de admitir, que para él soy una Cano m
Francisco
n su mirada. Luego, gira un poco la vista y añade -..
inando hacia nosotros y, va saludando a los invitados a su paso. Su caminar fluye
fin le iba a dar una cucharada de su propio chocolate y se iba a poner de mi parte, por haberse metido tanto con mi fÃsico cuando era pequeña. Pe
ancisco -¡Ven a sa
. En su mente parecÃa preguntar "¿Tu...?" Y por increÃble que parezca, acabo de conf
idencias de la vida. Ese tipo de coincidencias q
a por un segundo al paquete del pantalón, jocosa -. Pero, qué... grandote -
pequeña, de segu
alzo los brazos, rodeo su cuello pegand
a su oÃdo -Hace apenas unas cua
impide terminar la pala
nven
de Francisco, distrayendo la atención
he" Mis mejillas se tornan a
me abraza
a, cariño. -deja un son
ias,
a Cano va a estar más entr