Anal con el padre de mi amiga
ta massoilustrador@gmail.com si te int
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ha empezó a volvers
piso con Natasha y Nastya, donde decidimos celebrar el
contábamos diferentes historias, recordábamos in
er año, pero la mayor parte del tiempo estaba con Natasha. Y entonces, d
itad nos habíamos desperdigado por las habitaciones y los recovecos, parecía que h
itio privado? - me s
runciendo el ceño. ¿Qué es lo qu
ía decir nada. - El chico empez
nta de que todavía era virgen
do con él un par de veces, me gustaba mucho, pero luego descubrí
saludo, supongo que quería algo m
arado con él, nuestros chicos son sólo d
dad en los ojos me invita a estar a solas con él, es
un poco de intimidad y una charla? -
ó el ceño: ¡Esta va a ser la mejor
infantil. - Resoplé y, cogiendo a Pasha
entro. Podía oír a alguien susurrando desde el lado de l
dido en su teléfono para hacer cosas más ínti
, tirando de Pasha y sentándolo
caer, y hasta me pareció ver en la penum
miedo de que te toque aquí? - Le toqué
eguro-. Si te
o. - Sonreí y empecé a acariciarle suavemente
n el estómago. Tal vez fuera la gran cantidad de alcohol, pero por alguna razó
té y me senté en su regazo,
nzado el chico. - Me gusta
a mucho más recatada. Soy más pudorosa, pero en re
susurró Pasha cuando empe
erte sentir bien, ¿po
a hasta que mis dedos tocaron su
enderezarse, no es muy có
uidamente, y entonces sentí sus
ra nos habíamos besado,
és de eso fue como si Pasha se volviera mucho más valiente, me ayudó
- Le susurré al oído, sintiendo como un esca
to a Pasha en sus brazos y me lim
mbién? - Preguntó el c
escentes sentados en una silla tocándose con las manos y besándose cuando sus
eza, aunque me parecía bastante delirante y temeraria, pe
y también avergonzado, me abrazó, y entonces ocurrió algo que me dejó sin sentido. Natashka entró en la habitación
antes... - susurró. - Sabía que estabas tr
en los labios un par de veces, como en un arrebato de emoción. Mi mano estaba en su polla
ieres... Puedes acompañarnos... - le invit
este guaperas. ¡Todavía es virgen! - Natasha sonrió. - Puedo
¿verdad? - le p
portaría algo así? - murmuró el
ervioso... - rió Natashka, tend
do bastante -se negó
na más -empezó a pe
indigné. - Si no quiere beber, que no beba. Aquí
e fue, aunque su mirada era de fastidio. Sólo má