La Virgen Salvada por el Multimillonario
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radamente al hotel, que estaba a solo unos minutos de distancia. Me sentía
ué y encontré a Heloísa, qu
untó ansiosa - Ya estaba
arina? - pregunté, evitando
preocupes - contó - Bernar
y seguramente tenía que ver con lo que la ch
ábamos buscando a Catarina? Él
có Heloísa - Ella parecía bastante normal, para ser sincera. Aun así
rdido en pensamientos inoportunos que ni siquiera me di cuenta de que el aparato estaba "vibrando" en
a estar solo "vibrando" - Heloí
isé - Gracias por
s sonrisas y me rodeó el cuello c
ño Nuevo,
ño Nuevo,
cuánto nos amamos. Siempre fue así, incluso siendo dos person
Heloísa dijo con una sonrisa mal
tel. Lo primero que hice al entrar en la suite donde Catarina y yo estábamos alojados
o un cariño especial por ella, después de todo, es mi novi
oscura y darme cuenta de que todo parecía demasiado s
mé en voz baja, so
una vez más. Solo quería escuchar su voz y confirmar que el hecho de haber perdido tant
pondió Catar
stás
a su cuerpo, buscando una mayor intimidad, pero el
sin moverse
**
fectamente arreglada y maquillada, algo común en ella y no me sorprendió. También parec
Bernardo aparecieron, y no fue sorprendente el hecho de
oche, Bernardo ya estaba con una acompañante diferente. Estaba seguro de esto porque er
a piscina? - dijo Catarina tan pronto como
ro, v
re era así con respecto a mi amigo y mi hermana. Así que seguí a Catarina hasta la suite y después de ponernos nuestros trajes
dé a la chica que encontré la noche anterior y me pregunté qué podría haber causado tanto sufrimiento como para que estuvier
ando esta idea se formó en mi mente - Tal vez
i, Heitor - comentó Catarina con una sonr
a playa - dije, sintiendo una cierta eu
upuesto que
rededores tal vez tuviera una motivación oculta, o no tan oculta. La verdad
con la esperanza de ver a la chica aunque solo fuera de paso, desistí y regresé al hotel. Era mejor olvidar a esa chi
la madrugada, no importa cuál fuera la fecha, era extremadamente irrespon
ue hice al día siguiente fue hacer las maletas y regresar a Río de Janeiro. No deseaba quedarme más t
s horas después, el helicóptero de nuestra familia estaba ater