Mi profesor es un hombre lobo
ara rematarla: mientras salía de su casa, su colectivo pasó a una gran velocidad. Ella frustrada, decidió t
o en la cuadra contigua. Frenó en seco, y al girar, transitó a través del césped cortado. Pero cuando vio la siguiente calle con una gran sonrisa, algo la derribó hacia un costado. No pudo
xili
Confundida, frunció las cejas y su boca se formó en una línea fina. Se incorporó dudosa, y su
con una chica de cabello dorado y bucles. Sus ojos, de un color azul mu
a, sintiendo su cuerpo tembloroso. La chic
llevaba un vestido pegado al cuerpo de color rosa, junto a una chaqueta de jean
no pudo, cuando la puerta se abrió de manera abrupta. Apareció un hombre gig
uien se aferró a su nueva "amiga", la mism
con la barbilla en lo alto. El hombre emitió una carcajada
re en su cuerpo, no la dañó. Kiara avanzó con pasos temblorosos e inestables. No veía nada, el pasillo estaba
mpujón hacia una habitación desconocida. Se giró rápidamente, pero la puerta se cersta tocar el suelo con sus rodillas desnudas. Sintió un esca
¡Felicidades! Ha sido seleccionada para ser la c
xclamó con la voz temblorosa pero contin
omodar su rostro. ¡Le deseo mucha suerte! Si se ve hermosa, podrá
color blanco. Había un grifo, y todo tipo de maquillaje y peines. Mordi
ada con un gran moretón en su mejilla derecha. Una lágrima se deslizaba
Su rostro, al menos estaba limpio. Acomodó su cabello, y luego un sonido la s
do, de su mejor sonrisa –ordenó la voz y ella levantó
omarla de las muñecas y la arrojó nuevamente hacia la
–quiso saber y
cámara –comentó temblorosa
ili
reguntó c
mi n
has gracias –murm
endo sus caricias en su cabello hasta que
fundida, como había una extraña pelea en el pasillo. No solamente había hombres luchando en combate cuerpo a cuerpo, sino que un
ó de la mano para jalarla hacia afuera. Sin embargo, debido a las de
en forma repentina por la lucha externa entre un lobo y hombre encapuchado. Un grito, se escuchóidad. No quería mirar, contuvo las lágrimas y siguió insistiendo: -¡A-ayuda!
verse borrosas, los sonidos se disipaban como un susurro en el vien
jos levemente, vio el rostro más hermoso que jamás había apreciado en toda su existencia. Tenía el c
ensual. Ella, estiró la mano para acarici
omentó con voz temb