La Maldición de la Madre
a. Este dolor por la pérdida de una persona cercana. Y la eterna frustración de que nunc
e admitir ante sí misma que sufría mucho sin el amor maternal. Nunca la conoció y sentía cuánto el destino la había desfavorecido. Muy de
lió así? - con dificultad, conteniendo los sollozos, Anya encendió el agua y comenzó a lavar las lágrimas. Si
nica, su madrastra. Esta mujer se ocup
en una madre cariñosa para ellas, las chicas sentían que les faltaba algo en la vida. Presencia una sensación de vací
pantalla del celular. Notó un movimiento extraño de inmediato, pero no entendió
el baño. Todo estaba tranquilo. Decidió que aún no se había despejado del sue
ender por qué tuvo ese sueño. Y luego escuchó un ruido proveniente
a cama y se agitaba, como si estuviera luchando con alguien en sue
udir a su hermana. Detrás de ella, Verónica y el padre
ó a sacudirla para despertarla -. ¡Dios, está toda ardi
con frustración, harta de la preocupación de la madrastra.
tenía una buena reserva de velas para tales casos. Colocó candelabros
a algún lugar en la distancia. A la luz de las velas, su
ca con labios temblorosos. - Encontrará
la voz de la madrastra temblaba-. Querida,
blaba de miedo. Parecía que Kris
dad y todo lo que estaba sucedi
os arrastró a este maldito y viejo cementerio! Luego la atacó, casi le
enta hubo un gran cambio de tensión en l
ariño? No hay llu
jo el padre -. C
con la luz encendida. Y por la mañana, todo lo que habí
í. Y tampoco deberíamos haber bebido ce
de Krasnov! -respondió nerviosamente Kristina-. ¡Para qué volv
! -Anya resopló entre dientes-. ¡Cómo te ata
-. Él solo estaba muy borracho. Estoy seg
eron hacer un viaje a la naturaleza para que las
mientras salían de la ciudad hacia un picnic en el
ez, ¡no las dejarás de una vez por todas por
sando en lo suyo. De cualquier manera, el ánimo
humor. El domingo también pasó realizando tareas domésticas habituales, y las primeras señale
a hinchado y rasguñado, como si hubiera sido atacado p
, y por su mirada torcida, Anya se estremeci
iernes? -preguntó Krasnov a Anya con una sonrisa burlon
diato, quedándose inmóvil, y es
da sagrado? -Anya lo empujó bruscamente hacia
egunté! -gritó ofendido
iempo, y aunque a Anya no le gustaban sus atenciones ins
odo tiene su límite, ¡y sus bromas sobre
su propio puño contra la palma, arrugando el rostro-. ¡Le b
rá lo que merece. Ya era hora de que ese bastardo
lpeó el cristal de la ventana, justo donde estaba Krasnov sentado. El impacto fue tan fuerte que muchas chicas
ñal... -dijo Kr
s en supersticiones
superstición, así que lo dije. A veces cre
zumbido sonó en sus oído
v. Él parecía
y Anya lo miraba
pasó nada grave! -dijo la pr