Cautivando tu corazón
o era tan intenso, que me agobiaba en cierto p
ten con la mayoría de edad, se dividirá todo en tres partes iguales - me miró fijamente-. Pero ¿estás segura en darme la opo
pueden pasar mucha
sus labios y sonriendo ladeado. Parecía un pequeñ
or un año - era tanta su emoción, que me abrazó sin importarl
é bromear, bajo la bruma de s
poco de mí y me acarició el rostro con ternura-. Con tal de t
onita y este hombre llegó y me dedicó lo que para mí parecía ser demasiado. Nadie me había hecho alguna promesa de amor que me hiciera latir tan fuerte el corazón como ahora mismo. Nadie se hab
uestión de segundos, más si se trata de una mujer como yo, que no cuenta con oportunidad
a dicha de ser tu
accedido a una locura como estas, sobre todo, por el hecho de haberme dicho a mí
o con una so
que quieras
or sea fuerte y genuino. Si esto no funcio
unas palabras que no logré comprender antes de asentir en medio de un suspiro. Su expresión emocionada y fe
dicha de tenerte solo para mí como
o desconocido en mi interior que no me hacía sentir mal, todo lo contrario
irió, sacando del bolsillo de su pantalón un anillo preci
o de mi blusa mi collar-. Estará en m
de acuerdo-. Date la
nó todo el cuerpo. No sé si se trababa de la suavidad de sus manos o el hecho de que era la primera vez que un hombre me acariciaba la piel de aquella manera, pero su roce me tenía delirando
echo de que es el primer hombre en tocarme. Un fuego extraño se esparció por mi rostro y s
i ser, sino también un suave jadeo de asombro. Sentía que las piernas me iban a fallar en cualquier momento, pues no me esperaba que fuera a a
blar. Podía sentir sus labios sobre mi piel, esa sensación de presión y esa leve hu
, luego de un prolongado silencio
con rapidez-. Es así como
controlar los impulsos y las ganas. Lo que menos quiero es
a. Quería cavar un hueco en el suelo
calabacita - me pellizcó un cachete
estro
osa reina, n
fin y al cabo, también puede «enamorarme» viviendo en techos diferentes, ¿no? Además, vivir con un hombre ta