June Blaze
cción de amor, para que comprendas que mi corazón solo puede est
ernía sobre mí, pero mi cuerpo no respondía por más que tratara de moverme. Me encontraba paralizada, asustada y muy angustiada porque mis sentidos no reaccionab
e? ¿Por qué ninguno hace nada por salvarme de ese hombre? ¿D
odo el cuerpo. Era una situación asfixiante y abrumante. Mi corazón latía rápido dentro
vidar, porque la tenía grabada en mis memorias y siempre llegab
sto en el momento que desvié la mirada y vi a mis padres acostados a mi lado, pero por más que gritaba, ninguno de ellos me escuchaba. M
do mi sistema. ¿Qué debo hacer? ¿Por qué nadie me escucha? ¿Acaso se cansaron de
apareciéndose cuando mejor me encontraba, y todo ese doloroso pasado par
e recordaba en ciertos momentos de mi vida. Esas lágrimas llenas de miedo y frustración brotaron de mis ojos sin poder contenerlas por más tiempo. No podía respirar, se
brindó calma. Esa sombra grande y terrorífica que me asechaba con insistencia fue deshaciéndose en el aire a gran velocidad hasta quedar hecha en polvo. Ese sentimiento de angustia y miedo qu
dome al calor de ese cuerpo que me llevaba siempre a la serenidad cada que entraba en contacto con el mío. Su voz sua
iando mi mejilla con la yema de sus dedos-.
ada de que me viera llorar nuevamente-. ¿Por qué no puedo olvid
a mí-. Conmigo estás a salvo, lo sabes, ¿verdad? Sabes bien que, mientras esté aquí contig
ontra mi piel con extremo poder, como las otras veces que se acerca en demasía a mí, alteró los latidos de mi corazón. Su aroma, su cercanía, sus palabras, sus suaves carici
ento deseé ver la claridad del cielo en su mirada, pero la poca luz
n ladrón? - le recordé, queriendo sonar graciosa, pero él se encontraba muy ser
ededor - descansó su frente en la mía y suspiró, cerrando los ojos con cansancio-. Y no estaba equivocado, pues unos años después, conocí ese dolor que has cargado tú sola por mucho tiempo y me juré que nadie volvería
a no tienes que c
egerte de ti misma, de ese pasado que no puedes soltar por más que quieras, de esas pesadillas que te dominan cada que se cumple un año más
, a diferencia de mis padres y de mi propio hermano, es el único el que me ha visto
agradecer por
que pude escuchar con claridad lo alterado que se encontraba su corazón-
uy lejos de la mía. Poco después y entre la comodidad de sus brazos, me quedé profundamente dormida, pero antes de cerrar los ojos y perderme en un sueño tranquilo, escuché una voz que me decía lo mucho que me seguía amando, a