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Romy y Julius

Capítulo 5 4

Palabras:2137    |    Actualizado en: 04/11/2024

osismo-solo no te demores ni te quedes por ahi paseando en las cal

rlo. Me termino el pan y el cafe que me

por las calles. No me expondria a salir si ellos fueran sinceros conmigo, pero ya que g

tengo que prepararme para salir en la noche-admito, aunque u

ahora ya sin poder ocultar su sentir. Encorvo el

e me prohibio salir, aunque la verdad es que no gustaba mucho de salir a meno

un tanto preocupada, pero ignoro el hecho de que están preocupad

e estar acompañada de verdad y ya que ellos no son sinceros con

?-comienza el

de alguno de sus amigos-expreso y ya que se supone que ninguna de las

sta del todo convencido y la verdad es que yo tampoco, pero si mi propia familia no quiere decirme nada, yo deb

s lleve tu chofer-expongo para no levantar sospechas,

e no dudo que pueda cumplir, pero ya que él ni nadie mas de la casa debe saber la ubicacion d

doy un beso en la mejilla, luego hago lo mismo con la

a la planta baja y salir de casa, afuera veo a Alonzo, el chofer leer el periodico, en especifico la seccion de deportes. Me aproximo a él y me tomo el at

trafico, llegamos en veinte minu

ormo-puedes irte a la casa,

ras y me bajo antes de que el semáforo le de la preferencia a los autos. Camino entre la gente pa

lo cual no me sorprende ya que de jóvenes, ella solía hacer lo mismo, aveces se hacia pasar por

cuentra un servicio de taxis que puedo usar para volver a casa, aunque en mi camino miro hacia todos lados esperando a que oc

e es empujada por un tipo que pasa sin siquiera volver a ver lo que ha hecho. La anciana cae sobre

voz, pero el tipo

Lleva puesto un vestido verde que llega por debajo de las rodillas, no obstante al poner peso

así que intento buscar un sitio donde apoyar a la mujer. Cerca hay un banco que parece pertenecer

Al acomodar a la mujer me giro sobre mi sitio y descubro

, dudo mucho que alguien como él quiera evitar problemas, así q

ordeno tratando de no perder el v

rotesta con sarcasmo- esa v

opósito-le reclamo

rdenarme que hacer?-inqu

sculpas-insisto, aunque ahora dudo de si ponerme a

s perversa. Inesperadamente me toma de la mano y me obliga a

os, los italianos pueden llegar a ser bastante dominantes aunque eso me desagrada lo s

roriza. Indefensa y ansiosa, mi corazón empieza palpitar desenfrenadamente de mied

!-brama el tipo mientras se

ina, el tipo iracundo se gira y vuelve la mirada hacia a

..?-logr

la ceja hacia el hombre que pretend

dose a mi, pero no sé porque- veo q

r, yo... solo...

?-le sugiere el joven con cierta severid

raje negro, este lo mira tranquilamente mientra

parece apenado. Su rostro es afilado, bastante apuesto y sus ojos azules parecen brillar al verme. Aunque lleva puesto un t

por lo visto ese joven y el bribon que escapo se

a a quedarme con los brazos cruzados viendo como ese si

intervino, tal vez pensó que yo podría encargarme sola, aunque al final ter

o un paso hacias atras donde se encuentra tirado el ramo

trata de una broma para hacerme sentir m

o de madera, junto a ella se encuentra otra señora, quien supongo es la p

eradamente revisa en sus bolsillos y de uno de ellos saca un pañuelo

e rosas, las cuales parecen haber sufrido al ser arrojada

o sobre su herida y limpia con m

ar?-le pregunta a la mujer de la floristeria. Ella asie

lo necesario para tratar una heridad superficial, al tomar lo necesario, el joven mueve las manos con agilidad y mientras lo obser

da, el joven termina colocando un parche adh

levantarse. La mujer obedece su orden y una vez que se levanta,

que algo le molesta, por favor acuda a que le hagan un chequeo medico-le sugiere el joven con amabilidad, una que me s

ores se maltrataron-

amabilidad?-expresa la señora dirigiendos

causa cierta ternura- solo no salga a las calles usted sola, despues de todo parece que la tension en la ciudad se ha intensifi

e el ceño y nie

e los conflictos en la ciudad-de continuar asi, los turis

r en los casos que Alessandro menciono. Si el conflicto continua no solo las famil

es extraño ver a dos jovenes interesados en el bienestar de una vieja com

as que sobrevivieron. Una me la entrega a

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