Poséeme
ardanza. La verdad que solo había estado 20 minutos varada en el tránsito. Tiempo suficiente para que le costará su trabajo ¿Qué iría hacer
o al departamento a los gritos
la cocina con un delantal de chef y toda llena de harina y detrás de ella, Cathy, toda enharinada y
y fue entonces que recordó
que la sonrisa se borrara del rostro de la niña por completo. – no...
ero no podían romper las ilusiones de la niña, porque solo ella sabía lo que se sentía estar postrada en esa silla de ru
pesado! – y conc
novio con quien llevaban 1 años y medio de
doble para poder juntar algo de dinero y ponerlo "en el pozo" de dinero para que Cathy pudiera volver a caminar. El
habla del otro
a ella tratando de que no se le notara e
l llevaba un mes en su segundo trabajo como cajero en un banco y quería invitarla a cenar a un lugar lindo donde ella pueda s
a con la cena. – dice, pero de fondo él podía escuchar lo
era increíble como él, refiriéndose a sexo, podía sentirse tan intimidado. Será por eso que
. – dice poniendo
mo sería una noche especial y fogosa, se había elegido un escote prominente, pero a la vez sugestivo porque ya que l
la noche, estaba colocado hacía un costado. Como maquillaje, se puso pestañas postizas, un delineado de gato que resaltaban su
rta, se encontró con su novio, vestido casi de gala, por el lugar d
e lo cursi que podía ser a veces ese hombre, pero aun así le encantaba para ella. P
iendas de que ese tipo de comenta
r lo bajo y deposita u
amos porque estas dos dicen cualquier estupidez. – y se van al compas
bril se dio la vuelta para hacerle señas
en el bolsillo. – s
go que le gustaba a ella, era el s
mplio, cuando en verdad no lo era tanto. Cuando la chica de recepción se acercó a ellos, él dijo su nombre y entonces los acompañó hacía una
te salido una fortuna. – di
nces ella, sintiéndose afortuna
o. – y se levantó para tomar sus mejilla
dijo él entr
– concluyo co
y para beber vino tinto. No era el más
que él le ofreció darle la mitad de su sueldo ella no lo aceptó. No era mucho lo que ganaba y no que
su trabajo dado que no quería darle más preocupaciones, ya era suficiente con que su hermanita estuviera
era de esas mujeres refinadas, pero si hacía un buen papel
erca a su oído para decirle algo
a de estar entr
nada de la vida y amante del sexo como ninguna otra que había pasado en la vida de Mauro y amaba el sexo oral por sobre todas las cosas.
ra de mano sonó, y cuando lo atendió se distrajo llevándose por d
terminar la frase porque ambos
s pechos, que estaban empapados del vino que llevaba en su mano y
o y elevó su mirada. – no, me malinterpretes. Me refiero a que me des algo para secarme ¿pero a que idiota se le ocurre venir a los baños con un vaso de vino? – dice muy molesta, pero a todo el
ebes a mí. –
ice con rabia y no puede evi
irada y nota que las pupilas de sus ojos toman gran dimensión en ellos. – h
aguantar de hombres deg
ndolo de nuevo ya sentía como su miembro se iba despertando. Pero Abril era muy diferente a las mujeres con las cuales estaba ac