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Casada por obligación 1865

Capítulo 2 Perder la esperanza

Palabras:1244    |    Actualizado en: 18/11/2024

ble llegaba a su fin. Aunque por otra parte mi prometido no había

bración se haría en el jardín y nada parecía estropearlo. Aunque el otoño ya había hecho acto de

Egipto entre mis manos, gracias a mi primo Edwin había podido cons

padre me hizo

n a recibirlo junto a tus hermanas- d

e, Mary lo hizo a mi lado y a su lado Corina. Siempre odie el tener qu

nada al respecto, primero le debía obed

mi prometido pero dónde estaba él? Unos segundos después desmonto un caballero a pocos pasos del carruaje. Acompañado de

ometido es el jorobado - su

ndo entender que debíamo

mi posición. Mi padre bajo los escalones que nos s

a que nunca fui partidaria de los trueques, pero mi esposo dio su palabra y

asos y me pon

, encantada de

o y sonríe. Antes de marcharse dice algo

i aguanta el vi

que estoy delgada pero mi salud es

o me dirige un saludo. Ni tan siquiera una mirada. Ahora estoy todavía más c

a era Isabel, el hombre apuesto a subido un

una beldad, pero al menos ustedes podrían

de los dos es tu prometido si es el que creo, has tenido mu

a nosotras. Igual nos tocan unos viejos

No me apetece nada dejarlas solas y

mana, solo es que estoy abrumada ahora te vas tú y la próxima seré y

e nosotras, aunque dudo que sea conmigo ya que me manda t

n unas horas llegará la hora de la cena por lo

las manos, este vestido perteneció

da no puedes usar esos colores- dice

pensé que sería la primera y en cambio he ll

el otro caballero no está sentado en la mesa, d

descubro que el caballero sentando a mi frente es mi prometido su nombre es James y el es el Duque de Duncan, aunque

fruncido y no levanta la vista del plato. Será que es

temprano por lo que la celebración será más corta. Apenas comamos partirem

*

a estoy oficialmente casada

, no puedo evitar llorar, no solo por lo que el destino me depare ahora,

ora, no digo nada me mantengo en silencio, e

, la señora baja un momento y yo me quedo dentro

ra vuelve y se acomoda. Una

dades o te las harás encima. Ya hemos perdido bastantes días teniendo que ve

tanto apartado, es la primera vez qu

os ruidos que me asustan. Salgo corriendo y caído de bruces. Gracias al c

or su contacto y mi torpeza

torpe, me he llevado

do de mi alma, partiendo m

sie

arropó con unas pieles, al menos la señora no parec

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