El climax de un millonario
ÍTU
Lun
l despertador me hace dar
y m
mascullé, s
parar los ojos y aquello me
etumba en todo el monoambiente. Veo a través de la única ventana que
e aproxima una gran tormenta. Mierda, eso me pro
garon al borde del colchón. Me apoyo sobre mis hombros. Vamos
pequeño y bonito apartamento ubicado en California y n
roneo habitual de mi gata Ronny, quien se estira ocupando la mayor parte de mi c
tiene grisáceas. Puede llegar a ser confundida con un gato siam
opción gatunos y cuando la v
mensos ojos azules y yo tengo ga
digo, acercándome a ella y acariciándole la
tro gran bostezo y me veo obligada a arrastrarme hasta mi ba
cha. Salgo del baño con una toalla rodeándome la cabeza y otra a mi cuerp
uien en la avenida Mai
viva! Me ale
os cumpleaños más-le digo
o a charlar conmigo
nada, es sano hablar en
os con café, voy pensando qué
s dueños me alquilan el sitio a un precio razonable en una
toño e invierno las personas decidían
junio con una gran tormenta de nubes pesadas y negras. Pero
lanca y por encima de ella un delantal verde que rodeaba mi cuello y mi cintura. Este tenía a la altu
en una pared de mi casa y repasé mi aspecto en él mientras me
suspiré. Mis ojos grises parecían cansad
s, sólo era cuestión de encont
de ello Amy Steele-me dije a misma, repitiendo aquella
ía. Su arenero se encontraba del todo limpio, tenía comida y agua en
lón y me marché, cerra
bajaba por los escalones, escuché que la puerta que da al otro monoambiente se abre y sa
mano, con los ojos marrones algo entrecerrados
vir -me burlo y lo espero
Un aumento de sueldo -me confiesa, em
porque la escalera no
e cabello oscuro y
por vivir arriba de la cafetería y que nos den dos día
versidad y marcharme lejos. Estar traba
costado. De cierta manera le doy la razón
ene su visión
? -le pregunté, tratando d
a que da la calle y él
s escaleras para llegar a la puerta. No hay ventanas, pero sí ventilas. Las paredes no están pintadas,
uinas te saludan con sus ocho
to que yo y las mata con la es
cho miedo a
oche, pensando en un futuro mejor para mí-me respondió, apenado y dirige su mirada hacia el cielo, con los oj
un día muy tranquilo -le comento, entre lanzando mi b
los televisores colgados en las paradas con el canal de noticias puesto, miraban el clima a través de los grande
de la tarde, luego salía e ingresaba nuevamente
personas, pero de lunes a viernes t
ciado hace ya un mes y había logrado desemp
tando sacar las cuentas rápido y entregar todo a la perfección a los cl
as largas decoradas con algunos anillos en varias de ellas, una piel
ra, cuando terminaba su horario laboral, volvía a colocárselos. Tenía una perfora
ura, delgada, jov
umpa-me confiesa ella, dejando caer su mentón sobre la palma de la mano y con el codo apoyado en el mostrador,
mo que ella -. Me gusta este clima porque n
e da a la calle, azotando el cristal poco a poco hasta que e
ar. Toman sus pertenencias con rapidez, dejan algo de propina sobre las
sos. En las paredes de ladrillos a la vista y barnizados, dándole un toque más oscuro y brilloso, colgaban plantas artificiales y otras que eran de interior como algunas marantas leuconeras, crotones, helechos
e ninguna imperfección con respecto a l
ador para ir a limpiar
la puerta suena tintineante, advirtiendo que un nuevo cliente ingresó
e cabello oscuro que él no tarda en retirar hacia atrás pa
de buscar algún lugar desocupado para sentarse.
us ojos pasen desapercibidos, pero sé qué eso sería imposible que
su corbata gris como si lo afixiara,
uspiro que indica que algo está mal en su vida. Parece que la silla le q
as revistas de trajes para hombres. Incluso hast
y en esta se calan una barba muy pero m
es tan atractivo que se me ha quit
con
o y sus ojos grises me han encontrado por
to la mirada rápidamente y
, concéntra
i
tas machucadas y una taza blanca vacía con restos de
para dejarla vacía y comienzo a limpiar c
hacia atrás porque
Hombres como él no se f
No hay u
e novia y debe
ica más afortu
a hecho ya antes. Tranquila Amy, es sólo un cliente. Cuando se
e ponerme así cada vez que i
que aquel tipo de
y lo único que logró ver es que está con su celular,
stán bien abiertos puestos en la pantalla de s
e aquel que se encuentr
de pedir nada. Tengo el presentimiento de que sólo ha v
í, sentando y enojado, discutiendo, me veo en la obligació
ndo mi fleco hacia un costado y que ningún mech
el bolsillo. Aunque sé qué con otros clientes puedo memorizar los pedidos sin problema al
a de aire y me a
mo un pitido y tengo gan
ía entre el móvil y él. Pestañea un par de segundos, con sus ojos puestos en lo
Concéntr
ara desayunar? -logro pre
strarle que no me
ofunda, sonora y potente
tan frío que me sorprende qu
voz cantarina-, porque hay unos ricos b
vil mi voz se va apagando de a poco por
as. Sólo e
as que ahora me siento incómoda por ofr
le aviso, y no puedo evitar apretar
o a preparar su café. Ja
tomado la molestia de mirarme y que hay
y, ponte
d, voy detrás de la barra y me acerco a Wendy, quién está muy tranquila aten
ro de las bolsas de papel y se las entrega con una sonrisa a
ella sin mirarme mientras saluda
a ella sin saber
lpo-me sonríe, pícara y veo que también le ha echado el ojo-¡Su cari
ono la parte de cortados sin ant
n calor inexplicable
gnifica afirmac
ria? -le respondo, miránd
eño
doy vuelta encuentro al hombre de traje detrás del
ue estos se han secado y es imposible n
ue no puedo justificar. Sus manos se apoyan en el mostrador, esperando una
bo marcharme ¿pero puedo ped
ito, apagando la maqui
saca una tarjeta que me tiende con sus dos dedos. Lo mi
que llegue cada mañana - me explica, y yo tomo la tarjeta-¿Podría hacerlo por mí
le mires
arjeta, provocándome una leve corriente que me reco
nombre en la tarjeta blanca y de hoja muy gruesa,
su número de celular, el corr
elklein -leo su apellid
ar realmente así, pero mi tono de
ntenso cómo su presencia. Inc
ue yo pueda agendar su número -me pide, con ta
un mensaje -le digo par
mbre asiente y deja un par de billetes sobre
se marcha del sitio con su malet
normalidad. El corazón me palpita con fuerza. No puedo
usta!¡Te he vist
y provocarme un respingo. Se posa detrás de
ando que mi bobalicona cara no me
iradas divertidas y yo p
-justifica Wendy, levantan
do. -contrataco, dejando caer mi mejilla en la palma de mi mano mientr
a reír -. Deberías enviarle tu número así te agenda en su móvil. Tienes una
cojo de hombros mientras acomodo los folletos del s
folletos. Claramente, un desinterés que
so y me escabullo antes d
e el clima delata que
l no con una intención de hacer mis necesidades, sino que...quiero agendar
rente a la puerta de mi apartamento, algo
rick y mi gato Ronnie viene a recibirme con su cola
omándola en mis brazos y c
dulce
copa de vino. Cada tanto tengo que sacar a mi gato que quiere
na en su tazón que está en suelo. La gata, co
or rayar una zanahoria para n
cama con la copa de vino llevandomela a los l
stagram? Mmm, dudo que tenga uno. La tentación de enco
alta primero. Demonios ¿realmente tiene la cuenta verifi
í está, señ
entes paisajes bien editados como la Torre Eiffel, el
o por las fotografías porque había varias de d
la parte de etiquetados, dónde tus conocidos te etiquetan en alguna fotografía q
l de largo cómo lo tenía hoy. Era de noche, había botellas de cerveza sobre una me
e apuestos, pero debía admitir que el señ
sta. Llego a tiempo y la saco del fuego. Pongo a hervir agua para
mero al señor Voelklein para que lo registre y así, aseg
algo me lo
su número en mi celular.
enviarle un mensaje para
rviosa? Relájate tont
u chat. Frunzo el ceño, no figur
ogando que mis dedos no me fallen co
e lo ha atendido esta mañana en el café Blue Moon. Le envi
r y lo releo
Cuando estoy a punto de borrar el mensaje a
lo ha