La dimensión del amor
ta
ado mi marido y yo en manos de
nitivamente me ha tocado conocer a unas cuantas
Alicia entró a mi habitación y me puso una pistola en la cab
aba grave en el hospital y el hombre salió a toda pastilla de la boda, sin imagin
las dos mu
e tiempo, pero a mí, casi me matan del hambre y la sed. Llegué al hospital casi deshidratada, sino ll
orean mi cuerpo y con mi esposo en la misma habitación y pare
, tomándose un café que me da ganas de
e de aquí. ¿Donde está Amaia? - es
la cara de estúpida. Lo conozco lo suficiente para saber que esa a
epa que estoy bien.¿Está preocupada no? - lo q me respondió fue l
ana está incomunicada, es una misión
ntravenosa y observando como mi ma
hermana? - que mi hermana lo deje hacer lo que le dé la gana, n
que te plazca. Yo me largo, dile a mi her
e y me dejó con la
n cuidado y empecé a buscar mis pertenenc
a de pistola de la boda, no pude ll
rescató y dos ambulancias nos trajeron para acá. Ahora tenemos policías c
os guardias, que para mí sorpresa era el mismo que cuidab
erdes y pelo muy negro. Me miró de arriba a abajo y le hizo
o señora? -
da - contesté, pensando en que hacía aquí el m
die entrar o salir de esta habitación, a menos que sea el personal de
a Do
y esto
icía, interrogandonos por el
e me mantuvo viva esos dos días. No puedo entender que esté en los dos sit
fe. El le explicará - me respond
o, poniendo una mano en mi cintura y pegánd
tre los dos, yo para salir
distrajo y ambos nos giramos hacia mi marido, que ahora se
alga. Tengo órdenes que cumplir - le decía el calvo, mientra
mi mujer. - Ash me tomó del brazo y me
estó nada y salió,
ura y el, en menos de un segundo volvió el beso, algo mucho más carnal y terminó mordisquean
besaba todo mi rostro y recorría mi cue
rer decirme algo cierto sobre ella - mientras yo hablaba el acomodaba mi cuerpo al lado del suyo en l
vantar la vista hacia el, y dejar el tema de Amai
no pasaba que yo su
m
vuelto desde que
de noche, a través del
hablaba mucho por teléfono detrás de la puerta de mi habitación, pues siempre que
áeme comida, para intentar salir de aquí y poder v
puerta pues no tenía manera de saber a qué hora vendría la chi
pero ahora hablando en mi idioma, ya era evidente de quién se trataba. Es que tan pocas veces lo había
porque en el fondo no estaba en peligro. O de lo contrario, Carter
sin lugar a dudas, er
ien estaba afuera, pues cuando iba a tocar la puerta para llamar su atención, se abrió de golpe y
llevé mis manos a mis mejillas, poniendo la m
trado? - su sonrisa me daba ganas
ña! ¿Me has e
es que estás fatal tío, como para ingresar - el muy idiota se recostó en la puerta y cruzó b
me miraba tan tranquilo que daba genio. Encendió un c
verlo, pero me regañaba mentalmente para no ceder a su magnetismo sexual. El no se lo mer
uda bajo esa bata, tus pezones duros y apetecibles marcandose para mí,
haga una buena mamada, como hacen todas las putas. - me había encendido con
Tienes que escucharme. - el empezó a
o en tí - yo estaba pegada prácticamente a la pared del fondo
o de la cómoda y siguió avanzando
continuó y yo pasé por su lado, para alejarme, obteniendo así que me tomara de la
ecé a protestar y el a
o y pasó su lengua por el borde, llevá
amo mucho. Y lo d
ente y clavé mis uñas en s
l de la habitación, abrió una puerta que n
an ba
te dí estos dos días, para que sanaran tus heridas. Pero
o y me amarró las manos en la espalda, por mucho que luchara con el, siempre su fuerza supera
bre la mesa, quedando acostada y el amarró uno de mis pies al tirador de una gaveta y luego hizo lo mismo con el otro, a pesar de que
ntre mis piernas y se sentó, quedando su rostro delante de mi sexo abierto y por
endiendo la luz con un mando a dista
morbo me es
el asintió haciendo un gesto con su mano
spalda y los pies abiertos, amarrados también, justo delante
a llevó directo a mis bragas, las rajó con facilidad, tiró al piso los pedazos de encaje y tomó cada lado del escritorio en el q
¡Nunc