Atracción fatal: enamorarse del objetivo
era una rareza entre los hombres, casi radiante bajo la luz del sol. Por suerte, su mandíbula cincelada y sus rasgos distintivos contrarrestaban cualquier atisbo de feminidad que pudiera haber ac
pción. Incluso en estado de ebriedad, lograb
rmuré: «Sí, eres inne
e una pregunta:
como él mostraba un toque de disipació
a, susurré: "Adoro ca
o inexpresivo. "¿Ser guapo es
exo está profundamente arraigado en la naturaleza humana. La gente se siente atraí
con mi respuesta. "Tonterías. ¿Tú también estás
í: "Bueno, según su retrato en el libro, tiene la cara basta
en mis labios mientras obse
añadió rápidamente: "Prefiero
manos para ajustarle el cuello. "Si te molesta
de la camisa, y se recostó en el asiento, creando una ligera
que debía mantener el sentido de la pro
te benefician, quizás tu antipatía sea solo una muestra de terquedad." Inclinándome hacia adelante, extendí la mano hacia su corazón,
ente íntimo. No hice ningún esfuerzo por ocultar mis intenciones, dejando que mis acciones
e que pasaría con él. Lo desconocido de la experiencia provocó una
mentos. Bajé del vehículo, seguida de Dylan, a quien ayudé. El conduc
la pregunta del conductor. Actuando con rapidez, lo alcancé y le brindé apoyo, guiándolo al interior del e
en el tercer piso; un espaci
e los objetos. Junto al lavabo, vi una afeitadora y artículos de aseo para hombres, lo que indicaba que el espacio estaba ocupado únicamente por Dylan
s. Sin embargo, la evidencia que tenía ante mí me convenció gradualmente de que realmente existían individuos con un autocontrol tan n
iéndome en silencio, me acerqué de puntillas a la ventana y corrí suav
momentáneamente por la repentina claridad. Rápidamente se protegió los
í la lámpara de mesa, que proyectó una suave luz en la habitación. Con tono
n quitarse el abrigo de cuero. Reclinado en el sofá,
ver con Dylan. Justo cuando estaba a punto de cogerlo, aproveché la oportu
tra la suya, Dylan abrió lentament
oca y le ofrecí el agua a Dy
é en voz baja: "¿Te preocupa que
a, Dylan permaneció inmóvil, sin dar
a los labios y di un sorbo, y luego co
dejando que mi voz adquiriera un tono baj
lan, pero con la misma rapidez recuperó la
boca y lo animé con dulzura. "Está m
no cargado de seducción. "Quizás sean mis lab
el vaso. La expresión de sus ojos era inescrutable, impidiéndome discernir sus pensamie
ión silenciosa. Con el paso del tiempo, mi agarre del vaso de agua se volvió cad
silencio, con la voz suave y llena de
por un ambiente más relajado. Dylan rió entre dientes, con la voz teñida
in embargo, me mantuve firme, preparada para la posibilidad del rechazo, y respondí
ícara adornó sus labios al preguntar: "¿Mis necesidades?". Dylan saboreó las implicaciones de sus palabras, con un t
metálica de su cinturón, dándole una pista clara y obv
z provocador e inocente. Era muy consci
la mesa de té, adoptando una actitud algo distante. Era evidente que pretendía transmitir que e
rada de Dylan con determinación. "Estoy dispuesto a hacer todo l
la hebilla sin querer, solo para atraparla rápidamente. En ese instante, aproveché para tirar del dobladillo de su camisa, dejando al
abía un destello de encanto en su expresión, como cautivado por el contraste de texturas y su atractivo. Justo cuando creía que estaba ganando terreno en nuestro sutil juego d
dejándome sola en la sala. Una frustración sin precedent
o que intentara, sus defensas se mantenían firmes e inquebrantables. A pesar de mi fracaso de esa noche, me negué a dejar que el desaliento me consumiera
lan. La ciudad estaba envuelta en una densa niebla, creando una atmósfera de misterio y oscuridad. El suave resplandor naranja de la lámpara de pared iluminaba la habitación con un ambiente suave. Dylan dormía pláci
igado con varios hombres, pero nun
te del coqueteo, donde podía deleitarse con la satisfacción de la conquista. Creía firmemente que la verdadera clave para alcanza
tas y creaban un ambiente romántico, pero siempre me abstenía de entregarme por completo. Mantenía hábilmente un delicado equilibrio donde me deseaban intensamente, pero dudaban en perturbar el ambiente encantador. Este enfoque alimentaba su fascinación, dejándolos con ganas de más. Habiendo plane
n su cama pudiera parecer un método de baja estofa, comprendí que en el mundo de la seducción de alto nivel, a veces eran necesarias estrategias poco convencionales. Quedarnos a dormir tenía un significado simbólico,
r estratégicamente mi sujetador de encaje bajo la sábana. Este gesto discreto y seductor tenía el
iendo de su habitación, vestido con un pijama de color claro. Su aspecto indicaba que se había duchado recientemente, irradiando frescura y
ruzó con la mía al resp
abitación de Dylan, dejando la puerta entreabierta. A través de la estrecha abertura de la puerta entr
ad en la pechera de su ropa. Frustrada, expresó su queja:
tó: «¿Has de
: «No, todavía no he comido. Vine dire
eguido de Theresa. Dijo: «Dyla
y la hojeó con naturalidad. «¿Ya
n exposición de arte allí la semana que
xpresión indescifrable. «Me temo que tengo
o pasa nada, Dylan. Lo entie
untó: «¿Va
se tornó solemne al preg
o: «Intentaré reorganizar m
en un silencio que pareció eterno. Dylan la examinó
que me acompañaras. Sin embargo, considerando tu posible viaj
hablar. «No puedo irme». Rió entre dientes
biar de tema y tomó la iniciativa de sacar otro. «Por cierto, ¿dó
la mesa, indicando un cambio de enfoque. Preguntó: «¿A
, considerando su respuesta. "Me refiero tant
responder. "Está en un punto intermed
Garrett es una empleada dedicada. Es sincera y
ención oculta que yo pudiera tener. Si Dylan decidía no revelar mis intenciones, implicaría que me e
omento antes de responder.
guardó silencio. En ese momento, sonó su teléfono, captando
no contestaste el teléfono
pensar eso? Una amiga me invitó a un trat
alla del teléfono de Theresa. Luego, volvió la vista
a Dylan: "No te olvides del cump
ndo su anhelo, la abrazó con fuerza. Theresa retrocedió deliberadamente, invitándolo a la puert
ente para lograr el resultado deseado. Para fortalecer su caso y posiblemente recibir asistencia legal, Theresa tendría que aportar pruebas que demostraran que su relación no estaba irreparablemente rota y que Dylan había tenido una aventura extramatrimonial. Para asegurar un resultado favorable, Theresa tendría
o plan en marcha. Tras un breve abrazo, Theresa
reconocimiento
ó la puerta y regresó a la mesa del comedor. Con un toque de
a arena había descendido a la parte inferior del reloj de ar
ja. "El chófer no me esperó. C
bio, respondió con una leve sonrisa: "Qué cas
ro. "Dylan", murmuré. "Estaba tan agotada anoche q
distancia entre nosotros. La punta de mi nariz se posó junto a su oreja y mi cá
da del otro, y esta vez no hubo vuelta atrás. En ese momento, nuestras e
juguetonamente: "¿No crees que ha
una expresión tr
la tonta idea de que tu esposa podría pillarnos en e
ativo: "Eso solo puede ser una ilusión. Mi espo
rmeza de Dylan. Continuó con determinación: "Porque n
nados por el deseo. Sin embargo, como él había dejado clara su postura, decidí no
wich y preguntó: "¿
lo elogié sinceramente: "Como esposo, demue
con una sonrisa, reconociendo: "Posee