Un matrimonio fugaz con el magnate secreto
Elyse fue directamente al s
a de que Adrian, a quien creía que se había ido por
ola mientras seleccionaba meticulosamente los ingredientes que quería com
ra conseguir dinero y estar asociadas con el poder. Después de todo, todas las mujeres que había
de que ella no era así. Estaba tan concentrada en lo que
dora, solo podía significar
na mujer trabajadora, y mucho menos
Adrian, Grayson, que estaba cerca, arque
ez, la había visto sonreír así. La Adrian que él conocía siempre tenía u
ro
gará a la empresa para la reunión. Debemos regresar ahora si queremos llegar a tiempo", dijo Grayson
ya los hacía destacar, el aura de Adrian era clar
habla con el Sr. Moss en mi nombre", respondió Adri
a su carrera, cuyo trabajo era lo más importante de su vida. ¿Y ahora, po
ándose qué clase de encanto habría usado esta extraña m
tras mujeres aún más hermosas y elegantes, pero ninguna había logrado que Adrian
que le pasaba a Adrian, G
que había comprado y llegó al mercado justo a tiempo.
e, aunque no tenía ayudante, había logrado poner su puesto
ba que era excepcional y difere
idió acercarse al puesto de Elyse. Sin embargo, antes
una hamburguesa y una crepa,
lista en un momento", respo
ía estado todo el día. Respiró hondo y rápida
angelical, haciéndola lucir aún más hermosa de lo que ya era. A
crepa están listas", dijo Elyse mie
era retirarla, extendió la mano y la sujetó con la suya. "¿Le importar
, pero aun así mantuvo la sonrisa. "Lo siento mucho, señ
e 30 dólares. ¿Eso no me califica como su amigo? ¿O necesito pedir más
si está aquí para complacerme con sus travesuras, le sugiero que deje la comida y se
ogante de lo que pensaba. Parece que ha olvidado que solo es un vendedor de bocadillos
tener a alguien como tú como cliente!", exclamó Elyse f
n dejarla en paz después de que les dejara claro que no le interesaban.
ervenir, pero retrocedieron al ver quién era el hombr
ido y extremadamente arrogant
de WhatsApp hoy mismo, te guste o no!". Dicho esto, el rufián intentó ag
to de tocar el teléfono, una mano enor
El rufián se había girado para enfrentarse a quien se atreviera a inte
le heló la sangre. Por primera v
perdiera el control, latiendo con fuerza, y s
para enfrentarse a este rufián. Miró al recién llegado y entrecerró los ojos, confu
a que los transeúntes cercanos retrocedieron unos pasos asustados. Enarcando
ultad y dijo en voz baja: «Estás interfiriendo en una conversación privada que t
asesino: «Bueno, lamento informarte que la mujer a la qu