Relatos extraordinarios
s queridos, pero al verlos en lugar de sentir
ara causar tanto genocidi
más le dolió fue ver ante sus ojos como su padre moría, cuando el soldado se quitó su casco de armadura su cuerpo se
el valle más luminoso posee desde s
r al verla huir la siguió, fueron horas en su búsqueda hasta que logro encontrarla, la pri
mpezó a acercarse, el solo pe
que te acerques! – exclamo Elif, l
por favor no saltes – le suplico
staste en dialogar y únicamente atacaste a mi pueblo, a m
ero créeme que no te mentí
eres, me gustaría creerte, pero se me hace imposible. – y sin decir
sentimiento y recuerdo depositado en el olvido, teniendo con ello l