Tentación del CEO
a, como si no tuviera
lpes. No me atreví a desobedecer las órdenes de nuestro maestro. Solo se te ordena
dazo de basura, arroja
ia herida hizo una mueca de dolor. Las lágrimas corrían por sus m
co y luego miró al hombre de arriba abajo. Él dijo: "Es solo un
poco oscuro, to
lo manchado de sangre y, con un gesto de la mano, dijo: "como no quieres
ron se inclinaron, tan rápido como un gue
los tres fueron derribados al suelo, produciendo un sonido cl
tarse, pero no podía moverse. El dolor punzan
ces antes de maldecir: "¡Perra! Si quieres atraer la atención de un hombre, incluso no esperes el momento adecuado.
cayeron sin control, pero Aaron no te
ró las piernas del hombre que asesinó a Aaron
o. Al ver que no se movía, el hombre sonrió y dijo: "Está bien. No te habr
scientemente cerró los ojos, esp
erar mucho tiempo, todavía no hab
La daga ca
te y miró los zapatos frente a ella, i
Aaron miró al pequeño. Pregunt
ía a una mujer que se había aco
primera vez, Melissa sintió
rpo y sonrió. "Quiero Por favor, solo una espada. Es
ó la daga del suelo
s ojos largos y estrechos de Aaron.
lugar no muy lejos. Parecía estar perdida en sus pensamientos o arrepentida por algo
expresión en sus
te se acercó a él, lo atrajo directamente a sus br
de Melissa en un instante, y luego
ó la carne de Melissa en pedazos. Suf
ldic
idamente. Luego pateó a los hombres de negro que acec
ar. No solo estaba tranquila y desesperada ante la muerte, sino qu
to de irse, escuchó una v
n no estás
perezosa y d
los brazos del joven y dijo lentamente: "Cuídala. Hay dos heri
ombre. Sin decir una palabra, condujo el auto del hombre. De
rígidamente para mirar el auto que ya había desaparecido a su vi
ue solo el sonido del viento que constant
punta de la nariz, luego marcó el teléfono de su propio hospi
que yacían en el suelo y supo lo
ojos se posaron en la
arla, entonces esta suposición solo podría
n sus pensamientos. Y la voz única de la ambul
, Sean se volvió y se fue apurado, como si sucediera a
Melissa como una paciente importante y no tuvo
o y se sentó débilmente en la puerta. Estaba tan
rida había empeorado, y la
patas arriba. Respiró hondo e intentó luchar para levantarse. Pero s