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Compromiso Roto, Escape a Berlín

Capítulo 3 

Palabras:1728    |    Actualizado en: 08/12/2025

tina. El cumpleaños de Brenda. El mundo dio vueltas. Mi cumple

os confirmó mis peores miedos. No era reciente. No era un desliz fugaz. Era un año. Un año entero de conv

on el tiempo, el tono cambió. El casual "¿cómo estás?" se transformó en "buenos días, sol" y "descansa, mi amor". Tenían un tesoro de chiste

bía escrito Brenda, seguido de un enlace. "¡Deb

briel: "Suena perf

obre platos de pasta, aparecieron en su historial de chat. Él me había

llegara. Fotos de ellos, lado a lado, radiantes, aparecían en sus chats, acompañadas de leyendas como "¡Creando recuerdos!" y "El mejor día con mi persona favorita". Él

"Tú también, G", respondía ella casi al instante. Los mensajes diarios de "buenas noches", los que alguna vez habían sido exclusivamente nues

lo dejé en la mesita de noche, mis manos temblando. Salió, con una toalla envuelta alrededor de la cintura, los ojos aún nu

estaba cargada de algo que sonaba como preo

los ojos, forzando un

tiempo... -La mentira salió fácil, un camino trillado de autoengaño. Era más fá

zo, su piel húmeda

e. Me tomaré unos días libres, exploraremos Madrid, tal como siempre planeamos. -Sonab

e los mejores churros? -recordó, su voz llena de una nostalgia que se sentí

sta. Nuestra lista. Lugares q

a-. Vamos. Mañana. A todo. -Levanté la vista hacia él

u cuerpo se tensó ca

.. con Brenda. Íbamos a... -Se

lo una evaluación fría y dura. El silencio colgaba pesado, sofocante. Se retorció bajo

ló, un suspiro l

u voz a regañadientes-.

o destello de algo parecido a la esperanza, o tal vez solo una curiosidad morbosa

era cálido, lleno del aroma de pasteles frescos y café. Pedimos nuestros churros y, p

de la puerta sonó.

en

itación, aterrizando en nosotros. Una sonri

ente saltó hacia nuestra mesa-. Estaba por el b

atrapado en los faros. S

aquí? -Su voz era u

ros de Madrid. Dijiste que teníamos que probarlos juntos. -Se volvió hacia mí, su sonrisa inquebrantable-. ¡Pero qué lindo de tu parte venir con Cata! Eres tan

pidamente, tratando

Pensó que sería bueno para ti tener una guía loca

sonrisa quebrad

. -Mi voz era pareja, calmada. Una calma

ente contra la pared. Charló animadamente, regalándonos historias de sus lugares favoritos de Madrid, su voz

ntemente entre nosotras. Trató de dirigir la conversación, de hacer que se tr

os más café. Brenda se inclinó más cerca de mí,

. Necesita a alguien tranquilo, alguien que entienda sus necesidades. No alguien que aumente sus preocupaciones

se trataba de café. Esto era

a, mis propios oj

a, luego agregué-: Esa pulsera, la de plata que le diste. ¿La que ambos compraron por su sexto mes? Es un diseño lindo. ¿Sabías

n par. Me miró fijamente, con

o! ¡Ustedes los mexicanos son tan raros con sus cosas cultur

sa dulce e inocente qu

, Gabriel tiró la suya esta mañana. Dijo que le estorbaba par

Su fachada cuidadosamente construida se desmoronó. Jus

reguntó, sinti

on la mirada, puro

en acusación-. Después de todo... ¿simplemente la tiraste? -Las lágrimas brotaron de sus ojos, y

stupefacto, los cafés de

iste? -Me miró, desconcertado, como

-dije, mi voz inquietantemente

conmoción, luego

idamente dejó los cafés y salió disparado

rió hacia ella. Me dolía el pecho, un dolor profundo y hueco. E

a como un peso de plomo. Caminé de regreso al hotel, las luces de la ciudad borrosas a través de mis lágrimas no derramadas. Cuando llegué a mi habitación,

perando. Y esperando. Las horas se arrastraron, lentas y agoniz

de Gabriel, con el brazo de él alrededor de ella. Su cabeza descansaba en su hombro, una sonrisa triunfante en su r

solo se rompió

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