Cinco años de sus mentiras
s por una palmera imponente. La voz de Franco era baja,
Cielo, susurrando algo sobre lo inju
a atrás. "No necesito lástima, Franco", dijo ella, con v
suavizaron aún más. "Te mereces todo el
cuadernado en piel de su saco. Era de
del centro de artes comunitario. Necesita a
ero sus dedos ya recorrían la cubierta. "S
", dijo Franco, con voz
í de detrás de la palmera, sintiendo las piernas como plomo. "Ese
ciéndose rápidamente. "Clara. ¿Qué
n dedo tembloroso. "Es mi diseño del centr
e. "Cielo lo necesita, Clara. Ella está cons
liqué, mi voz quebrándose. "Ese proyecto
eas dramática. Es solo un diseño. Y ah
sofocante. Cielo apretó el portafolio con más fu
goteando falsa sinceridad. "Me asegur
Cielo. Ella pasó a mi lado, su perfume emp
la en la gran y vacía entrada. Las primeras g
como hielo bajo mis pies. Caminé, sin importar
alegre, completamente ajena. Rompió el silencio de
o años. "Para siempre", había prometid
uvo a mi lado el día de nuestra boda era un
udad de México se veían borrosas a través de las ventanas manch
ío suelo de mármol, mi cabeza golpeando el pi
on un crujido. Franco. Me encontró allí, hecha un ov
. "¿Clara? ¿Qué pasó?". Su voz estaba carga
cabello. Su tacto era casi tierno.
Cielo se aferraba a él. Estaba por todas pa
apenas un susurro. Mis propi
de culpa en sus ojos. "No
"Negocios. Y cuando los negocios terminen,
cansado. "Clara, sabes que s
lo promesas vacías. Ni siquiera podía llorar. M
ra mi esposo. Y era un