icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Su arrepentimiento, nuestra despedida irrevocable

Capítulo 5 

Palabras:1046    |    Actualizado en: 19/12/2025

Al

ético interrumpió la pesadilla. La puerta se abrió de golpe. Era la enf

ertos de horror al contemplar la escena: Leo arrugado en el suel

eo, arrodillán

uego miró a Carlos, su voz c

ongelado. Su mano, todavía

deé, incorporándome a pesar del dolor pun

enfermera Eva s

pequeño y arrugado trozo de papel-. Estaba metido debajo

osa. Retrocedió, luego, lenta y vacilantemente, lo tom

la se aflojó. Su mano, que acababa de g

una horrible comprensión

sirenas sonó, e

observando desde

¿Otro de los trucos

evantó suavemente a Leo en sus brazos. Miró el rostro magullado de Leo, su brazo hinchado, el ter

abrazó con fuerza, meciéndolo suavemente. Leo gimió, su

er su reacción, sacó r

a para Leo, inmediatamente. -Luego dirigió una mirada fulminante a Gisel

eó, sentánd

¡No estoy bien! ¡Carlos, m

ierta. Miró a Giselle, la miró de verdad, y la fachada se desmoronó. La muñec

te esto. Mentiste. Me manipulaste. -Dio un pas

te aturdida por su int

hablando! ¡Mi cabeza! ¡Me duele! -Comenzó su

en la habitación-. ¡Fuera! ¡Fuera de mi v

or la enfermera Eva. Una de ellas, una mujer

ado resistencia. Necesita recoger sus perte

luego a mí, un destello de veneno puro e inalterado. Sabía

uir a las enfermeras mientras se preparaban

e di un golpe salvaje, mi mano co

epresalias. Solo me miró, sus ojos lleno

nto mucho. No lo vi

, Giselle, viendo su

con la tuya? ¡Pagarás por esto! -Se ab

conectando con su cara antes de que pudiera tocarme.

rlos, su voz tensa-. ¡Aléjenl

stro magullado por mi gol

Te juro por Dios que la haré pagar por todo. Haré que

l divorcio, firmados y presentados apenas unas horas ante

Carlos -dije, mi voz

or drenándose de su

qué quier

rantiza la custodia total. Renunciaste a cualquier derecho

la boca, pero no salió ningún sonid

, mi corazón un

ste a ella. Elegiste tu dolor. Elegiste tu

aban a Leo en una camilla. Carlos intentó d

a la madre de su hijo ni a su hijo en

ando a Leo, su voz ronca de desespe

hecho todos los arreglos. Una ambulancia privada

ión privada de Leo fue mi teléfono. Una docena de llamadas per

que podríamos haber tenido. Por el niño que una vez había mira

ndo en su arrepentimiento. Merecí

Obtenga su bonus en la App

Abrir