Me llamó necesitada, luego perdió
Garz
elación era una piedra pesada en mi estómago, hundiénd
e ida. A Guadalajara, Jalisco. Mi ciudad n
el hospital, por mi ansiedad y depresión. Se sentía como
ltitud se había reunido, estirando el cuello, susurrando con entusiasmo. Luces brillantes deslumbraban, y un
mi chequeo y largarme. Rodeé a la multitud, mante
risa profunda y resonante. La sangre se
ión en un vestido blanco, estaba Ximena Suárez. Estaban filmando una escena. Mi escena. Una escena que había escrito en mi
iradas se encontraron. Frunció el ceño. Un destello de sorpresa, luego algo ilegible
illas. No me importaba lo que viera, lo que pensara. Estaba harta. Seguí caminando, cada vez más rápido, h
e. O tal vez sí, y elegí ignorarlo.
la voz de Ximena, aguda e inquis
uizás, *Mi novia*. La ironía era tan espesa que podría ahogarme. La novia a la que estaba
s me alejaba. Apretó la mandíbula. Ximena, siempre la coprotagonist
Solo... un poco distraído". Volvió a mirar
imena, su voz teñida de una curiosidad j
. novia". La palabra se sent
ceptible. "Ah, esa Sofía. Siempre aparece, ¿no?
poco insegura a veces". Estaba tratando de defenderme, pero sonaba hueco
ana sobre mi florería. Su última respuesta fue un seco "Ok". Un pavor repentino y frío se instaló en su pecho. Se desplazó más atrás, y lue
ntos desesperados por conectar. Y cómo los había descar
n el drama con Ximena, con su carrera, que no había notado el silencio que crecía entre nosotros. Simplemente había as
nó una, dos veces, y luego se fue directo al buzón de voz. Luego, un mensaje ap
esultado. Abrió Instagram, luego Facebook. Su perfil. Nues
to era... definitivo. De repente se dio cuenta de lo que yo había olvidado decirle. Lo que había olvidado hacer. É