icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Mi ex-prometido robó mis sueños

Capítulo 5 

Palabras:1351    |    Actualizado en: 23/12/2025

enos del exigente horario de los preparativos del proyecto de Tijuana. La naturaleza rigurosa del trabajo, el análisis interminable de datos, la planificación meticulosa, era una d

da, todavía dentro de la órbita de la oficina de la Ciudad de México, aunque mi presencia física se limitaba al alojamiento de

ocido. Se me encogió el estómago con un pavor familiar. Dejé que sonara. Unos momentos d

ilia parásita. Me

a que su visita no sería agradable. Nunca lo era. Cerré mi laptop, la pantalla r

madre, su rostro una máscara de agraviada preocupación, mi padre, su mandíbula apretada en una línea sombría. Y Arturo, desplomado contra un

teatral, se escuchó en todo el vestíbulo-. ¡Hemos estado tan

los brazos cruzados sobre el pecho, un

a baja, desprovista de cu

vantó la vista, sus

re fue rechazada esta mañana! ¡Y mamá no puede pagar su nuevo guardarropa para la gala de caridad!

-declaré, mi mirada firme-. Nunca lo fui.

lantó, su rostr

ita! ¡Está pasando por un momento difícil! ¡Y hemos

nsé que era lo que hacía una buena hija, una buena hermana. Pero a ustedes no les importo. Sol

un lado, el impacto repentino enviando estrellas danzando detrás de mis ojos. Tropecé hacia atrás, perdiendo el equilibrio, y caí con f

y horrorizados, solo amplificaron mi humillación. Yací allí por un momento, el frío mármol filtrándose en mis huesos, el sabor a sangre en mi boca. Me ardía la cara, me palpitaba el br

lor, sino por el espectáculo que estábamos creando-. ¡Esto es ver

d en jirones. Encontré la mirada furiosa de Arturo, mis p

ronca pero firme-. Nunca más. No

feo, salvaje. Levantó la mano de nuevo, s

e enseñaré

án. Apareció como de la nada, interponiéndose frente a mí, protegiéndome con su propio cuerpo. La mano de Arturo, de

staba aquí? ¿Por qué me estaba protegiendo? Una mezcla enredada de conf

is padres, también, parecían aterrorizados. Damián Sharpe. El hombre que ejercía un poder inmenso, el

, metió la mano en el bolsillo y sacó su teléfo

su voz firme, autoritaria-. Y envíen a la policía.

re tar

por favor! ¡Es nuestra

íos e inquebrantables,

sión no provocada. Y acoso rep

sus súplicas, su mir

ías. Mis padres y Arturo, sus rostros ahora contorsionados por el miedo y las disc

omos tu familia! -La voz de mi madre, un lamento

esvanecieron en un zumbido sordo de fondo. Sus súplicas, sus acusaciones, ya no significaban nada para mí. Eran

avizándose ligeramente al ver mi rostro

preocupación desconocida-. Vamos a la clín

, entonces un estudiante de último año, un prodigio brillante que ya estaba causando sensación, una vez me vio acurrucada en un rincón, acosada por algunos estudiantes mayores. Se había interpuesto, silencioso y formidable, su mera presencia suficiente para hacerlos dispersarse. No me había dich

ía ayudado ahora. Mi corazón, una cosa terca y magullada, dolía c

Obtenga su bonus en la App

Abrir