Vendida, Inculpada, Ahora está libre
os. Comenzó con Bárbara, siempre Bárbara, su fachada dulce e inocente ocultando la astucia de una víbora. Se hizo la víctima, tejiendo una historia sobr
que viera a través de su farsa. Solo me miró con esos ojos fr
loque de subastas, mi cuerpo tambaleándose por las drogas que Bárbara había deslizado en mi champán. Vi a Bárbara entonces, acurrucada al lado de Alejand
de ojos codiciosos desnudándome. Se me erizó la piel. La
aballeros! ¿Quién ser
pado desesperado por escapar. Encontré la mirada de Alejand
irada, su expresión fría
ofía -articuló sin soni
tilizados, vendidos al mejor postor. La vergüenza era un peso físico, aplastándome, sof
rabia fría y destructiva. Vi los rostros de mis verdugos, sus sonrisas triunfantes, y estallé. Agarré una antorcha, impulsada por e
de asesinato. Alejandro, siempre el tutor obediente, testificó en mi contra. Juró que había intentado matar a Bárbara, quem
vir, a volverme tan dura e inflexible como los muros que me confinaban. Mi único salvavidas, mi única esperan
stencia brutal, una lucha constante por la supervivencia. Cada puñetazo, cada patada, cada gota de sangre
orido, la mente un torbellino de dolor y traición, las pri
el pago? ¿E
vió incómodo. Apartó la mirada, su silencio un puñetazo en el estóm
Una tonta ingenua y desesperada. Solo tendría que p
do de levantarme-. Tengo que pe
r era suave, pero firme-. No puedes
aba por procesa
De qué está
se una mano por
e si alguien te deja pelear, lo perderá todo. Tu
lejandro. No solo intentaba avergonzarm
rueso fajo de billetes
. -No me miró a los ojos. Se dio la vuelta y se fue,
Cada esperanza a la que me había aferrado, cada sueño de
a cántaros, fría e implacable, reflejando la tormenta que se desataba dentro de mí. Caminé sin rumbo,
aro de calidez y amor en
de pie, alto e imponente, con una sonrisa depredadora en su rostro. Y a s
a de la familia De la Vega ha sido transferida oficialmente a la Fundación Filantrópica Bárbara Rivas. Bárb
Mi nombre. Mi hogar. Todo robado. Todo retorcido en una burla grotesca. Mi visión
éfono. Un nombre brilló ante mis ojos, un amigo olv
ica desesperada-, llévame lejos. Por