El Señor Poderoso De Los Soldados
ina de Recursos Humanos sin
apodaban el "Señor Poderoso de los Soldados". Sin embargo, allí en la ciudad, ni siquiera podía hallar un trabajo
a, "Esto se acabó, voy a romper contigo. Te fuiste hace much
ter: "Sé que no he estado cerca, pero ya regre
que tú. ¿Qué es exactamente lo que puedes darme, eh?", lo desafió. "¿Tienes ahorros después de haber trabajado todos
ido. También lamento que estemos pasando por un mal momento. Estoy teniendo problemas para encontrar un tra
ás un auto BMW? ¿Me regalarás, en algún momento, un bolso Louis Vuitton? ¿Zapatos Ferragamo? ¿Trajes de Chan
uardó s
n suspiro. "Estoy cansada, y ya no puedo seguir lidiand
r de que su viejo Nokia había amortiguado la voz de la c
ladrón! ¡Ese ladrón se robó mi bolso!". Peter escuchó
perada y con pánico. Corría tan rápido co
a en dirección a una motocicleta, lleva
a las personas que observaban la esce
tado, frunció el ceño, gir
pretaron contra la pared, a la par que la motocicleta pasaba
involucrarse en un robo, y
o, impotente, cómo s
hizo que Peter
el suelo, echó la pierna izquierda hacia atrás y, con todas sus fuerza
cleta cayó bruscamente, y comenzó a girar sobre el pavimento. El impacto arrojó al ma
hhhh
an y se llevaban la
al ladrón. Con calma, tomó el bolso y se lo devolvió
percatarse de que él le estaba hablando. Se
medio segundo y, lueg
un placer",
e giró para
bajaba en una empresa. Se la imaginó en una oficina
entes', reflexionó Peter: 'E
etrás. "Soy Elaine Dai. ¿Cuál es su nombre? Yo... solo quiero agradece
ró, esperando
sus mejillas y su mandíbula eran angulosas y bien definidas. No era la c
invitarme a almorzar. De todos modos, le agradezco la oferta", rechazó la inv
lejado de él hacía menos de una hora. Aparte de eso, estaba en bancarrota y
rpleja ante aquel
l cabello castaño, el cual realzaba sus brillantes ojos almendrados. Tenía a los hombres rendido
o. '¿Habré perdido mi encanto?', pensó ella con
de alejarse cuando oyó
Se levantó del suelo y se dirigió hacia Pet
ido heridas graves. Como si fuera una bestia ra
hubiera metido en mi camino', pensó el la
Peter, volviéndose hacia el
stante herido. Se quedó incrédulo ant
Elaine: "¡DETÉNGASE O LLAMARÉ A LA POLICÍA!". Rápidamente, l
rán muertos para cuando ellos lleguen aquí!". El tipo se echó a correr en dirección a Elaine. El sol se refleja
hacer! Como se había criado en la ciudad, sin preocupación alguna
be estar demente si intenta apuñalar a alguien a plena
avarle el cuchillo a Elaine, p