Ámame Otra Vez
Cherry, aún goteando debido al balde de
ados sobre la elegante camisa que usaba a juego con sus pantalo
y con un tono entre la sorpresa y la preocupaci
e se sentía angustiada y nerviosa, casi aparentaba se
ente consciente de que todo eso
rente a sus palabras, estos centelleaban co
e iré", respondió la mujer notando la hipocresía y el disfraz que intentaba usar su prima, pe
que tuviera para decir, Cherry siempre tendría
todo aquello. "No tenías que reaccionar de esta manera, Anne no tiene nada que ver con esto. Tampoco es una razón para preo
parentaba querer
solo era una de sus maneras de
stras de afecto entre ellos no lograran alterarla, sin importar lo repugnante que le pareciera, era
var no era nada en comparación
dijo respirando profundamente como tratando de reunir fuerzas para continuar. "Por favor, te pido que me perdones". Al
e hasta llegó a sentir el sa
mo si la hiciera sentirse más fuerte. "No tienes que decir eso, p
...", dijo levantándose de la cama para tomar la mano de su pri
o apresuradamente y con ansiedad, dijo: "Sigues muy enferma. ¿Por qué tienes que
da de reproche, pretendiend
ápidamente en los labios, en un i
correspondió el beso con u
mpleto el cuerpo mojado mientas apartaba la mirada lentamen
s a tener una cena familiar a las cinco en punto en la casa antigua", dijo mirando
oso, no podía creer lo que acababa de escuchar, mientra
es por tu culpa que ella está enferma". Con un tono frío y cortante en su voz, agregó: "Es tu
embros de la familia Fu y sus parientes respetables. Siendo ella la esposa de Kevin, la convertía en pronuera de la familia, es por eso
evin. Sintió como si una flecha llena de veneno le hubiera travesado el cor
calma, y agregó: "Es hora de irme, así qu
ntro", dijo Kevin, soltando las palabras como mil
ginó que un hombre tan apuesto y gentil pudiera ser tan espléndido y despiadado al mismo tiempo, capaz de llegar
cia de hombres con esa descripc
puede convertir tu vida en el mismísimo infierno en tan solo un
mbién soy un ser humano y t
a, bajó las escaleras con rapidez, pero su cuerpo se balanceaba a los lados fuertemente
al tiempo que corría asustada
o, pero lucía muy pálida y decaída. Sintiendo una enorme debilidad en
ermítame ayudarla a subir al auto", dijo Emily en voz
da vez más fría, la verdad era que no se veía para nada bien.
to, le habló con un tono de culpa en su voz: "Señora, en realidad todo esto es mi culpa. No perm
pondió la mujer mientras se desplomaba sobre el
gran simpatía por aquella mujer, pero sentía que necesitaba hacer más para de verdad mar
octor Feng", dijo Emily muy preocupada y al m
n manteniendo los ojos cerrados, le dijo: "No hay necesidad de llamarlo. Por favor, necesito que me prepares alguna r
or su jefa que, aun estando enferma y cansada,
erdad era que solo se trataba de un hombre imbécil, sin clemencia y de sangre fría, al igual que un rept
que la ropa de su esposa se pegaba a su cuerpo debido al agua que aún escurría por este, y vi
acía lucir mucho má
condiciones de repente hizo que su c
ción del auto, pero luego recordó lo que ella había hecho. Por eso dejó el teléfono donde estaba y la frialdad habitual v
s ahora no es ni una milésima parte de t
to en su corazón, simplement
nerse ropa limpia y beber su taza de té de jengibre
doctor de la Familia Fu, solo necesitó beber una taza de té muy cali
el mismo patrón que le llegaba hasta las rodillas. Los tacones altos, del m
naba con su cabeza erguida, su asistente sentía la necesidad de caminar tras e
ron aquellas palabras, la 'Reina' se había vo
n club privado que se encontraba justo a las orillas del río. El sistema de memb
odeado de miles de árboles centenarios, lo cual lo hacía destacar
a con un traje plateado y un refinado cinturón que hacía destacar su perfecto cuerpo esbelto. El cabello delicad
hizo un guiño con el ojo log
elección de los platos de comid
an elegía con premeditación los plato de comida según los gust
la le sirvieron una copa con una sopa muy nutriti
cuales sostenía una mirada fría y penetrante, como preparado para luchar sin
eron muy precavidos con
sentía un poco aburrida, así que decidió levantarse po
dez en su rostro, le peguntó muy preocupado: "¿Te sientes bien
rle vueltas haciéndola sentir muy mareada. Con mucha dificultad por
entar sostenerla, al tiempo que int
iera rozarla, sintió como le a
ada y sostenía a Anne que justo cayó sobre sus bra
e su cuello y, de inmediato, el m
da?", preguntó Kevin despiadadamente. La luz amarilla del lugar
dominante. Con su sombra sobre Anne, le hizo sentir
sposo aun cuando no dejaba de luchar por hacerlo, mientra
mirada fría y cortante, pero manteniendo la calma en su v
ostro pálido de Anne. Su corazón duro como piedra se ablandó un poco, pero tan solo un segundo después volvió a
entía que sus latidos se detuvieran por un momento. Sin embarg
e la levantó
e tan solo mirarlo atu
e resaltaban la frialdad en su rostro y
de su marido, Kevin?', pensó. Ella seguía mirándolo incrédula, sin p